12.

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Después del beso Zabdiel no dijo mucho, nada, en realidad. Sólo había sonreído a medias para Christopher, le tomó la mano y lo encaminó a su casa. Para el castaño aquello estuvo más que bien, ese era un pequeño gran avance, sabe que tampoco Zabdiel va a estar besándolo a cada rato como su corazón lo pide. El alfa necesitaba acostumbrarse a la idea de que eran alfa-omega.

Para el miércoles Zabdiel estaba más cariñoso que nunca. En el receso no hacía más que estar con la cabeza enterrada en su cuello, olfateando. Gruñía cada vez que alguien le hablaba al de tez canela, no importaba si era beta o un omega como él. Christopher no se quejaba, le gustaba sentir la necesidad del alfa en tenerlo a su lado, por él estaba perfecto así.

Ahora están sentados en las mesas de la cafetería, Alan también está con ellos, porque dijo ahora eran sus nuevos amigos. Zabdiel no lo soportaba, porque era el que más le hablaba a Christopher y lo estaba provocando.

— Hey, Zab ―el omega acaricia la mejilla de Zabdiel, llamando su atención, sólo hace que el azabache ronronee ante el toque― ¿Puedes ir a comprarme una malteada?

― Que vaya Alan. ―aspira fuerte, sonando distraído.

― Pero no creo que quieras que otro alfa me compre cosas...

― Está bien. ―molesto de tener que dejar el calor del omega, se levanta, yendo al almacén de la institución.

Christopher voltea hacia Joel, alzando su ceja.

― Es su celo ―su tono es de obviedad―. Se está acercando y necesita olerte para que a la hora de, ya sabes, "hacerlo" su alfa te reconozca y no te haga daño.

― Oh... ―asiente comprensivo, y no sabe por qué sus mejillas se calientan un poco―. ¿Crees que Zabdiel lo quiera pasar conmigo? ¿O llamará a alguien?

― Pienso que primero te dirá que no porque tendrá miedo de lastimarte. Pero si tu quieres pasarlo con él y lo convences de que no te hará nada... Tal vez lo logres.

― Y si no pasa, ¿llamará a alguien? Joel niega, sonriendo de lado ante la expresión inquieta del otro.

― No lo creo ―lleva a su boca un trozo de chocolate, de esos que Zabdiel le regaló a Christopher, quien al notarlo le da un manotazo aunque no logra impedir que lo coma―, su alfa se volvería loco de oler a otro omega que no seas tú. Así que, si no eres tú, no es nadie.

Joel termina de comer el chocolate y a Christopher ya no le importa. Muerde la piel de sus labios, pensando. El pensamiento de que Zabdiel no llamara a nadie más para pasar su celo le calmaba un poco, pero sabiendo el dolor que iba a sufrir, lo alteraba de nuevo. Tenía que convencerlo.

― Toma. ―el alfa azabache reposa la malteada de vainilla en la mesa, sentándose al lado de Christopher y tal vez es la costumbre, porque su cabeza cae instantáneamente sobre su hombro.

― Gracias, Zabdiel. ¿Cómo sabías que ésta era mi favorita?

Zabdiel gruñe, pero muy bajito.

― Era la única que había.

Christopher se ríe y le da un sorbo al batido, sabía que era muy bueno para ser verdad.

Christopher se ríe y le da un sorbo al batido, sabía que era muy bueno para ser verdad

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