Emilio no podía evitar sentirse un poco tonto; no era la primera vez que ocurría algo así. Se sentía tan enamorado de Joaquín, tan perdido por él, que a veces simplemente le resultaba imposible que sus sentimientos escaparan de su pecho, y se mostraran sinceros, enormes e incluso un poco salvajes.
Se encontraba de pronto luchando con el instinto de decirle al castaño "te amo" a cada momento. Cada vez que sus miradas conectaban, cada vez que lo veía sonreír, y cuándo sus pieles se rozaban de cualquier manera; sentía la necesidad de expresar ese profundo sentimiento que lo mantenía vivo.
Pero en ésta ocasión, y al igual que cuándo le pidió a Joaquín que vivieran juntos, se sentía un poco fuera de órbita. De pronto las palabras salían de su boca sin permiso, y terminaba hablando de matrimonio frente a los ojos incrédulos y algo asustados de su novio.
- ¿Casarnos? - Joaquín preguntó con sus labios sutilmente entreabiertos por el asombro, sus ojos fijos en el mayor y con una expresión indescifrable - ¿Lo dices enserio?, es decir... ¿Te gustaría que tú y yo... tengamos una boda?, ¿De eso estás hablando?-
Emilio sonrió con un deje de vergüenza al oír a Joaquín tan sorprendido. Aún así, sus ojos parecían brillar más de lo habitual; cómo si el anhelo de sus palabras pudiera reflejarse en ellos.
- Si Joaco, sé que es pronto para hablar de ésto...- El oji-café respondía, y en su voz podía percibirse con claridad un intenso nerviosismo. - Pero yo estoy tan seguro de lo que siento por tí, y quiero que lo sepas. Quiero que seamos una familia, que tengamos una vida muy feliz y tranquila lejos de aquí, y quiero... que seas mi esposo-
Y también cómo había pasado muchas veces, Joaquín se quedaba congelado y sin palabras. Añadiendo sin querer, una tonelada más de ansiedad a su novio, quién le exponía su corazón y todo lo que había en él.
- Amor, yo sé que llevamos poco tiempo juntos, y tampoco te estoy pidiendo que me respondas algo. Sólo quiero hacerte saber que... de verdad te amo, y mi intención no es otra que compartir mi vida entera contigo, cuidar de tí y de Oski, y tratarlos cómo se merecen-
- Bien, yo... yo también quiero lo mismo, Emi - Después de largos segundos de un profundo silencio, Joaquín parecía por fin recuperar el habla. - Una vida contigo, juntos...-
- ¿De verdad? - El mayor preguntó con los ojos iluminados, cómo si la ilusión de pronto llenara todo su cuerpo. - ¿Estás seguro?, no quiero que te sientas presionado por responder.-
- Si, claro que estoy seguro es decir...- Joaquín se detuvo un instante, mientras una sonrisa tímida aparecía en su rostro. - Me sorprende que de pronto digas algo así. No imaginaba que fueras una persona que creyera en el matrimonio y esas cosas...-
- No era una persona que creyera básicamente en nada, Joaco...- Emilio respondió a la sonrisa, y sus manos buscaron el rostro del ojimiel para acariciarlo - Pero ahora todo es diferente. Desde que te ví sonreirle a una galleta de nuez, entendí lo que era desear estar siempre junto a alguien... y ahora creo en el amor, la felicidad, el matrimonio y cualquier cosa que me permita estar contigo, amor-
- Te amo, Emilio... y me encantaría ser tu esposo en el futuro - Joaquín dejó un pequeño beso sobre los labios del oji-café, pero cuándo intentó separarse el mayor lo sostuvo con fuerza desde la parte posterior de su cabeza.
Un beso profundo y repleto de emoción; una cálida sensación invadiendo su pecho, ¿Y qué importaba estar a una orilla de la carretera sobre el regazo de su novio?. Absolutamente nada.
- Yo también te amo, Joaco-
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¿Cómo Conquistar A Un Virgen En La Primera Cita? // Adaptación Emiliaco
FanficJoaquín es un joven brillante y lleno de carisma, pero con una triste realidad. Cuándo los problemas y la angustia lo sobrepasan, se vé obligado a vender lo que más había atesorado... su virginidad; para así poder solventar los gastos de su familia...