Me enamoré de ti entre letras, hojas y risas.
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-Historia de mi autoria
-Mención de otros ships.
-Escenas +18
Posd: Posiblemente lloren...
Gracias por darle una oportunidad a esta nueva historia...
Besos 💜
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El sonido imperceptible del esfero inundaba el silencio de la habitación mientras mi mano derecha se desplazaba libremente encima del papel.
“Su tiempo dejó de contar cuando la última campanada anunció las 12am de su cumpleaños número 18”
-Y fin.
Exclamé gustoso al poner el último punto de la frase, dejé el esfero en la mesa, llevé mis manos a mi rostro, froté mis ojos y sonreí, otra historia más había sido terminada, otra trágica historia de un tonto enamorado.
-¿Sabías qué eres el único escritor que aún escribe a mano?
Escuché la profunda voz de mi editor mientras el sonido de las hojas de papel bañaban mis tímpanos.
-No me importa.
Respondo restándole importancia, me paro de mi cómoda silla de escritorio bajo su atenta mirada, camino un par de pasos y enciendo un cigarro.
-El sábado es la fiesta anual de la editorial ¿Vendrás?
Una sonrisa curvada se apodera de mis labios mientras mi rostro voltea en su dirección, llevo el cigarro a mi boca y le doy una calada lo suficientemente grande cómo para inundar mis pulmones de nicotina.
Mis ojos se clavan en los suyos provocando que una pequeña mueca adornara su rostro, exhalo el humo de mi cigarro y sin emitir palabra alguna volteo a mirar las páginas recién escritas en sus manos.
-Si ya terminaste, te puedes ir.
-Nunca cambias…
¿Cambiar? Cómo podría hacerlo cuando siento que mi vida está congelada en un espacio tiempo que no es el actual ¿?
-En fin tú te lo pierdes, las fiestas de la editorial realmente son increíbles, no tienen reparo alguno ni en comida ni en bebidas pero sobre todo y lo más importante lindos y lindas escritoras, editores jóvenes y sexys… Incluso nuestro ceo es hermoso y se carga un cuerpoooo…
¿ Y este qué? Fue uno de los pensamientos que surgieron en mi mente mientras el seguía con su monólogo improvisado.
-Hace poco me lo encontré en el gimnasio y ¡POR LOS DIOSES! Tenía unos pectora….
Di media vuelta y empecé a caminar rumbo a la salida, sabía cuál era su intensión pero ahora lo que menos me interesaba era una relación.