Siempre seremos nosotros.

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Te quiero porque he visto doblegarse
tu espléndida cabeza;
porque sé bien que en medio de la fortuna
te invade la tristeza;
porque has pasado por la senda estrecha
en los grandes zarzales de la vida
sin desgarrar tus blancas vestiduras,
sin hacerte una herida.

Te quiero; no importa que cansado
tu espíritu se aduerma;
yo lo habré de animar, yo daré aliento
a tu esperanza enferma.
Mariposa que fuiste entre las flores
dejando tus bellezas y tus galas,
yo volveré a poner el polvo de oro
sobre tus leves alas.

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_____

Theo sonreía, sin ninguna razón a la vista para dejar de hacerlo. Stiles hace un momento había dejado de mirarlo de mala manera, centrándose más en el helado que Liam le había comprado para cerrarle la boca.

—Sí, pero ¿estamos de acuerdo todos en que Derek es Snape? —Stiles comentó, señalando a sus tres acompañantes con su helado.

Liam se carcajeó con ganas. —No lo había pensado, pero tienes razón.

—¿Quién es Snape? —Scott pregunta con una sonrisita confundida. Stiles y Liam lo miran como si quisieran asesinarlo.

—¿Tampoco has visto Harry Potter? —Stiles chilla, y su mejor amigo de inmediato intenta excusarse.

Mientras ambos charlan, lo que en realidad es más una reprimenda por parte del humano hacia Scott por ser tan ignorante cinematográficamente, Theo conecta miradas con Liam.

—Vuelvo en un minuto. —avisó.

Se levantó del banco en el que estaba y caminó hacia la arboleda del parque que habían visitado. No era en absoluto tan frondoso como para perderse en él o para encontrar un animal salvaje, pero servía para pasar desapercibido un rato. Se adentró entre esos senderos, observando con atención las copas de los árboles. Ya no había señal del color rojizo en ellos, dejándolos parecer simples esqueletos esperando por el regreso de las coloridas hojas. Del manto que les protege del frío y las ventiscas que derriban sus ramas.

Tonto o no, Theo lo sintió como una representación de sí mismo. De cómo su propia persona se sentía hace años atrás. Meses atrás. Solo y desprotegido ante las heladas noches, recostado en su camioneta, o en los húmedos túneles que le causaron tanta claustrofobia en su momento. En noches como esas se sentía como lo que era. Un niño desamparado que añoraba el amor que el mundo y sus circunstancias le habían arrebatado. La calidez de una familia que pudiera llamar hogar; algo que sintiera como suyo. Algo a lo que pertenecer.

Esperaba no tan pacientemente ser rescatado, hasta que cayó en cuenta de que solo podría salir de ahí por su propia cuenta. No iba a ser rescatado por un caballero de brillante armadura que luchara contra un dragón para llegar hasta él. O, en su caso, contra científicos inmortales y locos. No existían los caballeros de brillante armadura. Solo él y su predisposición a escapar de su propio infierno. De su destinada y proclamada muerte como un experimento fallido. ¿Que eso le llevó a hacer cosas malas? Sí. ¿Desearía poder cambiarlas? También. Desearía poder cambiar muchas cosas de su pasado, por no decir todas ellas.

El crujir de una rama tras él le hizo girarse, recibiendo la vista de Liam con las manos en los bolsillos de una chaqueta de jean que había sacado de su propio armario. Le quedaba larga pero no demasiado ancha, salvo por los hombros, considerando que los de Theo eran más anchos que los de Liam. No importaba, a su vista era sublime.

ɴᴏᴛ ᴀɴᴏᴛʜᴇʀ sᴏɴɢ ᴀʙᴏᴜᴛ ʟᴏᴠᴇ [thiam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora