CAPÍTULO 7

55 16 0
                                    

Toda duda quedó en pasado cuando un cuerpo que no reconocí se sumergió a mis pies

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Toda duda quedó en pasado cuando un cuerpo que no reconocí se sumergió a mis pies.

-¿Qué demonios? – Pregunté cuando mi piel sintió el aire frío, parpadeé un par de segundos tratando de encontrar alguna explicación lógica a lo que mis ojos veían - ¿Qué?... ¡QUÉ CREES QUE HACES?! – Grité molesto cuando estuve seguro de que mis ojos no mentían.

-Tenemos que hablar – Respondió.

¿Y éste te parece el mejor momento? – Repliqué sintiendo la vergüenza subir a mis mejillas.

-No estaba dentro de mis planes, tuve que improvisar.

-Estás loco – Traté de pararme pero sus palabras me detuvieron.

-Aunque me encantaría verte desnudo – Dijo provocando que un calor se instalara en mis mejillas – En este momento mi prioridad es hablar contigo.

Suspiré profundamente, miré sus ojos negros, fruncí el ceño y abrí mi boca – Está bien… Pero primero sal, hablaremos en la sala.

-No, hablaremos aquí mismo… Empiezo yo – Dijo, mordí mi labio inferior un poco nervioso, ese carácter fuerte me estaba poniendo los nervios en punta – No sé porque sueño con usted Hyung y para serle sincero no sé si quiero saberlo, tampoco estoy jugando con usted, ni siquiera se porqué dice eso, además, soy su fan, siempre me ha gustado todo lo que escribe, me encantan todos sus relatos Jimin Hyung y es por eso que le pedí a mi primo Tae que me ayudara a ser su aprendiz…

Por un momento se quedó en silencio tal vez dándome tiempo de analizar sus palabras de ojos honestos.

-… Quiero conocerlo, lo admiro y por eso quiero acercarme a usted.

Terminó de decir y yo sólo me quedé en silencio mirando sus profundos ojos negros – Ésta bien, lo entiendo – Suspiré – Fue un malentendido por mi parte, lo siento, puedes volver a ser mi aprendiz.

Vi como una enorme sonrisa de conejo apareció en sus labios ocasionando que mi corazón se derritiera un poco en ternura, cruzamos un par de palabras más dándonos el tiempo de relajarnos.
A medida que pasaban los minutos y el agua se ponía fría nuestra conversación se volvía cada vez más amena, con cada letra, con cada palabra, cada mirada nos hacia olvidar de el hecho que estábamos desnudos compartiendo una bañera.

-¿Le puedo hacer otra pregunta Hyung?

-Dime – Respondí con confianza.

-¿Quién es o era Sungjin?

Y cómo si del muro de Berlín se tratase sentí como la poca confianza que había adquirido se desmoronaba con cada latido de mi atormentado corazón.

-Eso no es de tú incumbencia Jungkook – Respondí e inmediatamente salí de la tina sin importarme que ese par de ojos pudieran ver mi cuerpo desnudo, aunque para ser honesto no era mi desnudez física lo que me importaba que no viera.

-Hyung – Lo escuché a la par en que el sonido de un chapoteo se escuchó haciendo que mi cabeza se ladeara y mis ojos recorrieran en una milésima de segundo todo su estructurado cuerpo.

Agradecí a mi buena memoria ¿En verdad agradecí? En fin, sólo diré que su cuerpo estaba realmente bien formado para su edad.

Pecho amplio, brazos de bíceps grandes, abdomen marcado, piernas perfectamente moldeadas y en la mitad de todo ese conjunto estaba un lindo, rosado y gran miembro, si así se veía “dormido” no me quiero imaginar ¿Seguro? cómo se vería en todo su esplendor.

Entré en mi habitación con mi corazón palpitando cada vez más fuerte, me dejé caer sobre el suelo y miré mi entrepierna ¿En qué momento mis emociones habían bajado hasta mi pene?

Solté un pequeño jadeo cuando mi mano se posó sobre mi erecto pene, cerré mis ojos y dejé que poco a poco mi mente recreara el cuerpo de la persona que se encontraba a solo unos metros de distancia.

La palma de mi mano subía y bajaba tranquilamente mientras mi dedo pulgar se apoyaba deliciosamente encima de mi glande – Sus brazos – Susurré recordando las venas que se marcaban en sus antebrazos – Su pecho – Seguí diciendo completamente absorto en el placer que sentía – Sus labios… Sus ojos… Su voz – Sentí el placer acomodarse en la parte baja de mi abdomen, mordí mi labio inferior cuando la última imagen se recreo en mi mente – Jungkook – Gemí al momento en el que mi semilla blanca se esparció por toda mi mano.

¿En serio Park Jimin? Me regañé mentalmente – Creo que necesito sexo – Traté de razonar conmigo mismo, sólo era un impulso normal de mi organismo ante la abstinencia a la que me había sometido por años, lógicamente ¿Qué más podría ser? Ni modo de decir que me gustaba ese niño porque realmente no era así.

Vestí mi cuerpo y salí de la habitación cautelosamente, no había señales del niño conejo, fruncí el ceño y ¿Si todo había sido producto de mi imaginación?

-Hyung.

Ah, no lo fue.

-Pensé que te habías ido – Contesté tratando de sonar calmado, obviamente no quería que se diera cuenta de lo que había hecho minutos antes pensando en él, en sus pectorales, en esos brazos rodeando mi cintura, en esas grandes manos sujetando con fuerza mi cuerpo, en su abdomen marcado siendo acompañado de una sexy v en la parte baja que moría por lamer…

-¿Hyung?

Jimin contrólate.

-¿Decías? – Contesté mientras desviaba la mirada a algún punto de la habitación, tratando de escapar de mis sucios pensamientos.

Sacudí mi cabeza en un afán por aclarar mis ideas, Jungkook era un niño, un niño que doblaba mi tamaño físico en todos los sentidos, pero al fin y al cabo un niño, estaba completamente seguro que nuestra diferencia de edad iba a ser un gran obstáculo en nuestro entendimiento.

-Entonces quería saber si quiere ir a cenar con nosotros.

-¿Con quiénes? – Pregunté apenas él terminó de hablar.

-¿No me está prestando atención Hyung? – Cuestionó mientras su labio inferior se convertía en un tierno puchero – Que malo – Sonreí por su ternura.

-Perdón, tenía algo en la mente – Me excuse dándole una gran sonrisa.

-Bien se lo perdono – Empezó a caminar en mi dirección – Sólo porque se ve muy lindo sonriendo – Se detuvo a solo unos pocos centímetros de mi cuerpo – Le decía que hoy voy a salir a comer con unos amigos y mi primo Tae… Quería saber si quería ir con nosotros – Aclaró sin desviar sus ojos de los míos.

-Mmmm… No lo sé Jungkook.

-¿A qué le tiene miedo Hyung?

Ah, este niño, suspiré encontrando miles de contras, pero, ni una sola respuesta.

-¿Miedo? – Respondí después de un pequeño silencio – No seas bobo ¿A qué hora y en dónde?

Acepté dejándome llevar por su provocación como si fuera un crio, cómo si tuviera de nuevo 18 años, cómo si el espacio tiempo que había sido congelado volviera a avanzar.

Don't Leavy MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora