𝟑𝟕

965 78 11
                                    

Verdades

•   •   •

(Val)

[Noveno grado]

—Okay. ¿Quién de ustedes lo hizo? —el director Pavlov nos miro a ambos esperando una respuesta. Se podía ver como casi se le revienta una vena.

—Fue ella.

—¡VETE AL CARAJO, YO NO HICE NADA! —grite, señalando a Dee con el dedo índice. La secretaria me agarró de los hombros para que no me lanzará sobre él.

Dee no me miró, se quedó con una cara inexpresiva.

El director solo se rasco la nuca y se dejó caer en su silla, dándonos la espalda después. Afortunadamente nos dejó salir pero sin la supervisión de un adulto.

—¡Pudrete! Fuiste tú —nos mandaron a sentar afuera de la dirección, no había nadie entonces podíamos decirnos nuestras verdades.

—¡Ya cállate, yo no hice ni mierda! —levanto ambos brazos, como si se rindiera.

Nos habían mandado a la oficina del director porque había aparecido un mensaje en la pared trasera del edificio B, nuestro edificio. Ahí tomabamos clases y por desgracia estábamos discutiendo ahí por lo que pensaron que alguno de nosotros había escrito "El Sr. Pavlov come verga".

Dee se sento en el suelo, dejando escapar un suspiro mientras se tocaba el cabello.

—Ya tengo suficiente con estar en el mismo grupo... —dijo, mirando al suelo todavía. Me reí un poco en un tono burlón— Ugh, eres una inmadura...

—¡Y tú un cínico! —abrí mi mochila para aventarle varias hojas de papel con insultos hacia mí; yo pensaba que él los había escrito— ¡Haz dejado esto en mi casillero por dos semanas, no te hagas el santo!

—¡Yo no escribí esto!

—¡Por favor, eres el único que usa libretas sin espiral en el salón! —se quedo callado y chasqueo la boca, pensaba que lo habría descubierto— Imbécil.

—Loca.

La verdad es que, no era su letra y de eso me había enterado tiempo después.... Mucho tiempo después.

[Actualidad]

—¡Quítate! —la puerta de mi habitación se abre y mi mamá está del otro lado. Siento la boca cosida y las extremidades completamente paralizadas.

—¿Por qué haces tanto ruido? —pregunta con el ceño fruncido y una mueca.

—Ah... No es nada, solo estaba... jugando —trato de sonar coherente pero me cuesta soltar las palabras.

—Bueno, guarda silencio —da un portazo antes de irse. Cuando escucho que baja las escaleras, suspiro de alivió.

—¿Jugando? —y ahora puedo concentrarme en lo que estaba haciendo antes.

—Cállate, sabes que no le puedo decir nada aún... —Dee pone ambas manos en mi cadera solo para pellizcarme como si fuera juguete anti-estrés— Ya deberías irte. Tus padres no saben que estás aquí.

𝐒𝐢𝐧𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫 𝐆𝐢𝐫𝐥 | DEE > Metal FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora