epílogo

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Las batallas nunca se me dieron bien, menos contra el ejército de Aro, y al final después de tanto tiempo perdimos. Solo agradecí que no vi morir a mis hijos ni mucho menos a Carlisle, me fui en paz.

La muerte sería algo que tenía en duda, en parte por la promesa de Harry, y la otra por la duda de mi "alma" según Carlisle, pero todo se olvida cuando nuevamente aparecí en aquel prado dorado, el pastizal parecía hilos de oro puro, el aire estaba tan cálido y acogedor, todo era hermoso y entonces la misma mujer que me había recibido antes me miró y sonrió ampliamente.

—Al fin llegas, vamos, todos te están esperando —me dijo al tomar mi mano, caminé junto a ella y tuve una sensación extraña, como si la conociera de antes. Cuando ingresamos al bosque dorado dentro se convirtió en algo diferente, los troncos eran vivos y brillantes, casi como fuego, pero no incendiaban nada, el agua de los ríos era tan cristalina y brillaba como millares de diamantes, como la piel de él. Y al final, en un lugar semejante a la Push con varias casas de madera pintadas de rojo y blanco, estaban todos, Billy, las gemelas Raquel y Rebecca, Jacob, Leah, Seth, Embry, Emily, Sam, Harry, todos estaban ahí, solté un sollozo ahogado al verlos, ellos me sonrieron me recibieron con los brazos abiertos, no dude en ir a abrazarlos a todos.

—Al fin estas en casa, mi amor —me giré al oír una voz femenina, lloré más cuando vi a mi madre quien me extendía los brazos y me cubría con ellos—. Al fin, todos juntos.

FIN

𝐏𝐈𝐄𝐋 𝐅𝐑𝐈́𝐀 - ᴘᴀʀᴛᴇ ɪɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora