30 Days Of Smut Challenge | Minsung

❛ Day 12

[Edging]

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Sus dedos escribían a una velocidad que nunca antes lo habían hecho. Cuando su maestro de literatura dijo "un informe sobre un tema a elección" Jisung en serio sintió como sus ojos se iluminaron. Había esperado mucho tiempo ese momento, poder relatar sin parar sobre un tópico que fuese completamente a su preferencia. Lo que fluyera de su alma, como diría su profesor de Filosofía.

Y su mente simplemente prendió foco.

"El Cisne Negro"

La película favorita de ese pequeño rubio.

Parecía que sus dedos tenían vida propia al escribir, y cuando finalizó uno de los puntos que aclaraba en su octavo párrafo, observó el contador de palabras que indicaba un total de 1289 palabras. Echó su cabecita hacia atrás, satisfecho con su avance, levantando y flexionando sus piernas hacia su pecho, abrazándolas. Subió el cuello del hoodie negro que traía puesto, el cual había sacado del ropero de su Hyung, embriagándose con el delicioso aroma que este poseía.

Habían pasado tres semanas desde que había hecho oficial su relación con Lee, y sinceramente jamás creyó sentir una felicidad tan grande crecerle en el pechito. De tan solo recordar que ahora podía decir que tenía novio provocaba que su pancita diera mil vueltas haciéndolo sonreír como un bobo.

Pero ahora su estómago había rugido, eran las seis de la tarde y el hambre había hecho aparición de pronto. Se levantó de la silla de su escritorio, metiendo sus piecitos en las pantuflas de felpa que estaban a un lado, abriendo la puerta para bajar las escaleras en dirección a la cocina.

Primero abrió el refrigerador, sacando la caja de leche para servir un poco en una taza, luego husmeando entre los cajones en busca de algo con lo que pudiese calmar su apetito.

—Bingo— Dijo para sí mismo al observar un bello paquete de galletas de chispas de chocolate frente a sus ojos.

Tomó un recipiente blanco que estaba a su alcance, abriendo el envoltorio para pronto depositar todas dentro. Sonrió para sí mismo admirando la merienda que preparó en menos de dos minutos, dándose la vuelta para volver a encaminarse hasta su cuarto.

Pero un fuerte portazo en la entrada de su casa lo hizo detenerse de golpe.

—¡No quiero volver a saber más de ese imbécil en toda mi vida!

—¡Hijo, cálmate, por Dios!

—¿Que me calme? ¡¿En serio me estás pidiendo que me calme?!

—Sigue siendo tu padre, Minho, no puedes-

—Sí puedo, y no volveré a cruzar siquiera una mirada con esa mierda que se hace llamar mi papá

—¡Minho!

El castaño subió de largo las escaleras, escuchándose un segundo portazo que seguro provino de su habitación.

La señora Lee soltó un suspiro, agotada, y Jisung no tardó en dejar su comida de lado para correr hasta donde la mujer estaba, preocupado por lo que acababa de pasar. Seolhyun, madre del rubio, salió rápidamente, yendo directamente a abrazar a la fémina en cuanto notó la situación. Confundiendo al menor que se limitó a quedarse parado a un lado, sus ojitos desbordando inquietud.

—Hijo, ve a tu cuarto, ¿sí?— Habló su madre de pronto una vez Hyejeong, la mamá de Minho, logró tranquilizarse.

Asintió a duras penas, retomando su aperitivo, subiendo hasta su habitación, cerrando con algo de duda puesto que estaba realmente preocupado por el mayor. Quería saber que había pasado, quizás ahora estaba llorando, o golpeando su saco de boxeo, y él lo único que quería era ir y abrazarlo, llenar su rostro con besitos y decirle que todo estaría bien.