Capítulo 23 ··· B

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They Don't Know About Us ··· One Direction

—Madre mía cómo está de bueno Leonardo DiCaprio de joven en esta película —dijo Alessia mientras se llevaba un puñado de palomitas a la boca.

Llevábamos toda la tarde viendo películas en el sofá de casa, ahora había llegado el turno de Titanic.

—No entiendo cómo puedes pensar en lo bueno que está justo cuando se está muriendo en una tabla en medio del mar con Rose a su lado.

—Misterios que nunca comprenderé —respondió Alessia mientras terminaba de tragarse las palomitas.

Justo cuando la película terminó, el timbre de casa sonó. Pietro había venido a casa para que cenáramos todos juntos en celebración de que teníamos todo el mes de julio de vacaciones en la farmacia. Había traído pizzas y un juego de mesa que no conocía, así como una botella de tequila rosa para jugar a dicho juego de mesa con más intensidad.

—Uhhh, cada día te amo más Pietro —dijo Alessia brincando del sofá al ver quién había entrado por la puerta, pero sobre todo al ver lo que dicha persona llevaba en sus manos.

—Al menos puedes ser sincera y decir que amas a esta botella en lugar de decir que me amas a mí.

—Bueno, amo a los dos por igual, pero tengo que confesar que mis ojos lo primero que han visto ha sido a esa preciosa botella.

Pietro entró en casa dándome un beso en el moflete, pasando por mi lado para dejar las cosas encima de la isla de la cocina. Alessia se sentó en uno de los taburetes y abrió las cajas de todas las pizzas. Luego ambos nos sentamos a cada lado de ella y comenzamos a comer en silencio.

—¿Ya tenéis pensado qué vais a hacer este mes de vacaciones? —preguntó Pietro llevándose un trozo de pizza barbacoa a la boca.

—La verdad es que no tenemos ni idea, supongo que nos lo pasaremos holgazaneando todo el día y saliendo de fiesta los fin de semana —le dije mirando a Alessia, la cual estaba estirando un trozo de queso de su pizza para luego enrollarlo en su dedo y comérselo.

—Pues podríamos planear algo los tres solos —sugirió Pietro.

Pietro me caía demasiado bien, y junto con Alessia los tres hacíamos unos muy buenos amigos, pero pienso que si vamos por ahí nosotros tres solos no será tan divertido como si viene Louis y mi hermano. Todo con ellos es más divertido.

—Me apunto —dijo Alessia hablando con la boca llena—. Necesito salir de este país ya.

—Pero yo me refería a que podíamos hacer algo por aquí, dentro del país.

—A mí es que me gustaría ir al Caribe o algo por el estilo, a un sitio con playa en el que me pueda hacer la típica foto sentada en un columpio colgada de una palmera.

—Sinceramente eso se me va un poco de presupuesto —confesó Pietro. Pero a decir verdad me resultaba extraño que se le fuera de presupuesto. No hay más que ver la ropa que lleva puesta, solo sus zapatos cuestan unos trescientos euros.

—No pero no te preocupes, si a ella también. Ella lo que quiere es ir de viaje pero que yo pague —dije entrando en la conversación.

—No me refiero a eso —respondió Alessia—. Me refiero a que amablemente le pidas a tu padre que le haga un regalo a su prácticamente cuñada a la par que hija favorita por su vigésimo cuarto cumpleaños.

—Tienes la cara demasiado dura Alessia —le respondí riéndome.

—Jamás entenderé vuestras confianzas, ¿cuántos años lleváis siendo amigas? —Preguntó Pietro mientras bebía agua.

Un Giro en 90 GradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora