Extra 1.

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Suspira, quitándose las sábanas de encima. Sabe que día es hoy y eso le pone feliz. Su cumpleaños. Cumplía 5 años y sabía que sus padres le tenían una sorpresa, los ha escuchado hablar de eso por las noches. Así que con una sonrisa brillante, corre a la cocina. Su casa está en silencio y eso es raro, ya que sus papás siempre estaban gritando —no en manera de pelea — o su hermana cantaba.

—¡Cállate, animal!—Oye la voz de su tío Richard y ésta es seguida de varios sshhh.

Aún más contento, con la idea de que su familia está ahí, entra a la cocina y todos gritan su nombre, tirando serpentinas y confeti. Su papá teniendo cuidado de no aplastar a Zack, Christopher se acerca a abrazarle.

—¡Feliz cumpleaños, bebé!—El castaño besa sus mejillas repetidas veces, dejándolas sonrojadas.

—No soy un bebé, ya tengo cinco—se limpia los cachetes, yéndose a una de las sillas.

—Felicidades, Liam—Alisson, con el cabello trenzado se acerca, teniendo una caja grande entre sus manos, con trabajo y podía sostenerla.

—¿Para mí?—Abre sus ojos en grande, fingiendo sorpresa.—¡Gracias, bruja!

Alisson rueda los ojos, evitando contestarle a su hermanito, se la pasaría por hoy porque era su cumpleaños.

—¿Dónde está mi papá?— Él cumpleañero pregunta, quitándole la envoltura a la caja.

—Por ahí— Alan contesta, mirando a otro lado y enrollando su brazo al rededor de Richard.

—Por ahí en...— Erick quiere seguir pero no se le ocurre nada.

—En la selva— Richard termina y todos se golpean la frente, incluido Liam.

—¿En serio?—Sus ojos de colores se abren, ahora si, sorprendido.— ¡Woooow, yo siempre dije que papá era como tarzan!

—Por idiota— Erick murmura bajamente, y le sonríe a Christopher, quien lo mira enojado.

— Fue con tío Joel y los gemelos a buscar algo, amor

—Ahhh, ¿no fue a la selva?

—No, Liam— su padre deja al bebé en su silla.—Pronto debe venir

—¿Es una sopresa para mi?

—Puede ser— la pelirroja se encoge de hombros.—Puede ser que no—se mece de un lado a otro.

— ¡Liam!— Ari y Arad entran corriendo a abrazarle cuando lo ven.

Ambos lo felicitan entre risas, haciéndole cosquillas. Un ladrido hace que se separen, los ojos del pequeño De Jesús se abren y corre hasta donde lo oye. Su padre está parado ahí, con un gran perro a su lado.

—Mierda, Zabdiel. Dijimos un perrito—Christopher le dice al oído a su alfa, pegándole en el brazo.

—¡No había nada más!— Se queja, sobándose.

—¡Un perrito!— Y a Liam no se le es necesario incarse para abrazar al perro, ya que es casi de su estatura.— ¡Gracias, papá!, ¿lo conseguiste en la selva?

—No, el es de la perrera, tu padre si es de la selva— Alan interfiere, acercando sus pasos al can y dándole leves caricias al perro.

—¡Papi!—Alisson grita desde la cocina.

Christopher va a verlo. Ella está sobre la mesa, cuidando de Zack y con alerta a todo.

—¿Qué pasa, corazón?

—Papi ¿el perro se va a-a quedar mucho tiempo aquí?

—Es uno de los regalos de Liam— tuerce la boca.

Ven aquí, y ámameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora