capítulo once

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Boda

¿Cómo le hace Alice para hacer una boda en un mes?

Es la pregunta que me hice cuando ella estaba probándome el vestido de novia. La batalla había terminado, Jacob estaba bien (pese a que está herido por el rechazo de Bella), Billy acepta a Carlisle, pero pide que le demos tiempo para acostumbrarse. August y Matt disfrutaron mucho del viaje con Rose, tanto que ahora quieren hacerlo cada fin de semana. Muchas cosas pasan en un mes, y ya que hay paz, que mejor que una boda.

O eso dijo Alice.

Un buen clima nevado para casarse tiene la lista de los invitados, música, dónde será y más, yo solo sé que debo ir a tal lado y decir acepto. Además, el próximo mes, en agosto será la boda de Bella y su transformación, así que Alice está doblemente esforzada.

—¿Sabes? podemos dejar mi boda para después —dije a Alice, quien tenía unos alfileres en la boca e iba colocándolos en el vestido.

—No.

—Vale.

Algo que aprendí en este tiempo que he vivido con los Cullen, es que nadie, pero absolutamente nadie puede hacer cambiar de parecer a Alice, es algo imposible.

—Listo, ya vi los últimos detalles, mañana es la boda, así que tendrás que quedarte toda la noche conmigo para ver tu peinado y maquillaje —dijo, sonreí forzada y ella me respondió con una amplia sonrisa.

Como no duermo, no se preocupa de mi cansancio físico y mental, además, ni siquiera he visto decoraciones de la boda ¿Dónde lo hará?

La noche pasó, oí pasos en la casa, voces y finalmente silencio, Alice y Rose se quedaron conmigo viendo los últimos detalles, ocuparon un maquillaje muy natural, nada extravagante, el vestido era ajustado al cuerpo en la parte de arriba, además tenía mangas largas y en la parte baja de la falda, era un poco más holgado, como un vestido medieval que vi en libros de historia, solo que más simple, como me gustan.

Salimos de la casa y me subieron a un auto, me mantuve en silencio debido a que si preguntaba algo Alice cambiaría el tema rotundamente. Rose a mi lado estaba ordenando las flores del ramo, eran rosas blancas y amarillas, pero contenían un brillo dorado, así que se veía hermoso el ramo.

Rose me lo entregó y entonces el auto se detuvo, solo entonces presté atención a mi entorno, era una playa, no cualquier playa, una que conozco, estábamos en la Push.

—¿Alice, ¿cómo...?

—Tu padre insistió en presenciar la ceremonia, pero puso condiciones, como que solo nosotros presenciamos este evento, solo Carlisle, tu, Rose, Emmett y los gemelos tenemos permiso de estar aquí. Jasper se quedó cuidando a Bree y Edward con Bella, ya sabes, por Jacob —dijo, asentí. Bajé del auto, el cielo estaba nublado, era blanco y la arena que muchas veces se veía gris y sin vida, hoy relucían como diamante, había un camino de tablas de madera, al fondo se veía un arco de flores y un sacerdote, junto a este, estaba Carlisle vistiendo un traje de tres piezas negras, la camisa era blanca y su corbata poseía detalles dorados, pero no había nada más brillante qué su cabello bien peinado a un lado y sus ojos radiantes. Cuando me posicioné en el centro del camino de tablas vi pocas sillas a los alrededores, pero en ellas estaban personas importantes, como Raquel y Rebecca, Paul, Embry, Leah y Seth, sonreí inconscientemente. Del otro lado estaba Emmett y Rose con los gemelos en brazos, los cuales aparentan ya ser niños de cinco años de edad, también estaba Alice, pero no vi a Billy hasta que lo oí hablar.

—Vamos mi pequeña, es hora de que seas adulta —a mi lado llegó Billy, lucía un traje negro con un corbatín igualmente negro, claro que tenía un sombrero vaquero, típico de él. Estiré la mano y él la sostuvo, su calor era un consuelo para mí, y solo entonces me giré y vi que detrás de él estaba Jacob, quien sostenía los mangos de la silla de ruedas, él vestía una camisa algo mal puesta, unos jeans y una corbata muy suelta, pero no me molestó, más bien me recordó a las veces que hacía berrinches al no querer ir a la escuela.

—Felicidades —dijo Jacob torpemente, sonreí.

—Eso se dice después del "acepto".

—Ya —respondió Jacob a Billy.

—Está bien, vamos —dije, ellos asintieron y tomando la mano de Billy y Jacob empujando la silla, ambos me guiaron hasta donde estaba Carlisle. A Billy le costó soltar mi mano y entregarla, pero aun así lo hizo.
Cuando tomé la mano de Carlisle era de mi temperatura, vi su rostro resplandeciendo de felicidad y evitar sonreír era imposible para mí, el sacerdote empezó la ceremonia, lo escuché en todo y seguí sus indicaciones sobre repetir el juramento y los anillos, al final la unión se sellará con un beso de los novios.

—Para siempre —susurró Carlisle al acercarse a mí, me besó y oí aplausos, sonreí cuando me alejé de él y llegaron corriendo a nosotros los gemelos, tomé a Matt en brazos mientras que August fue directo con Carlisle.

—Mamá, él dice "que seas feliz ngen-mawida" —dijo Matt, lo miré unos instantes y él apuntó a la playa, más allá de las personas había un tronco, el mismo al cual yo iba y me juntaba con Harry, lo reconocí porque él estaba sentado en el tronco saludando con su mano derecha, sonreía de forma suave. Dejé a Matt en el suelo y lo tomé de la mano, con mi otra mano levanté mi vestido y ambos caminamos hasta el tronco, fue un poco complicado por la arena húmeda y los tacones, pero nada que no pase desapercibido debajo del vestido.

—Ellos se ven realmente felices —dijo Harry, seguí su mirada y estaba fija en Leah y Seth—, Sue igual es feliz, y lo será.

—Matt puede verte —dije después de pensar en todo lo que pasaba.

—Es necesario, siempre serás la favorita del espíritu, pero las generaciones pasan como la rueda, todo sigue girando, aunque no estés ahí —dijo, me miró y sonrió—, deja a Matthew venir aquí, que conozca el bosque, a su gente y sobre todo que sepa que es el alma gemela de uno de los lobos —fruncí el ceño, pestañe varias veces al oír aquello.

—¿Alguien se imprimirá de Matt? —pregunté, él sonrió suave.

—No te alteres, sabes que no hay maldad en una imprimación, y es necesario, porque tu hijo será quien haga la diferencia en el nuevo mundo que vendrá mañana.

—Lo sé —dijo Matt, por instantes se me había olvidado de que lo traje conmigo, me acerqué a él y lo tomé en brazos, él no dejaba de mirar a Harry.

—Yo te lo dije y los demás, estaremos contigo siempre —le dijo Harry.

—Gracias, igualmente para ustedes, siempre estaremos unidos —parecía más maduro de lo que yo podría llegar a ser.

—¿Quién se imprimirá, o imprimió de él? —pregunté a Harry, éste levantó la vista a las personas de la boda, seguí su mirada y Leah nos observaba unos instantes, después desvío su mirada con rapidez.

—Oh, ya entiendo —susurré.

—Sabes que no hay maldad en su amor, ella solo lo verá como un amigo, como un hermano, como alguien a quien proteger, deja que cumpla su misión.

—Harry, a veces me exasperas —dije al verlo—. Pero gracias por todo, por lo que hiciste por mi antes cuando me embaracé, por decirme la verdad y por la segunda oportunidad... Yo, hice algo que no sé si fue correcto.

—Sabemos lo de Quil III —dijo rápidamente, lo observé en silencio—, el perdón depende de cada uno, y espero puedas perdonar, porque más que liberar a Quil III de su dolor, lo que realmente harás es darte paz. El perdón es para uno propio, no para los demás —dijo al cerrarme un ojo, Matt rió leve y sonreí.

—Nuevamente, gracias —dije, él asintió e introdujo su mano en el bolsillo de su chaqueta, sacó una caja de madera del tamaño de su palma y me la entregó.

—Para Leah, que sepa qué papá la ama en todo momento —tomé la caja y Harry había desaparecido, como su nunca hubiese estado ahí.

—¿También lo viste no? —pregunté a Matt.

—Sí mamá, es real.

—No uses ese tono de voz conmigo, que me harás llorar —le dije, él sonrió y me besó en la mejilla, tomó la caja de madera de mi mano y bajó de mis brazos— ¿A dónde vas?

—A por mi destino, nos vemos —dijo feliz y comenzó a correr, llegó ante Leah y le entregó la caja, todos notamos en momento en que Leah parecía casi llorar al verlo, cayó sobre sus rodillas y lo miró como si fuese un príncipe celestial, sonreí leve.

—El único amor verdadero. 

𝐏𝐈𝐄𝐋 𝐅𝐑𝐈́𝐀 - ᴘᴀʀᴛᴇ ɪɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora