𝐏𝐈𝐄𝐋 𝐅𝐑𝐈́𝐀 - ᴘᴀʀᴛᴇ ɪɪ

capítulo siete

Graduación.

Me puse el vestido que Alice confeccionó para mí, es hermoso. Añadí algunos accesorios como una pulsera de cuero negro, y el anillo de compromiso, me vi en el espejo y era extraño verme con lentillas, pero me sentía más "natural", como si nada hubiese pasado. La puerta de la habitación se abrió y vi en el espejo como Carlisle ingresaba y cerraba la puerta detrás de él, su sonrisa era dulce y a la vez contenía un brillo que pude deducir como ¿malicia?, pero es la misma mirada que tiene August cuando va a hacer algo "malo".
Carlisle se acercó por detrás de mí, pasó su mano con suavidad por mi cintura y terminó en mi abdomen, apoyó su mentón en mi cuello y nos vimos reflejados en el espejo.

—Ya todos se fueron —dijo de una forma algo sería, pero con aquel toque de "hagamos una maldad". No pide contener la risa y reí ante aquel comentario, me giré y le robé un beso.

—Me equivoqué, no eres el adulto responsable de esta relación, soy yo —él rió, su abrazo fue más cálido ahora.

—Bueno, antes no tenía la oportunidad de sacar este lado mío, con cinco hijos adolescentes eternamente es complicado.

—Complicado, pero no difícil. Tranquilo, ahora somos dos los adultos, bueno, yo más adulta, así que puedes dejar de esconderte detrás de ese cabello tan bien peinado —otra risa, sus ojos ahora me hablaban, con el tiempo que hemos pasado juntos al fin siento que conozco más y más a este hombre, y lo amo cada día más igual.

—Anneliese, estaré contigo en cada momento de la graduación, no debes de tener —dijo al sostener mi rostro con sus sabes manos.

—Y no olvidar que la noche igual, porque Alice organizó una fiesta —dije, él asintió.

—Estaré contigo eternamente —sus labios se acercaron a los míos y sus caricias me envolvían, me daban paz.

Fuimos en auto al instituto de Forks, al ser familiares teníamos asientos asignados. Carlisle saludó a varios hombres y mujeres que se acercaban diciendo «Dr. Cullen», después notaban mi existencia y solo sonreían por cortesía. En todo este momento, de la entrada del instituto hasta la silla donde nos correspondía, Carlisle no soltó mi mano y de hecho me observaba cada instante para ver cómo estaba, me sentí más que acompañada, y se sentía bien.
Estando sentados vi a la distancia a Alice, Jasper, Edward y Bella, sonreí cuando Alice me vio y movió su mano.

—En dos o tres horas terminará todo —susurró Carlisle.

—Estoy bien, algunos aromas me hacen estremecer, porque son más fuertes que otros, pero si hablamos de sed, no hay —dije al ver nuestros dedos entrecruzados—, estoy bien amor —comenté al verlo a los ojos, éste estuvo unos instantes quietos, como estatua, después miró hacía el director que hablaba y daba comienzo al evento y nuevamente su mirada volvía a mí, no entendí ese gesto, hasta que vi sus ojos, con el mismo brillo qué vi en el espejo, apreté mis labios y miré hacia delante—. Tres horas amor, aguanta.

—Anneliese —comentó suave y suplicante, sonreí divertida, pude sentir su mano algo tensa, entonces me giré para verlo.

—Después daremos un paseo, tranquilo —dije al acercarme y darle un leve beso en la mejilla, él en ese instante parecía volver a ser el «Dr. Cullen» y no mi «amor».
Quería reír por el cambio, pero él debe de ser el adulto responsable en público.

El evento continuó, habló una chica, dio un buen discurso, al final los profesores llamaron a los estudiantes para darles su pergamino, aplaudimos cuando cada uno ya estaba listo, y llegó la hora de irse a casa. La fiesta que le siguió en la noche hacía vibrar los vidrios de la casa, pero ningún ojo humano lo notó. Los gemelos no soportaban aquel ruido, así que Rosalie junto a Emmett se los llevaron a un lugar alejado, por mi parte estaba escondida en el despacho de Carlisle, observaba los cuadros de pinturas y otros objetos, nunca me cansaré de observar casa detalle de aquella habitación. La música me impedía oír con exactitud a las personas, pero agradecí aquello, dudo que algo que comenten los adolescentes sea divertido o interesante. No los de Forks.

Entonces, aquel olor a perro mojado qué me hizo arrugar la nariz, sin embargo, este olor destacaba un poco más y ya lo había olido antes, me concentré para intentar oír aquel corazón acelerado, pero en vez de eso se oyó la voz de Bella angustiada. Salí del despacho y bajé las escaleras, ahí vi a Alice mirando a Bella y diciéndole "ya tomaron su decisión", mis ojos se levantaron y vieron a Jacobo con Embry y Quil, cuando me devolvieron la mirada su rostro paso de extrañeza por Alice a incomodidad por mí.

—Alice —dijo Edward al acercarse a ella, detrás de mí alguien tocaba mi mano con cuidado, no tuve ni la necesidad de girarme para saber que era Carlisle.

—Vamos afuera, ahí hablaremos mejor —dijo Carlisle. Todos salimos en silencio, nos alejamos unos pasos de la casa y cuando al fin nuestras voces se escuchaban como normalmente se deben escuchar, Alice contó su visión.

—Llegarán en cuatro días —concluyó.

—Esto será un baño de sangre —dijo Carlisle, se veía intranquilo, buscaba las posibilidades de luchar sin que nadie salga herido o peor, muera. La conversación siguió la ruta de ¿Quién hace esto?, las respuestas fueron: Los Volturis. Nadie, es coincidencia y finalmente la pelirroja, aunque no había prueba alguna de su presencia, quien sea que esté bajo esto está en el punto ciego de Alice.

—De cualquier forma, un ejército viene y no somos los suficientes para proteger la ciudad —dice Jasper.

—Esperen ¿de qué ejército hablan? —pegunto Jacob, quien recién había entendido todo lo que hablaban.

—Neófitos —dijo Carlisle—, de los nuestros —Solo entonces Carlisle me observó, estiró su mano y me acercó a él, parecía que me protegía con sus brazos pese a que supuestamente soy más fuerte en mis primeros meses. No me quejo.

—¿Qué es lo que buscan? —preguntó Embry.

—Pasaron algo para olfatear a Bella —dijo Alice, cerré los ojos y contuve una risa, porque en mi mente me imaginé a Rosalie aquí y escuchando esta noticia, escuché su: Agh, siempre lo mismo. Y después se iría modelando.

—Buscan a Bella, ¿cuál es su propósito? —preguntó Jacob, abrí los ojos cuando lo noté intranquilo.

—Significa un combate feroz. Con muchas vidas perdidas —dijo Carlisle al ver a Jacob.

—Bien, cuenten con nosotros —dijo Jacob al ver a Carlisle.

—No, los matarían a todos, no quiero —dijo Bella, me alejé un poco de Carlisle y la observé con los brazos cruzados sobre el pecho.

—Yo no te pedí permiso —dijo Jacob.

—¿Edward? —Preguntó angustiosa.

—Es más protección para ti —le dijo a Bella.

—Jacob ¿crees que Sam accedería a un acuerdo? —preguntó Carlisle.

—Si así podemos matar algunos vampiros —dijo, sonreí leve.

—Aumentará nuestro número, los neófitos no saben que existen —dijo Jasper—. Será una ventaja.

—Necesito coordinarlo —dijo Carlisle al ponerse en pie.

—Carlisle, es arriesgado —dijo Bella.

—¿Dudas de los lobos? — ella me observó, todos lo hicieron—, parece que no entiendes esto, déjame darte enseñanza básica de la reserva. A los miembros de la tribu se les obsequió el don de representar a los guardianes en la tierra, todo con el propósito de protección. Los lobos que tanto temes que se dañen pueden arrancarles la cabeza a tres vampiros en un movimiento de cabeza, mientras sus garras sirven para destrozar extremidades —Bella palideció ante aquel dato, pero continue hablando— y al final su mordida causa un envenenamiento que ningún vampiro sobrevive, pues su cuerpo es contaminado y se pudre lenta y dolorosamente. Más que la transformación.

—¿En serio podemos hacer eso? —preguntó Embry emocionado.

—Son los guardianes y no saben las habilidades que poseen ¿Billy no les enseñó nada? —hubo silencio y miradas de Embry a Jacob y después a Quil.

Algo le pasó a Billy. Eso me dijo Jacob con la mirada.

—De igual manera, necesitaremos entrenarnos. Jasper sabe lo que se requerirá para pelear con neófitos. Son bienvenidos —le dijo Carlisle a Jacob.

—Bien, digan donde y cuando. Y de paso, nos hablarás de esa última habilidad que desconocía —dijo Jacob al verme, había un brillo de emoción en sus ojos.