𝐒𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫 𝐆𝐢𝐫𝐥 | DEE > Metal Family

𝟑𝟔

[Continuación del capítulo anterior]

Amor

•  •  •

(Dee)

Cuando llegamos a su casa, Val se acuesta en el sofá de la sala, llevándome con ella. Se ve desanimada. Lo bueno es que el enojo se le bajó y la sociedad ya no corre peligro.

—¿Dónde dijiste que estaba tu madre? —le pregunto para distraerla. No quiero que se quede pensado en lo que pasó, mucho menos en Iván.

—En el local de mi tía —recarga la cabeza en mi hombro, encendiendo su teléfono— Conan dice que Heavy ya está en casa (y que irá a una fiesta).

—De acuerdo.

—Como sea. No sé a qué hora regrese mi madre, no es que quiera que te vayas pero tal vez podríamos pasar el rato... —eso significa que estamos solos.

Solos.

—Entiendo —digo en un suspiro. Ella sonríe tenuemente, perdiendose en su cabeza. Me estoy empezando a preocupar— ¿Qué piensas?

—Pensamientos.

—Dime en serio —resopla, poniendo ambas piernas sobre mi regazo.

—Nada, solo siento fatiga.

—¿Por lo qué pasó?

—Sip. Trato de no pensar mucho en ello pero en serio ya me cansé.

—Lo sé, ¿te gustaría hablar de otra cosa?

—Quizá pero la verdad es que con tan solo estar contigo ya me siento mejor —paso un mechón de su cabello detrás de su oreja mientras que me mira sin parpadear.

—Hmm, que irónico —logro hacerla sonreír. La mirada triste que antes tenía se desvanece para ser reemplazada por una mejor— Bueno. La verdad es que no soy bueno iniciando conversaciones a propósito.

—Yo pienso lo contrario —me quedo embobado con su perfil tan bonito. Desde sus pestañas hasta sus labios. Todo de ella me vuelve loco. De pronto voltea a verme con los ojos entrecerrados— Justamente siempre tienes algo que decir.

Val se recuesta en el sofá, dejando sus piernas sobre mi regazo mientras descansa su cuerpo. Me acercó a ella, poniendo una mano sobre su rodilla y recargando mi peso en mi codo.

—¿Quieres hacer algo? —me pregunta. Estamos tan cerca que puedo sentir su aliento caliente cerca de mi cara. Asiento, lo cual la hace sonreír.

Pone una mano en mi hombro para cortar la distancia entre nosotros con un beso.

No pensé que podría besarla en su casa. Nunca puedo por culpa de nuestro acuerdo, pero justo en este momento no solo quiero besarla. Quiero más.

Hacerla tuya, prácticamente

No, odio esa frase: "hacerla mía". No me pertenece ahora y tampoco después, solo pienso en hacerlo con ella y nadie más.

Val toma la iniciativa agarrando mi mano derecha para ponerla sobre su costilla, cerca de su pecho. Mentiría si dijera que no he fantaseado con tocarlo y estar tan cerca de esa zona ahora, no me ayuda.

¿De verdad lo vamos a hacer? No quiero que el momento nos gane y que en realidad sea demasiado pronto. Solo llevamos un mes saliendo.

¡Hay gente que coge el mismo día de conocerse! Y no la conoces de ayer.