|05|

2.8K 200 8
                                    


Tom Kaulitz:

Georg soltó una risa, interrumpiendo la conversación con una revelación preocupante.

—El amigo le dice que anda mareado y con unas ganas de vomitar, pero se preocupa más por su novia —, anunció, mientras se reía.

Gustav, luchando por contener las náuseas, preguntó: —¿Apoco sí son novios? —

Preocupado, busqué en el carro algo que pudiera ayudar a Gustav: —Mira cómo estás, deja veo si tengo alcohol en el carro.

Esmeralda no tardó en reclamar: —¿Cómo le darás alcohol a Gustav si se nos está muriendo?

Tratando de explicar, respondí: —Alcohol para oler, bonita, no para tomar.

Bill soltó una risa y añadió una palabra en español, desatando la confusión: —Lo que tienes de bonita lo tienes de pendeja.

Intrigado, pregunté: —¿Pendeja? —, aunque sabía que mi español era un poco oxidado, mi curiosidad superaba la barrera del idioma.

Bill se burló: —Acabas de ofender a tu novia.

Tratando de remediarlo, dije: —¿Es una ofensa? Esmeralda, no te lo dije a ti —, tratando de disculparme mientras ella soltaba una risa.

Esmeralda, sentada a mi lado, intervino: —No es nada, te escuchas lindo hablando español, aunque solo dijiste un insulto.

Nervioso, sugerí: —Pues tendrás que enseñarme a hablar un poco —, notando su sonrisa al aceptar mi propuesta.

Gustav, ya adormecido, interrumpió: —¿Podemos ir al departamento ya? Me empiezan a doler mis piernas.

Viendo a Gustav profundamente dormido, los demás nos despedimos de la pelinegra y nos dirigimos al edificio.

En el camino, entre charlas y risas, finalmente llegamos sin darnos cuenta.

Georg bajó del auto con Gustav en brazos, pidiendo ayuda a Bill para no dejarlo caer.

Mientras, Esmeralda y yo nos quedamos solos, sumidos en un silencio que no era incómodo pero tampoco agradable.

—Debo irme —, dijo Esmeralda, mirándome.

—Puedo llevarte —, ofrecí rápidamente.

—No es necesario que te molestes —, respondió.

—No estaría bien que vayas sola con este oscuro —, insistí, consciente de la peligrosidad de la noche.

Finalmente, Esmeralda aceptó. Volvimos a subir al auto en silencio y me dirigí hacia su casa. Mientras conducía, rompí el silencio.

—Esmeralda, ¿antes no te caía bien?

Esmeralda me miró sorprendida por mi pregunta, como si estuviera tratando de procesar por qué yo estaba sacando ese tema de conversación.


























---------------

Hasta aquí el capitulo de hoy, espero sea de su agrado, gracias por el apoyo y pues nada 🤍

Sigoooo? <3

PD: Estoy actualizando actualmente los capítulos y les pido perdón por lo cortos que están, pero no puedo agrandarlos ya que cada capítulo es completamente del anterior.

¡𝙉𝙤 𝙨𝙤𝙢𝙤𝙨 𝙉𝙊𝙑𝙄𝙊𝙎! // 𝘛𝘖𝘔 𝘒𝘈𝘜𝘓𝘐𝘛𝘡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora