Extra I

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Ese día estaba siendo una completa conmoción, gracias a todo el estrés que había estado arrastrando Liam entre la universidad, el equipo de lacrosse y los quehaceres del hogar, quehaceres de los que se encargaba él solo, mientras Theo trabajaba.

Aquél sábado, Liam no tenía que ir a clases, obviamente, pero al entrenador no se le había ocurrido una mejor fecha que un fin de semana para tener un gran e importante partido que definiría la carrera de Liam como jugador profesional.

Haber sido becado por Harvard gracias a su innegable habilidad en el deporte lo había puesto en el blanco de muchos, tanto para bien como para mal, ya que muchos entrenadores de grandes equipos profesionales estaban pensando en ir tras él, mientras que otros estudiantes becados se encargaban de poner piedras en su camino al triunfo, por simples celos que al beta le parecieron absurdos.

Había recibido ya algunas llamadas de varios entrenadores que le proponían unirse a sus equipos, prometiéndole una buena paga y una buena posición entre ellos. Liam se había negado cortésmente a cada una de las propuestas, mordiéndose las uñas cada día esperando ser llamado por el equipo que él realmente deseaba. La «MLL», siglas de la «Major League Lacrosse», siempre había estado en la mira de Liam, deseando estar entre ellos algún día. Había sido su sueño desde que los vio jugar por primera vez.

Aceptar la beca en Harvard y mudarse a Cambridge, Massachusetts había sido un pequeño gran paso hacia ese sueño, pero necesitaba esmerarse más en ser visto por las grandes ligas que quería que lo notaran.

Con un gran suspiro, Liam secó el sudor en su frente y miró a Theo con el ceño fruncido cuando éste decidió apagar la música de su parlante.

—¿Te importa? Estoy entrenando.

—Tengo suficiente con escuchar tu corazón a todo dar en tu pecho por el ejercicio, Liam, no tortures mis oídos con música de gimnasio también.

—Te encanta el sonido de los latidos de mi corazón. —Liam bufó, sentándose en el suelo con las piernas cruzadas, decidiendo tomar un corto receso para beber agua de su botella.

—Solo cuando son suaves y constantes, no erráticos hasta que parece que tu corazón va a estallar.

Liam resopló, bebiendo grandes tragos de agua antes de tapar la botella y dejarla a un lado en lo que había predominado su cuarto de ejercicio. Theo solo estaba ahí como un polizón, porque cuando habían rentado ese departamento de dos habitaciones, Liam había sentenciado que ese cuarto era suyo, para entrenar y hacer lo que quisiese ahí dentro. Era su espacio y Theo solo estaba irrumpiendo en él.

—Le bajaré el volumen a la música, ¿está bien? —Liam sugirió, levantándose del suelo y acercándose a su novio para plantar un casto beso en sus labios. —Ya vete, necesito terminar de entrenar para esta noche.

—Sabes que el sobre esfuerzo solo va a provocarte agotamiento, ¿verdad? —Theo siguió con la mirada cada movimiento de Liam desde que se alejó de él hasta que se recostó en la máquina de alzar pesas.

—No sabes nada de deportistas, ¿no es así? —la voz del beta salió un tanto sofocada mientras alzaba la pesa.

Theo alzó una ceja cuando Liam pareció tener dificultades para seguir adelante con el peso exagerado en sus manos.

ɴᴏᴛ ᴀɴᴏᴛʜᴇʀ sᴏɴɢ ᴀʙᴏᴜᴛ ʟᴏᴠᴇ [thiam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora