4. Luz, Cámara y ¡Alto!

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- Hola Emilio...

Fué Joaquín quién saludó primero en ésta ocasión. Una sonrisa cálida llenando su rostro, mientras que sus manos jugaban con las mangas de su sweater de color rojo, mostrando con eso lo nervioso que estaba.

Había dormido bastante poco durante la noche. No lograba dejar de pensar en ningún momento en el contrato, y específicamente en los detalles solicitados por el cliente. Aunque la verdad era que al transcurrir de las horas, se había sentido algo más tranquilo al respecto.

Es decir, era sólo actuación de todos modos, quizás el daño físico se podía fingir. La verdad no lo sabía, pero había algo que lo hacía confiar en que Emilio no permitiría que lo dañaran de tal manera.

Y si bien era estúpido confiar en un desconocido sólo por mostrarse amable, y ofrecerle galletas; él lo hacía. Su instinto le decía que Emilio era una buena persona, y todo lo contrario de lo que se esperaría de un productor de pornografía.

- Oh Joaquín, Hola - Emilio se mostró sorprendido, pero sonrió inmediatamente al verlo - Por favor, siéntate

Estaban exactamente en el mismo lugar que el día anterior, sólo que ésta vez el desayuno sobre la mesa lucía bastante diferente.

En una enorme bandeja se formaba un hermoso arcoiris con decenas y decenas de variedades de galletas. Colores pasteles, y otros más intensos, cubiertas con chispitas, frutas confitadas, glaseados y cremas; y las infaltables nueces.

Emilio sonrió complacido cuándo vió la sonrisa y la expresión de asombro en el rostro de Joaquín.

- ¿Pue-puedo probarlas todas? - Joaquín murmuró con el asombro de un niño decorando su rostro.

- Claro, las pedí para tí...- Emilio sonrió y junto con eso sacó una pequeña caja que aguardaba en una silla junto a él - Y pedí ésto también

- ¿Qué es eso? - Joaquín preguntó frunciendo el ceño algo confundido.

- Más galletas...- Emilio sonrió y se las tendió por sobre la mesa - Pero éstas son para que las lleves a tu casa, y puedas comerlas después...

- Sé perfectamente lo que intentas hacer Emilio...- Joaquín mencionó borrando su sonrisa; una inusual seriedad se dejaba ver ahora en sus gestos.

- ¿Qué? - el rizado inquirió algo asustado.

- Sí, lo que quieres es conseguir que firme el contrato y el pago sea en galletas en vez de dinero... déjame decirte, que estás logrando persuadirme

Joaquín soltó una carcajada, la que logró contagiar al oji-café un par de segundos después. La tensión nuevamente se desvanecía, mientras Emilio pensaba en lo adorable que se veía Joaquín escogiendo galletas desde una bandeja.

- De verdad, agradezco mucho el gesto. Ayer pensé en sacar una bolsa desde mi mochila, y poner allí todas las galletas que sobraron... ahora eso no será necesario

Emilio volvió a reír enérgicamente. - Pero puedes hacerlo si lo quieres... son tuyas cómo dije

- ¿Es enserio?, porque eso sería genial... Óscar estaría tan feliz de ver tantos colores en galletas...- Joaquín añadió con un hermoso brillo en sus ojos.

- ¿Quién es... Óscar? - Emilio preguntó sin notar que su sonrisa había mutado rápidamente en un gesto serio y un ceño fruncido.

- Óscar es mi hermanito, tiene 7 años y es tan adorable y adicto a las golosinas cómo yo...- Joaquín respondió con simpleza, sus ojos tan atrapados en las galletas que no notó cómo el oji-café soltaba un suspiro aparentemente de alivio.

¿Cómo Conquistar A Un Virgen En La Primera Cita? // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora