fem OC X CANON [Esta es una historia larga]
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Valeria, o mejor conocida como Lilith tiene que aceptar hacer un trato con el chico que más odia, Dee Shvagenbagen.
¿De qué tratará?
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Fanfic hecho con el único propósito de ent...
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(Val)
Los días pasan y con ello el año se acaba. Me pone feliz saber que pronto saldré de esta cárcel llamada escuela y así dejar de verle la cara a todos estos idiotas. El primer periodo paso hace una semana y para ser honesta, fue interesante. Pase más tiempo con Dee del que pretendía.
No está mal, es divertido y de hecho dice cosas interesantes pero luego de lo que pasó con Jesse, me da un poco de nervios quedarme sola con él. Dee no suele ser impulsivo y lo que pasó mientras nos escondíamos fue tan extraño para su comportamiento que hasta a mí me asusto. Ahora es definitivo, le gustó.
¡Ya van dos chicos a los que les gustó en un mismo año! No me agrada, es inusual y estresante. Y por si fuera poco, tengo que pasar mis días con ambos. Por un lado, tengo que ser la vocalista de la banda de Iván y por el otro, resuelvo un misterio con ricitos de oro como si fuéramos Sherlock Holmes y el maldito Watson. Apuesto a que hay muchas chicas allá afuera que desearían estar metidas en este enredo pero a mí solo me pone en situaciones incómodas con chicos de los cuales sé poco. ¡No sé ni de qué son capaces!
—¿Por qué estás tan callada? —pregunta Dee, viéndome de reojo.
—No me juzgues, nadie planea un asesinato en voz alta —quiero acabar con esto de una vez. Lo oigo resoplar exasperado.
Ahora estamos en la clase de Historia. El profesor está leyendo y como su voz es aburrida y monótona, luchamos por no quedarnos dormidos y algunos ya perdieron la batalla.
—Me preocupo por ti. Estás menos odiosa de lo normal, algo te pasa.
—Sí, tú.
—Bien, te dejo en paz para toda la vida.
—Primera cosa útil que logras hacer —se gira ofendido, pero yo no me molestó en mirarlo.
—¿Cuál es tu problema?
—Mi problema es que sigues hablando.
Dee me mira un segundo, su ceño fruncido y la expresión de desagrado en su cara me dicen que está fastidiado.
Silencio, por fin.
La clase acaba y salgo por un momento para apartarme de los demás y distraerme leyendo.
—¡Señorita Suárez! —doy un saltito del susto y veo detrás mío. Nadie me había llamado por el apellido de mi padre desde... hace un tiempo— ¿Qué es eso?
—¿Esto? Un libro —digo con obviedad.
—¡Y por qué trae libros de ese tipo a esta respetable institución?
—¿Disculpe? —no sé que pasa pero si el pentagrama invertido fue lo que la alarmó, quizá este metida en problemas.
—¡Esa clase de... "libros" no están permitidos! Con la pena pero merece un castigo por ello —¿así por qué si? ¡Vieja rancia!— ¡Este comportamiento suyo no es normal! —de un movimiento me arrebata MI libro y se lo pone debajo del brazo.
