13.

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Christopher se recuesta en la cama, quitando su propia camisa. Zabdiel quiere tirarse sobre él y besarle hasta que no sienta los labios y los pulmones le ardan ante la falta de oxígeno, pero se recuerda que necesita calmarse.

Pronto, el omega siente como su ropa interior se moja, quedando húmeda por su lubricante natural. Zabdiel se posiciona sobre él, apoyándose en sus brazos para no lastimarlo y el calor que recorre por su cuerpo es tan sofocante que teme perder el control con el omega que está gestando su cachorro.

— Yo... Quiero...

― Haz lo que quieras ―le susurra, besando su rostro desorientado y sosteniendo sus mejillas.

Zabdiel le quita los pantalones de pijamas, ya húmedos, casi arráncandolos. Hace lo mismo con la última prenda inferior faltante, dejando al descubierto su completa desnudo. Christopher se queja, el frío acaricia su sensible y erizada piel, pidiendo por el calor del alfa.

― A-Ah, Zabdiel. ―jadea.

Una mano traviesa del alfa se abre paso entre sus glúteos, sus dedos acarician la carne bajo su tacto hasta llegar a su entrada, caliente y mojada, ansioso por tenerlo dentro. Zabdiel gruñe con el pensamiento de ser apresado por las paredes internas del omega. Él también se quita la ropa sin cuidado y lo más rápido que puede.

― Tranquilo. ―Christopher le dice entre una risa baja, acariciando los brazos del azabache.

Parece no escucharle. Sus pupilas dilatadas brillan bajo una cortina húmeda de lágrimas y de entre sus labios sumergen unos colmillos.

Zabdiel abre las piernas del omega, su boca recorre una hilera de besos por el interior de sus muslos acanelados y ver la cantidad desbordante de lubricante le hace saber que no será necesario prepararlo. Christopher ante las sutiles caricias que la lengua del otro le brinda y aprieta entre puños las sábanas que están debajo de su cuerpo. Mira a un lado, viendo al alfa tomar su miembro entre sus manos. No lo recordaba tan grande.

Zabdiel cae sobre sus labios, besándolos con disfrute y gruñidos incluidos. Christopher envuelve sus brazos en el cuello del alfa y jadea entre el desordenado beso cuando lo siente entrar en él.

― Tan bueno... ―gime con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás, y el azabache comienza a moverse en su interior.

Zabdiel mordisquea su cuello, su lengua recorre con gula el contorno de sus clavículas y desea romper la piel del omega hasta hacerla sangrar, pero su lobo le recuerda que podría ser malo.

― Me alegro que seas tú quien haya aceptado mi nudo ―el alfa habla entre dientes, si dejar embestir contra las caderas del de piel palida― Joder, me alegra saber que llevas a mi cachorro dentro ―gruñe al sentir el abrazador calor apretarse en su vientre bajo y sabe que pronto se vendrá―. Mío.

Christopher no aguanta mucho y se corre con el atisbo de un gemido placentero en su boca. No tarda demasiado cuando el nudo de Zabdiel comienza a hincharse en su cavidad inferior hasta dejarlos unidos, derramando el caliente semen en su interior.

― Shhh... ―Zabdiel lo arrulla cuando una mueca de dolor surca por el rostro de Christopher, y seca las pequeñas lágrimas que caen por sus mejillas― Sólo espera y no te muevas. ―lame las marcas que le dejó en su cuello, buscando curarlas.

 ―lame las marcas que le dejó en su cuello, buscando curarlas

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