❛ Day 24

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[Mordidas]

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Ya estaban de vuelta a su casa.

Hyejeong y Seolhyun regresaron a trabajar, y Jisung con Minho disfrutaban de sus vacaciones debidas. Aunque el mayor había estado yendo a unas clases especiales los viernes, ya que debía prepararse para la prueba de admisión a la universidad que quería aplicar.

Créanlo o no, ese castaño de ya dieciocho años, quería estudiar ingeniería civil industrial, y especializarse en empresas.

Sí, él planeaba continuar con el modelo de su madre.

No era porque la mujer lo hubiese presionado en algún momento a ello, si bien le sugería la idea, nunca fue capaz de obligarlo. No quería ver a su único hijo vivir en un trabajo forzado, carente de amor y pasión hacia este.

Pero grande fue su sorpresa cuando Minho le dijo que estaba decidido con ese camino.

Ah... al chico solo le gustaba estar al poder, tener control sobre las cosas, ser alguien que podía tener a cualquiera en la palma de su mano fácilmente, pararse en la cima pero a la vez no volverse un narcisista tacaño que arrugaba la nariz hasta por un céntimo.

Ese pilar que lo mantenía con la cordura puesta, con los pies en la tierra y el corazón blando, tenía nombre y apellido.

Y estaba ahora plácidamente durmiendo a su lado.

No había soportado el sueño mientras veían una película en la televisión de su cuarto, por lo que, inconscientemente, abrazó al mayor y cerró sus ojitos lentamente.

Jisung había estado más cansado de lo habitual estos últimos días. Siempre alegaba que quería dormir o que su estómago le dolía, saltándose las comidas porque sentía unas ganas incontrolables de vomitar al terminar un par de pobres bocados.

Lee comenzaba a preocuparse, así que se mantenía pendiente de él todo el tiempo. Intentaba lo imposible para que se moviera, para que abandonara la cama, para que comiese y sus cachetitos dejaran de reducirse.

Aprovechó cuando el rubio se alejó de pronto, y se levantó para ir hasta la cocina, tomando algunas frutas y picándolas en trocitos que luego puso en un pequeño bol.

Sacó una botella de agua fría, un par de palillos, y volvió a subir la escalera hasta la habitación ajena.

Se sorprendió al verlo despierto y refregando sus párpados con el dorso de la mano.

Minho volvió a sentarse sobre la cama, tomando un arándano con los servicios y acerándolo a la boca ajena.

—No tengo hambre— Alejó la cabeza, y una mueca de asco se formó en su pálido rostro.

—No has comido en todo el día, puedes desmayarte por eso— Contradijo, su pecho estrujándose.

—Voy a acabar vomitando

—Hannie— Intentó otra vez—, solo un poco, por favor

Soltó un leve suspiro, aceptando el fruto y masticándolo con algo de pesar, tragando y sintiendo su estómago revolverse.

Cuando estuvo apunto de recibir su cuarta pieza, cerró los ojos, sintió el corazón comenzarle a latir un poco rápido, y una fuerte puntada atacó su cabeza.

—H-Hyung

Su voz apenas salía.

Le costaba respirar.

—¿Jisung? ¿Bebé, qué tienes?— Se alarmó cuando el sudor resbaló por su piel sin color. Por lo que rápidamente afirmó su cuerpo, sintiendo las uñas del menor enterrándose en uno de los muslos de Minho que sujetaba desesperadamente.

30 Days Of Smut Challenge | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora