XXVIII

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Llegamos al cine; me estaciono a un par de establecimientos de la taquilla y veo a Karlie quitarse los lentes con total encanto y maestría y me percato de pronto que yo no me he quitado ni el cinturón de seguridad.

—¿Todo en oren?— Me pregunta en cuanto me atrapa viéndola sin reparo
—Claro— Respondo rápidamente, pero me se sonrojada y me apresuro a bajarme del auto pues no tengo intenciones de evidenciarme —¿Que vamos a ver?—Le pregunto en cuanto ella sale del auto
—Escuche cosas buenas de "happy Gilmore"— Me dice sencilla mientras levanta sus hombros y me sonríe
—Entonces veamos Happy Gilmore— Digo y me dirijo a la taquilla, donde pido las entradas y las pago
—No era necesario que pagaras los dos boletos— Me dice avergonzada
—Vas a invitarme a cenar mas tarde, me he pegado a tu plan sin mucho aviso; déjame hacer lo mínimo— Le sonrío y ella asiente mas relajada.
***
La película fue buena, con su debido toque de drama, comedia y por supuesto romance. Compartimos unas rosetas de maíz y mucha risas; claro, junto al resto de la sala.
—¿Sabes cuanto tiempo tenía de no ir al cine?— Le pregunto a Karlie
—Seguro menos que yo— Responde con gracia
—Como 3 años o mas— Le reto y ella se asombra
—Ok, ganaste; yo solo tengo 6 meses. Me encanta el cine, la experiencia del mismo— Dice con ensoñación
—A mi también me gusta, pero la verdad debo confesar que me he perdido de mi misma desde hace un par de años...— Digo con nostalgia
—Bueno, siempre que quieras ir al cine y no tengas ganas de ir sola o quieras una acompañante... siempre puedes llamarme— Me sonríe y entra al auto, como si no acabara de decir todo eso con un tono encantador...
—¿Ahora a donde?— Le pregunto una vez que entro en el auto
—Suelo ir a "Vons" a hacer mis compras—
—A Vons entonces— Pongo el auto en marcha y me pongo los lentes. Apenas son pasadas las 2:00 pm pero el sol brilla particularmente fuerte hoy
***
Al llegar vuelvo a poner el toldo del auto, se que necesitaremos mas estabilidad una ve tengamos las bolsas de la compra justo en la parte trasera. Entramos y yo naturalmente he tomado el carrito de metal; Karlie camina a mi lado y de su bola ha sacado una lista.
—Espero tengas antojo de unos clásicos HotDogs al puro estilo neoyorquino— Dice mientras nos adentramos en el primer pasillo
—Karlie, no juegues así con mi corazón— Le advierto impresionada
—Cuando se trata de hotdogs yo nunca bromeo— Me sonríe
—Creo que voy a llorar de felicidad— Digo mientras me impulso un poco del carrito para saltar emocionada —Karlie hoy me estas devolviendo la vida— Le digo con gracia, pero no se hasta que punto lo he dicho con ironía.
Pasamos en casi total silencio por los pasillos; solo hablamos para que ella me dicte los insumos que faltan; claro que aunque soy alta, ella lo es mas; así que ella se encarga de los estantes altos y yo de los que se encuentran mas abajo. Y de pronto nos vemos envueltas en un extraño y familiar comportamiento con tintes hogareños.
—Como me encanta esa canción— Dice Karlie mientras coloca un cereal de chocolate sobre la cesta del carrito
—A mi también— Digo cerrando los ojos, dejando que por un segundo "Love things" de las spice girls envuelva el espacio
Cuando abro los ojos y me veo tamborileando los dedos sobre la barra del carrito y a Karlie tarareando por lo bajo solo me relajo mas y entono junto a ella los coros. Tan pronto la canción pasa ambas nos sonreímos y nos encaminamos directo a la caja a pagar con un silencio cómplice.
—Una pena que no nos hiciéramos amigas antes— Digo casi sin querer
—Antes no era tan divertida— Me guiña un ojo y comenzamos a poner los artículos sobre la barra transportadora —Mejor celebra que conoces una versión mucho mas interesante— Eleva los hombros simple y yo suspiro resignada, cuestionándome si aquella joven versión de Karlie sería tan compatible conmigo como lo somos ahora; siento que mi obsesión con Dianna me privo de ciertas cosas que debí "vivir" durante la época del colegio.
***
Al llegar a casa de Karlie ambas bajamos bolsas del auto mientras Karlie me cuenta una anécdota que tuvo poco antes de venir a L.A.
—Prácticamente mi madre amenazó de muerte a mi jefe— Dice Karlie con gracia y yo me río con ella
—Solo espero que tu madre no quiera venir a hacer lo mismo conmigo— Digo simpática
—Estas a salvo, me caes muy bien Swift, además... no me explotas tanto como lo hacía ese sujeto— Me sonríe
—O sea que estoy siendo blanda contigo— Afirmó cruzándome de brazos y viéndola con una ceja alzada
—Nunca quise decir eso— Dice alterada y yo río— Solo digo que ese hombre pensaba que era su asistente o "secretaría" personal, tu fuiste algo complicada al principio, pero podía manejar el trabajo extra que me dejaras... Así que no te apures, estas a salvo de las amenazas de muerte de mi madre, aunque no se si podría decir lo mismo de Tom— Ella me responde mientras comienza a colocar las compras en estantes y cajones; yo solo la observo... no puedo ayudar porque no se donde va casa cosa
—Ese insípido no es ni remotamente lo que era su padre— Le concedo
—Es una pena; probablemente podríamos ser amigos si no estuviera intentando coquetear conmigo cada que le aparece la oportunidad— Dice algo triste mientras se pone a preparar todo para hacer los hotdogs
—¿Quieres que pique algo?— Pregunto entrando en la cocina de lleno, viéndola concentrada frente al asador —Cielos, huele delicioso—
—Déjalo, Tay— Dice mientras se gira para verme —Todo esta en orden por aquí; mejor pon algo de musica ¿Si? Tengo mi tocadiscos a un lado del sillón— Me sonríe y yo asiento y voy directo a mi tarea
Veo el reproductor y junto a el una pila de discos y me es fácil percatarme de que Karlie y yo tenemos gustos musicales muy similares; así que si pensarlo mucho pongo un disco de Madonna, ajusto el volumen y me devuelvo al comedor
—Excelente elección— Me concede mientras aparece con dos platos, cada uno con dos hotdogs y deposita uno de esos platos frente a mi. Yo comienzo a ponerle salsa de tomate, mayonesa y mostaza para después ponerle un poco de cebolla, tomate y tocino dorado por encima
—Así debe verse un verdadero hotdog al puro estilo New York— Me dice
—Solo un verdadero neoyorquino sabe preparar un hotdog— Le guiño un ojo y le doy el primer mordisco y quedo encantada, gimiendo de gusto
—¿Te gustaron?— Pregunta
—Están irreales, gracias— Le doy un mordisco nuevamente, porque genuinamente no había podido comer hotdogs ya buenos en mucho tiempo. Y entonces nos perdemos entre platicas triviales, la voz vibrante de Madonna de fondo y una cena exquisita. Podría catalogarlo como el mejor sábado en mucho mucho tiempo...

***

Buena lectura :D
No les quiero emocionar de mas pero... habrá capítulos mucho mas seguido ;)

Mrs. (Kinda) SoulmateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora