capítulo dos

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Nombres.

—Son hermosos —dije al sostener a uno en mis brazos, Carlisle se acercó a mí y sonrió, tocó al bebé con suavidad y le acarició la cabeza.

—Está bien —dijo al ver a Rosalie, ella asintió y entrego al otro bebé a Carlisle, antes de que se fueran noté como Alice sonreía ampliamente.

—Supongo que pasé la prueba —dije, Carlisle sonrió.

—Ven —seguí a Carlisle hasta la habitación vecina y vi el mismo sofá de antes—, siéntate —asentí, nos sentamos junto al otro en aquel sofá y los bebes podía verlos juntos ahora, eran de al menos cuatro meses o más, porque su tamaño creció, de igual manera sus dientes y sus ojos abiertos nos observaban.

—¿Crecen rápido o ha pasado mucho tiempo? —pregunté a Carlisle.

—Es algo que note, según Rosalie, en la noche mientras dormían parecían crecer más rápido, pero lo que más dice es que estaban hambrientos.

—¿Qué comen? —pregunté de inmediato, estaba segura de alimentarme bien en el embarazo.

—Anneliese, tú lo sabes, tenías dos bolsas de sangre en tu camioneta —mi boca formó un "Oh", él sonrió y observó al bebé—. No demuestran ser agresivos, de hecho, parecen bebes normales, pero aún quiero ver si hay algo más, por eso estaré constantemente con ellos.

—Bien, aunque están bendecidos, así que dudo que tengan algo malo —dije al sonreír y verlos.

—¿Bendecidos? —me preguntó Carlisle, sonreí y asentí. En ese momento no me tembló la voz para decirle todo respecto a lo que Harry me dijo, también sobre cómo pude vivir el embarazo en solo seis meses.

—Harry dijo que el crecimiento normal de ellos es de dos semanas, se podría decir que es para matar a la madre y nacer —dije al ver al bebé que observaba el techo algo distraído.

—Qué tonto fui, pudiste haber muerto y yo nunca me enteré.

—Hiciste lo que creíste correcto, apoyar a tu hijo, ahora sé qué clase de padre tendrán ellos, y me alegra saber que eres tú —le dije, él de un rostro triste pasó a uno sonriente, sus ojos parecían brillar no pude evitar besarlo, sin embargo, me alejé cuando oímos los sonidos de "risa" de los bebés, estaban muy entretenidos viendo cualquier cosa del entorno.

—Entonces, la pregunta más importante ¿Cómo se llamarán? —me dijo Carlisle, observé al bebé que tenía en mis brazos y recordé algo, un dato de años atrás, cuando era una niña.

—August —dije—, mi madre me confesó años atrás que sentía que yo iba a ser niño, así que quiso llamarme Claude, por supuesto cuando nació Jacob ella ya había cambiado de nombre, tenía otros gustos.

—Me parece un buen nombre —me dijo, el bebé que estaba en mis brazos pareció gustarle cómo lo había nombrado.

—Eres el padre, tienes derecho de nombrarlo igual —dije, Carlisle sonrió con algo que descifré como "timidez".

—Esto no lo he dicho en siglos, pero el nombre de mi padre era William —dijo, se quedó unos instantes en silencio mientras observaba al bebé que tenía en brazos—. Y parece que tenemos dos curiosos.

Carlisle levantó la vista y pude ver como Alice se asomó y además Rosalie quien parecía avergonzada por ser descubierta oyendo. Alice tomó de la mano a Rosalie y la atrajo a nosotros como un niño emocionado, sonreí.

—Yo tengo un nombre igual y lo amarás —dijo Alice al sentarse junto a mí en el sofá, observó al bebé—, tu nombre será August Claude Cullen —Alice parecía conocerme, porque sonreí al oír aquel nombre, sonaba armónico—. Rose también tiene un nombre, dilo.

—William Matthew Cullen —Dijo algo avergonzada, Carlisle sonrió y observó al bebé en sus brazos.

—Me gusta ese nombre, y parece que a él igual —dijo, Rosalie sonrió y estiró sus brazos, entonces tomó en brazos al bebé y parecía verlo de una forma maternal.

Sentí que estaban protegidos con ella.

—A ese lo llamaremos Matthew y a este August —dijo Alice con una amplia sonrisa, me giré para verla, no entendía como hablaba de futuro de una forma tan simple. Pero antes de que preguntara algo, oí un corazón palpitar, uno que no correspondía al de mis hijos, me levanté con August en brazos y sentí como Carlisle se acercó de inmediato a mí y me sujetó de los hombros, entonces la ventana se corrió a un lado y Edward Cullen había aparecido, me quedó observando unos instantes y parecía relajar su rostro de apoco.

—Bella viene, quiere hablar con todos—dijo, Alice asintió y Rosalie parecía suspirar algo exhausta.

—¿Bella? —pregunté, él asintió.

—Ven, estará todo bien —Carlisle me tomó de la mano y subimos a una habitación, no había cama alguna, pero sí un gran sofá que parecía una cama, ahí con cuidado dejé a August, mientras Rosalie dejó a Matthew. Me senté en una orilla y los observé.

—Bajaré a ver que quiere —dijo de mala gana Rosalie, sonreí leve al verla.

—Rose, gracias por cuidarlos —dije, ella sonrió algo tímida y asintió. Los bebés dormían y vi a Carlisle acercarse a mí, se arrodilló frente a mí y junto mis manos con las de él— ¿Vas a pedirme matrimonio? —dije al reír leve, él entonces recién notó la acción de arrodillarse y río.

—Aun no, eso es algo importante que quiero hacer bien —asentí sonriendo—, esto es para estar a la altura de tu rostro y poder decirte que tú decides.

—¿El qué?

—El quedarte aquí arriba o bajar con nosotros y ya ser parte de esta familia —dijo.

—Creí que ya estábamos más que aliados, después de todo, te dije que me tendrás hasta que te canses de mí —una suave sonrisa se mostró en él, estaba feliz, y quizás también estaba siendo algo tímido.

—Bien, entonces déjalos descansar aquí, bajaremos a recibir a nuestra invitada, debe de dolerle los pies de tanto esperar —Carlisle estira su mano y yo la tomo sin dudar, entrecruzamos nuestros dedos y antes de bajar él deposita un suave beso en mis labios, hay un poco de movimiento, todo suave y cálido, sonrío y observo aquellos ojos dorados, pero nuevamente noté algo que había olvidado; mi rostro con ojos rojos.  

𝐏𝐈𝐄𝐋 𝐅𝐑𝐈́𝐀 - ᴘᴀʀᴛᴇ ɪɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora