fem OC X CANON [Esta es una historia larga]
🔪🔪🔪🔪
Valeria, o mejor conocida como Lilith tiene que aceptar hacer un trato con el chico que más odia, Dee Shvagenbagen.
¿De qué tratará?
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Fanfic hecho con el único propósito de ent...
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. . .
(Dee)
Tengo que admitir que mi vida tomo un giro inesperado en el momento en que Val apareció.
Muchas cosas han cambiado y otras siguen igual, pero el cambio más notorio está en nosotros y la relación que llevamos. Al principio no nos aguantabamos, estar solos era lo peor pero conforme fue pasando el tiempo, nos hicimos más cercanos hasta convertirnos en amigos y finalmente en pareja.
Todavía nos cuesta dejar viejas costumbres, como el complejo de superioridad y las discusiones pero afortunadamente ninguna llega a mayores.
No me arrepiento de nada pero estas dos semanas que llevamos saliendo, comenzaron a pasarme cosas que raramente experimento y todo empezó cuando salimos a nuestra primera cita... Simplemente no salió como esperaba.
[Sábado]
Estábamos en la tienda del tío Ches mirando los discos y algunas revistas como Rolling Stone y Fangoria.
Algo en lo que coincidimos fue en no decir nada sobre nosotros. Ya no solo para que la gente que conocemos se oponga, pero también para lo que tenemos planeado contra Iván y Diana.
De regreso a la tienda:
—Jaja, mira —Ches se fue a la parte trasera de la tienda, así que dejó su puesto abandonado. Val me llamo apuntando a la barra donde había una revista Playboy que parecía bastante vieja, como de la época de los ochentas.— Que raras eran las revistas. Es extraño imaginar que la gente compraba VHS para ver porno.
Y me puse todavía más nervioso cuando dijo eso.
—¿Por qué estamos hablando de esto?
—¿Ah? ¿No crees que es interesante? —la forma en la que me miró me puso... Extraño. Tragué saliva lentamente, volviendo la mirada a una repisa con cosas nada que ver para distraerme del calor que estaba comenzando a sentir.
—Es raro...
—¿Por qué? Es porno, ni siquiera es tan fuera de lo común —la miré de reojo, esperando que lo que estaba diciendo fuera una broma pero su mirada me daba la señal contraria.
—¿Qué estás haciendo...?
—¡No sé de que me estás hablando! Estás comportandote muy extraño... —esa fue la gota que derramó el vaso que ni siquiera sabía que existía.
Los nervios aumentaron, trate de mantener mi imaginación a raya ya que tarde o temprano haría efecto en mi.
—¡Ah, no se supone que deban ver eso! Pero no soy sus padres así que... —Ches regreso de dónde estaba, salvando mi cordura.
