60. Cap. Extra - Un Futuro Prometedor 2

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- Por favor, Emilio... es necesario que cambies esa cara, es tu boda, no un entierro. - Nikolás está frente a su amigo, ayudándolo a arreglar su corbata, y sonríe de manera insinuante frente al estado de angustia del rizado. - Bueno, el entierro viene después, por la noche... pero tampoco es algo triste, así que sólo intenta pensar en eso y sonreír un poco.-

Emilio ni siquiera fué capaz de intentar fingir una sonrisa frente a las palabras de Nikolás, quién llevaba los últimos 20 minutos tratando de hacerle reaccionar.

- Será un entierro, porque Joaquín vá a matarme...- El oji-café se mostraba autenticamente preocupado. Sentía que sus brazos y piernas hormigueaban, y sin intentar exagerar demasiado, creía que en cualquier momento caería al suelo no pudiendo dominar su crisis nerviosa.

- Mailo basta con eso...- El rubio frunció un instante el ceño, y sosteniendo a Emilio por los costados de su rostro, lo obligó a mirarlo a los ojos. - Escúchame, Joaquín te adora, no vá matarte, ni a molestarse, ni a cancelar la boda por un simple par de anillos. Creo que incluso es probable que ni siquiera note que no son las originales...-

Emilio suspiró. Él realmente deseaba creer en las palabras de Nikolás, pero conocía a Joaquín mejor que a nadie, y sabía perfectamente que eso no era siquiera una remota posibilidad.

Los anillos de matrimonio, al igual que cada otro insignificante ó importante detalle, habían sido estricta y rigurosamente diseñadas, ejecutadas y evaluadas por Joaquín. Y de manera oficial 1 hora atrás; Emilio los había dado por perdidos.

Luego de dar discretamente vuelta la casa con ayuda de Nikolás, y siendo consciente que estaban sólo a 2 horas de la ceremonia, Emilio se quedó sin alternativas, y dejó que el rubio saliera rápidamente en busca de un nuevo par de anillos que se asimilaran a los originales.

Y Emilio ahora sostenía con pesar y arrepentimiento el nuevo par de anillos en sus manos, siendo consciente que además del color, éste nuevo par, no se asemejaba en nada al original.

Joaquín había creado algo especial para ellos, y cómo todo en su boda, tenía un significado. Luego de pasar por decenas de otros diseños, el castaño se decidió por un par de anillos idénticos de plata, que tenían una pequeña banda en el centro y en ella iba grabada la inicial de sus nombres, además de otro pequeño, pero magnífico detalle. El anillo de Joaquín llevaba junto a la letra "E", un pequeño ópalo de roca, y en el caso de la argolla de Emilio, junto a la inicial de su esposo "J", había una pequeña incrustación de ámbar. Era el color de sus ojos, era su mirada que los acompañaría siempre, incluso cuándo no pudieran estar juntos; eso le había dicho Joaquín cuándo le mostró el diseño completo y ya totalmente decidido.

Y Emilio apesar de no involucrarse mucho en las decisiones, opinó, haciéndole ver a Joaquín que aquel símbolo de su unión y amor, era simplemente perfecto.

Pero ahora no estaban, las había perdido estúpidamente. Y Emilio sabía que aquel par de anillos de oro blanco que tenía en su mano, aunque muy hermosas y costosas, no se parecían en nada a las originales, ni mucho menos poseían el mismo sentimiento de amor y dedicación.

Aquel nuevo par de anillos sólo significaban la máxima expresión de su descuido y estupidez; y probablemente la decepción y el odio bien merecido de Joaquín.

- Okey Emilio, ya es tiempo. Si realmente te preocupa que Joaquín no se moleste ni decepcione, tienes que bajar ahora mismo para esperarlo en el altar cómo prometiste...-

- Bien...- Emilio dió un fuerte y pesado suspiro.

El rizado dió una última y amarga mirada a los anillos antes de meterlas en el bolsillo de su camisa. Se miró al espejo, e intentó regular su estado ansioso, pero fué en vano.








¿Cómo Conquistar A Un Virgen En La Primera Cita? // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora