Emilio sintió cómo su corazón comenzaba a agitarse violentamente, y aún no lograba comprender si era producto de lo que fuera que había consumido sin saberlo, ó si simplemente era debido a la ansiedad y el miedo que le provocaba lo que podía suceder.
La temperatura corporal de Joaquín había aumentado considerablemente. Sus pupilas estaban dilatadas, y parecía no poder dejar de restregar su cuerpo sobre el del mayor, quién sólo lo sostenía con demasiada fuerza, sin saber aún cómo reaccionar.
- Joaquín, escúchame... necesito que te quedes aquí un momento, volveremos a casa...- El rizado murmuró despegando de manera firme el cuerpo de Joaquín.
Emilio sabía en principio cómo se sentía el efecto de consumir extasis ó cualquiera otra droga estimulante. Recordaba a la perfección su primera vez, así cómo también lo que venía después de que el efecto terminara. Durante los últimos años aprendió a cómo mezclar diferentes tipos de sustancias, hasta lograr borrar su consciencia, ó al menos eso creía él, quién nunca llegó a sospechar que su fiel amigo Eleazar era el encargado de manejar las dosis perfectas y seguras para dejarlo completamente vulnerable.
Nunca sintió miedo. Jamás temió por su salud, ni mucho menos en lo que una sobredosis pudiera provocarle. Pero ahora era diferente, se trataba de Joaquín, su novio, la persona a la que amaba; y se sentía aterrado al no saber las consecuencias y la respuesta que el cuerpo del ojimiel tendría frente a la desconocida sustancia que algún imbécil puso en su trago.
Había visto a personar convulsionar, otras sufrir golpes de calor, padecer arritmias, delirar, e incluso tener una deshidratación severa, hasta acabar en el hospital.
- No, amor - Joaquín respondió sonriente mientras mordía el labio inferir del rizado - Quedémonos otro rato, podríamos bailar, ó no lo sé... hacer algo divertido-
Las palabras de Joaquín salían con una inusual sensualidad. Sus sentidos estaban alertas, completamente estimulados, y el aroma, el calor del cuerpo de Emilio, e incluso las luces y la música se percibían en su cabeza de una manera diferente.
Se sentía con una extraña energía, y quería usarla toda en Emilio. Su piel ardía de una manera intensa, pero satisfactoria. El deseo comenzaba a filtrarse por sus poros, y sólo quería sentir al mayor más y más cerca, y recrear con él algunas de las escenas que robaban su atención a su alrededor, sin importar en lo absoluto estar rodeado de gente.
Ya no había rastro de pudor, y tampoco de razonamiento. Joaquín había perdido el control de su consciencia, y ahora el instinto lo gobernaba.
- Nos divertiremos mi sol, pero no ahora, no aquí...- Emilio tomó con firmeza el rostro del castaño, sentía lentamente cómo su cuerpo comenzaba a tensarse, y un calor extraño se agolpaba en su vientre. El cuerpo de Joaquín tan cerca comenzaba a tener su efecto. - Espérame aquí, bonito... ¿Si?-
Joaquín hizo un puchero exagerado al sentir cómo Emilio lo separaba de su cuerpo para ponerse de pié. Sacó sugestivamente su lengua, y dejó que ésta remarcara los gruesos labios del mayor.
- Pero yo quiero divertirme ahora, Emi... por favor - La voz de Joaquín sonaba diferente, su mirada era distinta; y Emilio en su frágil consciencia podía sentir una extraña amargura al sentirlo tan diferente.
- Sólo espérame aquí, por favor... te prometo que regreso en un minuto - Emilio hablaba pausado, tratando de mantener la calma. Sabía que habían casos dónde los consumidores de extasis y otras drogas similirares, entraban en estados de ansiedad, angustia e incluso ira; y en esos casos es fundamental tratar con ellos con la mayor tranquilidad posible.
ESTÁS LEYENDO
¿Cómo Conquistar A Un Virgen En La Primera Cita? // Adaptación Emiliaco
FanfictionJoaquín es un joven brillante y lleno de carisma, pero con una triste realidad. Cuándo los problemas y la angustia lo sobrepasan, se vé obligado a vender lo que más había atesorado... su virginidad; para así poder solventar los gastos de su familia...