fem OC X CANON [Esta es una historia larga]
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Valeria, o mejor conocida como Lilith tiene que aceptar hacer un trato con el chico que más odia, Dee Shvagenbagen.
¿De qué tratará?
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Fanfic hecho con el único propósito de ent...
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"Querido diario", odio empezar mis entradas de esta manera. Toda la culpa la tiene Disney y sus estúpidas interpretaciones de los adolescentes.
Como sea. Ayer pase un rato con Iván y la banda, estuvo bien. Ensayamos una canción de Fall Out Boy, no soy muy fan pero hay algunas canciones que me agradan. Luego hablé con Iván. Le confesé lo que me hacía sentir respecto a sus mensajes, quedamos en conocernos mejor y tal. Estaba equivocada respecto a él. Es un buen chico, fue mi culpa al pensar que era raro. Me disculpé con él y quedamos en bueno términos.
Ahora sí, respecto a Dee...
Después del ensayo, nos vimos en mi casa. Se ofreció a "ayudarme" con mi tarea. ¿Pero sabes qué? Mentí. Obviamente no necesito ayuda, ¡por favor! Dije eso para averiguar si decidía ayudarme o mandarme a la verga ¡Y tenía la razón! Le gustó, algo me dice que es así. Todavía no estoy segura pero pronto lo descubriré.
Le conté a Conan sobre esto y dijo que estaba sacando conclusiones demasiado rápido y tal vez tenga razón pero ¡Nunca desconfíes de tu instinto!
—¿Qué tanto haces? —Conan aparece detrás de mí en uno de los pasillos de la escuela— ¿Qué escribes?
—Todo lo que pasó el sábado y lo de... Ya sabes quién —digo susurrando.
—Ay, reina. Ni que fuera Voldemort.
—Bien, lo de Dee. Estoy armando un plan para hacerlo confesar. No quiero preguntarle directamente y quedar como una estúpida, así que lo provocare hasta que lo diga él mismo —entrecierra los ojos y hace un mueca con la boca.
—Es un pésimo plan.
—¡Agh! ¿Y qué más se supone que haga?
—¿Dejarlo en paz? Estás jugando con fuego, y ya sabes que pasa cuando juegas con fuego. ¡Te quemas! —ruedo los ojos y me pongo de pie para guardar mi diario. Odio sus sermones moralistas, me calan hasta la médula— Solo digo que debes tener cuidado.
—Ya sé que debo tener cuidado, no es para tanto. No es como que lo vaya a amarrar a una silla y amenazarlo con un cuchillo para que diga la verdad. ¡No estoy tan loca! —Conan sigue dudando pero rápidamente mira detrás de mí.
—Hablando del rey de Roma —Dee viene caminando hacia acá. Veo a mi hermano para que preste atención, y este se cruza de brazos.
—Hey —dice Dee al acercarse.
—Hola —contestamos al mismo tiempo. Toco la puerta de madera junto a mi hermano antes de que él lo haga.
—¡Tocó madera! Me debes un chocolate —digo celebrando por la cara insufrible que acaba de poner.
—¡A este paso te deberé chocolates toda mi vida! Toma —me da unas cuentas monedas— Mejor compratelo tú.
—Si vas a darme dinero en lugar de chocolates, nunca me detendré.
