50. Jugada Inesperada

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Joaquín temblaba inconscientemente mientras su mirada estaba fija en el estrado.  Su madre llevaba un par de minutos declarando frente al juez, y nada estaba saliendo ni remotamente cerca de lo que el castaño esperaba.

- Entonces, sino me equivoco, sus dichos están siendo claramente influenciados por sus sentimientos de recelo, y despecho hacía nuestro cliente, por su fallida relación sentimental...- Por tercera vez el abagodo defensor de Juan Osorio, irrumpía el relato de Elizabeth Bondoni.

- No voy a negar que en algún momento llegué a sentir un profundo odio hacía Juan. Él fué un completo error en mi vida, y se comportó cómo un imbecil, pero ya no siento nada más que indiferencia y desprecio hacía él...-

- Y entonces, ¿Cuáles serían los motivos que la tienen aquí testificando en su contra?, porque supongo que debe haber alguno, si ya su odio hacía el señor Osorio está resuelto...-

- Estoy aquí por Emilio...- Elizabeth responde con firmeza, ganándose una mirada confusa de parte de los abogados del empresario. - Emilio es aún muy joven, tiene una edad muy similar a la de mi hijo mayor, y me parece injusto que él pague por las atrocidades cometidas por el monstruo que tiene por padre. Él era aún un niño, cuándo yo trabajaba para Juan y lo ayudaba a conseguir mujeres para grabar pornografía, y luego las prostituía entre sus amigos. Éramos amantes, y me avergüenzo de todo el daño que le hice a Niurka, quién era su esposa, y también a Emilio, porque jamás me importó en aquel entonces dejarlo sin una madre. Ésta es mi forma de reparar el daño... Emilio no puede ser culpable de algo que comenzó cuándo él ni siquiera tenía consciencia del bien y el mal...-

Se crea un silencio en la sala, el cuál es seguido por una serie de murmullos entre los abogados. Es el defensor de Emilio quién vuelve a tomar la palabra. Claramente se ha abierto una buena oportunidad de exponer a Juan frente al juez, quién no deja de tomar notas.

- Dígame señora Bondoni, ¿En qué otras labores ayudaba usted a Juan Osorio siendo su empleada y amante?-

Elizabeth mira por un instante a Juan, quién está allí frente al estrado, sentado en su silla de ruedas y con la mirada perdida en el suelo, y pareciera que frente a aquella magistral actuación de pobre hombre desvalido, el odio de la mujer volvía a renacer.

- Hacía todo lo que él me pedía... servía licor a sus amigos durante sus reuniones de negocios, dónde él cobraba sumas alucinantes de dinero por permitirle a aquellos hombres repugnantes tener el privilegio de escoger con que actriz podrían acostarse. Muchas veces fuí yo la elegida, en otras ocasiones ayudé a grabar películas, y participé en la producción de tantas otras. Era un negocio muy rentable, pero que apenas estaba empezando por aquellos años. Pero todo creció rápidamente, y cuándo el dinero ya era demasiado como para poder manejarlo fácilmente, Juan contrató nuevos asistentes, personas con estudios, y así fué cómo prescindió de mí, sin ni siquiera importarle que estuviera esperando un hijo suyo... él simplemente me hizo a un lado cómo basura.-

Otro silencio, el cuál se sintió mucho más profundo, mientras el juez miraba detenidamente a la mujer, cómo buscando en ella cualquier detalle que implicara que pudiera estar mintiendo.

Joaquín se tensó. No había sido parte de la preparación que los abogados de Emilio tuvieron con su madre, así que escuchar hablar sobre su pequeño hermano, no era algo que esperaba.

- Señora Bondoni, su relato suena bastante interesante, sin embargo, creo que los motivos para que usted esté hoy aquí declarando, radican en los intereses personales de otra persona... su hijo mayor, Joaquín, ¿No es así?- 

Una vez más los abogados de Juan arremetían contra Elizabeth. Joaquín sintió en aquel instante que su corazón saldría de su pecho, pues sabía perfectamente la dirección que tomaría en ese instante la declaración de su madre, y la verdad era que aquello además de ser inesperado para todos, le daba un giro total a las palabras de su madre.

¿Cómo Conquistar A Un Virgen En La Primera Cita? // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora