30 Days Of Smut Challenge | Minsung

❛ Day 22

[En el auto]

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Todo se había vuelto tan incómodo.

Bueno, más que incómodo, extraño.

Esa costumbre de las mujeres adivinando en qué habitación estarían, o ese miedo que les daba abrir la puerta e interrumpir algo, verlos sentados juntos, sonriendo y siendo conscientes de que bajo la mesa jugaban con sus pies, todo había desaparecido de un momento a otro.

Cuatro días habían pasado, y Seolhyun comenzaba a desesperarse por la falta de alegría característica de su pequeño.

—¿Has intentando hablar con él?

—Siempre que voy a su cuarto está con audífonos mientras dibuja, o directamente durmiendo, las únicas veces que he tratado me dice que no quiere tocar el tema— Sintió un apretón en la garganta—. Tiene muchas ojeras, se ducha demasiado, y sé que llora... lo escucho cuando a veces pienso en entrar a su cuarto para ver cómo está— Hyejeong sobó su espalda, dándole su cariño—. Estoy muy preocupada, igual por Minho, ni siquiera sale

—Tengo que obligarlo a comer, por lo menos un poco— Comentó—, ya no baja a hacer ejercicio, y realmente planeo llevarlo a su psicólogo otra vez, porque no es normal que ambos estén tan... devastados, es casi como si dependieran del otro para estar bien

—No pienso que sea tan extremo, apenas han pasado unos días, es entendible que no tengan ánimos para las cosas, pero ambas sabemos que jamás los habíamos visto así

De pronto el teléfono de la rubia sonó a su lado, por lo que se alejó de la más alta para contestar.

Ambas estaban en la cocina, ya casi era la hora de cenar y conversaban mientras terminaban la comida.

La llamada finalizó y volvió a girarse hacia la pelinegra.

—Ya está todo listo

—¿No crees que podamos atrasarlo un poco? No es el mejor momento...

—No podemos darnos esa libertad, somos administradoras, pero tampoco podemos abusar del beneficio, lo sabes

Seolhyun comprendió luego de suspirar, y avisó que subiría para buscar a los chicos.

Fue primero al cuarto de su pequeño, dando tres suaves golpes antes de pasar, aliviándose al ver a Jisung sentado en la silla del escritorio, con su computadora reproduciendo una película o serie tranquilamente. Tenía sus piernitas apegadas a su pecho, y una cobija con figuritas de ardillas lo cubría por encima.

—Hannie, cariño— Habló con suavidad, el rubio quitándose los audífonos para girarse hacia su madre—, la cena ya está lista

El chico asintió, pausando la película y luego estirándose en su lugar. Cerró los ojitos cuando sintió las manos de la mayor masajear sus hombros, el sueño volviéndole al cuerpo y unas ganas de tirarse a la cama para dormir se apoderaron de él.

Se levantó de la silla, parándose frente a la mujer que llevó sus palmas hasta el rostro de Jisung, acariciando sus mejillas y pronto acercándolo en un abrazo.

—Sabes que si necesitas hablar, voy a estar aquí para escucharte, mi amor... siempre

—Lo sé— Se aferró a Seolhyun, soltando aire retenido en sus pulmones, sintiendo la calma llegar a su organismo por el simple hecho de recibir amor y apoyo por parte de su madre.

—¿Crees que podamos hablar después de cenar? Si no estás listo aún, no hay problema

Pensó unos segundos, soltándose de su agarre y considerando la opción cuando ella acomodó sus hebras doradas con sus delicados dedos, sonriéndole con suavidad.