Capítulo 9 ··· B

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SIAMO DI UN ALTRO PIANETA ··· Random

En el momento en el que quité mi mano de encima de su pierna, fue él quien puso la suya encima de la mía, para ser exactos en la zona interna de mi muslo, muy cerca de mi zona íntima.

—¿Qué desean pedir? —Dijo una camarera interrumpiendo, y Louis apartó la mano, como si lo que estaba haciendo tuviese cadena perpetua en la cárcel más peligrosa del mundo.

—Yo voy a pedir Fainá con carne y berenjena —pidió Carlo.

—Yo voy a pedir lo mismo —puntualizó Alessia.

—¿Y usted qué desea señor? —se dirigió a Louis, sentado a mi lado.

—Yo quiero una pizza de cuatro quesos —dijo con toda su cara. Manda cojones vivir en Italia y pedir pizza para cenar en un restaurante. Aunque bueno, no me quiero poner de digna ni de clasista cuando yo también iba a pedir pizza.

—Yo igual, una pizza especial de la casa —dije sonriendo malvadamente a la camarera, la cual no le quitaba los ojos de encima a Louis.

La chica se fue y Louis me miró a los ojos, aprovechando que Alessia y Carlo estaban a lo suyo, hablando de algo del vestido de Alessia. Louis volvió a posar la mano en mi muslo, haciendo que se me erizara todo el pelo de todo el cuerpo. Me encantaba que ahora estemos así de bien, Louis parecía otro y a mí me encanta jugar con él. Le agarré la mano y se la llevé a su regazo, quitándomela de encima. Ya llevábamos demasiado tiempo de buen rollo entre nosotros, ahora me toca acabar a mí con ese buen rollo.

—Voy al baño un momento —dije levantándome de golpe.

La verdad es que no estaba para nada incómoda, pero el momento me sacaba de mi zona de confort y eso me asustaba. Louis era divertido pero al fin y al cabo era Louis, tenía las mismas neuronas que una bellota. Bajé las escaleras de cristal y me dirigí al pasillo de los baños. La puerta del baño de señoras se abrió ante mí y de ella salió una señora mayor, haciendo que me asustara, luego entré y me paré frente al espejo.

Me incliné hacia delante para que mi cara estuviera a la altura del grifo, para posteriormente verter el agua fría sobre mi cara, sin necesidad de echarla con las manos.

De verdad que no se que me pasaba con Louis, la situación es parecida a lo que pasa cuando dos imanes se atraen, pero justo cuando van a tocarse, una onda hace que ambos imanes se repelen, ya que ambos laterales son diferentes. Siempre he sido una persona a la que le gusta tener todo bajo control; así como las cosas en su lugar, pero cuando Louis está cerca esa característica desaparece, me apetece hacer locuras, hacer cosas que la verdadera Bianca jamás haría.

Me dispuse a secarme la cara con el papel higiénico que había colgado al lado del lavabo y cuando me dispuse a salir del baño, Alessia entró a toda prisa por la puerta.

—¿Se puede saber qué coño te pasa? —preguntó Alessia alterada, y cuando ella decía palabrotas es que algo está mal.

—¿A mí? Nada, qué va a pasarme —respondí.

—Estás muy rara, casualmente cada vez que Louis se aproxima por tus alrededores.

—No me pasa nada, Louis no tiene nada que ver con todo esto, me es indiferente su existencia.

—Ja, y voy yo y me lo creo —dijo riendo falsamente, mientras se apoyó en el lavabo y se pasó la mano por el pelo cambiándolo de lado.

Me puso una cara rara y enarcó una ceja, como animándome a continuar hablando.

—Vale, sí.

—¿Sí qué?

—Que tiene que ver con Louis...

Un Giro en 90 GradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora