30 Days Of Smut Challenge | Minsung

❛ Day 25

[Dulce y apasionado]

💌

Las cosas mejoraron, el ambiente en casa volvía a sentirse cómodo y ligero.

La señora Han y señora Lee habían estado viajando demasiado por trabajo últimamente, lo que les entregaba más tiempo a solas a sus hijos. Se dividían las tareas del hogar como siempre lo hacían cuando quedaban sin compañía; Minho cocinaba y Jisung limpiaba.

El mayor había decidido preparar una pizza esa noche, sus madres salieron temprano y llegarían por la mañana. Mientras arreglaba la masa y precalentaba el horno, el rubio tomaba una ducha y se atrevió a robar una de las camisas con botones del más alto, dejando el último botón inferior abierto y tan solo unos pantalones holgados de color gris lo cubrían hacia abajo.

Estaba calurosa esa noche.

—Muero de hambre

La voz de Jisung lo tomó por sorpresa, sintiendo sus bracitos rodear su torso por detrás y apoyando la mejilla en su hombro.

—¿Por qué no sacas la que está en el horno? Podemos dejar esta mientras comemos, ¿está bien?

El menor asintió rápidamente, poniéndose los guantes de cocina para sacar la bandeja, su estómago rugiendo fuertemente por el delicioso aroma.

Minho la sacó de la placa para dejarla sobre un plato, utilizando el cortador para dividirla mientras Jisung servía un vaso de refresco para el mayor y uno de agua para sí mismo sobre la mesa.

—¿Debo considerar esto como una cita?— Jugueteó el más bajo luego de terminar su primera rebanada.

El castaño sonrió y se levantó hasta el pequeño equipo de música que se encontraba en una de las repisas, reproduciendo una melodía tranquila guiñándole un ojo a Jisung mientras volvía a su lugar.

—Ahora lo es

Las mejillas de Han se sonrojaron rápidamente, comiendo en silencio porque se sentía demasiado cohibido como para decir algo. Sentía los pies de Minho jugar con los suyos por debajo de la mesa, incluso cuando ya habían terminado de comer y el menor sorbía de su vaso hasta la última gota de agua.

—¿Bailamos?— Se levantó Minho entonces, extendiéndole su mano y enterneciéndose por los colorados cachetitos del más bajo.

—¿Estás bromeando?

—¿Por qué lo haría?— Tomó su mano entonces haciéndolo levantarse.

Le subió más a la música, tomando la cintura del menor y observándolo con ojos brillantes, su corazón latiendo contento por el momento agradable que estaban pasando.

—Relájate, ¿de acuerdo? Solo estamos nosotros aquí

Jisung destensó sus hombros, apoyando la cabeza en el pecho contrario y cerrando los ojos dejándose guiar por el mayor. Rodeó su cuello con sus brazos, alzando la vista luego de unos minutos y buscando sus labios con algo de necesidad.

Minho se confundió cuando el rubio los hizo separarse, tomando su mano y caminando fuera de la cocina en dirección a las escaleras. Subieron hasta el cuarto del mayor, Lee cerrando la puerta detrás suya cuando vio al menor sentarse sobre la cama, deshaciendo el primer botón de la camisa.