Sábado.

2.5K 231 88
                                    


Si nadie recordaba a Liam cómo un valiente improvisador o un héroe de la comunidad anti-soledad para Theo, (inventada totalmente por él hace unos minutos) entonces iba a volver cómo fantasma y los asesinaría a todos.

La tensión entre ambos era tan fuerte que podría ser atravesada una y otra vez por garras y dientes sin romperse. Y no era esa tensión en dónde quieres besar a la otra persona, o esa que hay cuándo solo queda una caja de jugo y todos la quieren. La tensión que flotaba en la habitación, era del tipo menos favorito de Liam.

Era esa sensación de: "si no hablas, primero te golpearé, luego te preguntaré qué diablos pasa contigo y entonces me iré". Y honestamente, hace bastantes meses que no era golpeado brutalmente por alguien con fuerza sobrehumana, así que, ganas de experimentar un golpe de Theo, no tenía.

—¿Entonces? —la voz de la quimera resuena en las paredes, tan irritado cómo puede demostrar.

—¡Solo espera! —exclama Liam. —No es sencillo de decir.

—Oh, Dios. —se queja Theo. —Solo dime qué quieres, beta estúpido.

—¿Beta estúpido? —repite. —¿No era yo bebé lobo? ¿Y no eras tú ateo?

—En este momento estás siendo como, muy estúpido. Y no me harás explicar la otra parte porque está muy clara, eso sería aún más estúpido. Solo dime que diablos quieres. —exige, ignorando la última pregunta del más bajo.

—Te llamaría si mi auto se descompone. —confiesa finalmente el rubio, demasiado rápido para que Theo lo entienda.

—¿Qué?

—Ya sabes, ese amigo al que no le confiarías un secreto íntimo, cómo que cuando estuve con Hayden una vez planeabamos tener relaciones y terminé con una lesión en la cabeza, pero es el amigo al que llamarías para que te ayude con tu auto descompuesto.

—Liam, para empezar, ¿cómo carajo terminaste con una lesión en la cabeza si tu principal objetivo era tener sexo? No me digas que Hayden es de esas fetichistas con el odio al amor en dónde empiezan peleando y cuándo menos te lo esperas están–

—Oh Dios mío, deja de pensar en Hayden y yo peleando para acabar teniendo sexo. —ruega Liam arrugando la nariz. —En serio, amigo, ¿por qué piensas esas cosas?

—Fuiste tú el que me dio la imágen mental. —responde Theo.

—Cállate. —bufa el ojiazul.

—Entonces, eso en primer lugar. —continúa la quimera. —En segundo lugar, ¿qué quieres decir con "amigo al que no le cuentas cosas íntimas pero al que llamas si tu auto se descompone"? Liam, vaya, hay tantas cosas que están mal con esto. —se burla el mayor. —Para empezar, ni siquiera tienes un auto.

—¡Es una metáfora! —gruñó Liam. —¿No puedes usar un poco la imaginación?

—Oh si, definitivamente puedo. Pero la última vez no resultó en algo agradable.

—No seas un idiota, Raeken.

—No seas tan malo haciendo metáforas, Dumbass.

Liam parpadeó un par de veces, procesando que Theo se las había ingeniado para convertir su apellido en un insulto. Frunce el ceño y abre la boca listo para reclamar. La quimera nota esto y de inmediato sigue hablando.

—Otro punto inválido en tu horrible metáfora: obviamente no lo sabes porque no tienes un auto y tampoco muchos amigos por lo que veo, pero los amigos a los que llamas cuándo tu auto se descompone, acuden a ayudarte, ¿no es así?

—Obviamente.

—Claro, entonces, mientras te ayudan, van a charlar, ¿o no?

—¿A dónde quieres llegar?

ɴᴏᴛ ᴀɴᴏᴛʜᴇʀ sᴏɴɢ ᴀʙᴏᴜᴛ ʟᴏᴠᴇ [thiam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora