dive into you [kooktae]

3

Existen un millar de ocasiones en las que a Taehyung le gustaría que el tiempo pasase más rápido de lo normal.
Cuando sus días están llenos de exámenes, presentaciones y trabajos para entregar. Cuando se encuentra rodeado de extraños, deseando poder marcharse y esconderse en la tranquilidad de su cuarto.

Cuando tiene que pasar meses esperando el estreno de una nueva serie que se muere por ver.

Pero, definitivamente, Taehyung no se siente nada contento con el hecho de que el viernes haya llegado tan pronto. Los días parecen haberse acortado, y en un abrir y cerrar de ojos, Kim se encuentra a apenas unas horas de su primera fiesta universitaria ¿Será demasiado tarde para decirle a Jimin que no? Podría inventarse algo. Que le duele demasiado la cabeza, que le han asignado un trabajo muy importante que debe entregar el lunes, que se ha caído por las escaleras… Cualquier cosa con tal de no hacer acto de presencia.

En el fondo, Taehyung siente bastante curiosidad al respecto. Pero también se siente nervioso, inseguro e incierto ante el hecho de asistir. Tiene que tranquilizarse. Por Dios, solo es una jodida fiesta. Todo está bajo control. Jimin y Hongjoong estarán allí, y él se marchará en cuanto le dé la gana. Se siente como si estuviese haciendo un gran drama de una situación de lo más absurda.

Pero, en realidad, cuanto más absurdo se siente es cuando pone un pie en la casa de Jackson. De repente, su atuendo parece demasiado fuera de lugar. Quizás no debería haberse puesto una camisa tan colorida. Quizá sus pantalones son excesivamente anchos. Quizás debería haber prescindido de su boina. Joder, ¿qué le pasa? Nunca le ha importado lo que los demás piensen de él, ni de cómo se ve ¿Por qué iba a comenzar ahora?

La casa de Jackson es más grande de lo que se imaginaba, y se abofetea mentalmente por sorprenderse ante ese hecho. Es un niño rico después de todo, ¿qué se supone que debía esperarse?
La gente se amontona en la planta baja, alrededor del sofá y en la cocina. Taehyung se pregunta qué tipo de trabajo deben de tener los padres de Wang como para permitirse el pagarle a su hijo una casa así. La mesa está inundada de vasos rojos y botellas, la música está demasiado alta y huele a humo. Taehyung arruga la nariz en un gesto de desaprobación. Es incapaz de encontrar una sola cosa agradable en esa situación.

“¿Qué tal la primera impresión?” pregunta Jimin a su lado, y Kim odia la forma en que debe levantar ligeramente la voz debido al volumen de la música. Hace su mayor esfuerzo por no rodar los ojos, porque al fin y al cabo, apenas lleva un par de minutos ahí.

“¿Cuánto dices que tengo que estar aquí antes de poder irme?” se burla el rubio, provocando que un puchero se instaure en los labios de su mejor amigo, en un intento de ablandar su corazón.

“Dame media hora al menos.” pide Park, y Taehyung reprime el impulso de bufar “Vamos a buscar a Hongjoong, seguro que él te hace entrar en razón.” dice, agarrándole de la muñeca para guiarle a través de la habitación, antes siquiera de que Taehyung pueda replicar. En realidad lo intenta, pero Jimin no es capaz de escucharlo a través de la música.

Cuando encuentran a Hongjoong, este se encuentra acompañado de un chico de pelo morado que ríe animadamente junto a él, y Taehyung recuerda haberle visto por los pasillos, pero no es capaz de conseguir acordarse de su nombre.

“¡Chicos! ¡Habéis venido!” exclama con gran felicidad, recibiendo un grito de afirmación de Jimin y una mueca de desesperación por parte de Kim, ante la que no puede evitar soltar una risita “Este es Wooyoung, está en mi clase de dibujo.” dice, señalando con la cabeza al chico a su lado. Una vez han realizado las presentaciones, es el turno de Jimin de dirigirse a Hongjoong.

“Hoong, esta noche tenemos una misión.” le dice, con la voz cargada de seriedad “Tenemos que conseguir que Taehyung se lo pase en grande.” si no estuviesen rodeados de tanta gente, Taehyung ya le habría lanzando algo a la cabeza a su mejor amigo. A veces, Jimin puede ser realmente exasperante.

“Yo de vosotros ni me molestaba.” gruñe Kim, pero sus amigos lo ignoran por completo. Hongjoong ya está encargándose de conseguirle algo de beber (sin alcohol, por supuesto) mientras que Jimin dice algo sobre sacarlo a la pista de baile.

Taehyung se niega rotundamente, porque si hay algo que no está dispuesto a hacer es bailar en medio de una panda de desconocidos. Y es que tiene demasiadas razones. Empezando por su habilidad nula para la danza y terminando con su gran timidez. No hay forma de que Park consiga que su mejor amigo se preste a algo así.

Después de una gran insistencia y con algo de ayuda por parte de Wooyoung (Taehyung está planteándose seriamente el nombrarlo a él su nuevo mejor amigo) Jimin se da finalmente por vencido, no sin antes acordar con Kim que, en compensación por no querer bailar con él, debe quedarse media hora más. Taehyung accede a regañadientes, porque el trato no le beneficia en lo más mínimo.

Apenas han pasado los primeros veinte minutos cuando Wooyoung acaba siendo arrastrado a la pista de baile por nada más y nada menos que Choi San, y Taehyung ni siquiera se había percatado de su presencia. Lleva sus ojos hasta la dirección de donde ha emergido el chico, y no se sorprende al ver a Jungkook y Mingi en una esquina del salón, ambos con un vaso rojo entre sus manos.

Wooyoung se marcha entre risas por parte de Hongjoong y Jimin, y Taehyung esboza una pequeña sonrisa ladina también. Al fin y al cabo, la situación se está poniendo interesante. Kim se apunta mentalmente el preguntarle después a Wooyoung que es lo que sucede entre ellos.

En el minuto treinta y siete, Hongjoong es arrastrado por Song Mingi a una mesa en la que parecen estar jugando algo como “Verdad o atrevimiento” a juzgar por las risas que suenan de fondo, y a la forma en que Mingi recibe una ovación cuando, efectivamente, Hongjoong vuelve con él a la mesa.

“Ay Tae, todos están ligando esta noche menos yo.” se lamenta Jimin a su lado dramáticamente, y Taehyung suelta una pequeña risa.

“Es tu culpa, por obligarme a venir.” le dice, encogiéndose de hombros mientras le da un sorbo a su vaso. Jimin frunce el ceño ante el comentario.

“¿Para qué quiero a ningún chico si te tengo a ti? Ya te he dicho un montón de veces que tú eres el hombre de mi vida.” asegura, batiendo sus pestañas exageradamente, en un intento ridículo de hacerse ver adorable.

Kim le acaricia la barbilla de forma burlona “Una pena, Minnie. Porque hay un chico viniendo hacia aquí.” le hace saber, y Jimin casi se tuerce el cuello de lo rápido que gira la cabeza.

Taehyung no puede evitar una carcajada cuando Yunho llega frente a ellos, y cómo la cara de Jimin se convierte en una mueca.

“Ah, eres tú.” dice, con un puchero en los labios. Yunho y Taehyung intercambian una pequeña risita. Ambos conocen a Jeong desde hace años, y son grandes amigos. Yunho es un rayo de luz. Posiblemente una de las pocas personas que tampoco está obsesionada con el equipo de natación. Él definitivamente está más interesado en el baile.

“Yo también me alegro de verte.” contesta Jeong, rodando los ojos en un gesto de falsa indignación “Los chicos quieren saludarte.” le dice a Jimin, y Taehyung no necesita que Park le explique que “los chicos” son el resto de integrantes del club de baile de Jimin. En realidad, los conoce a casi todos.

Casi instantáneamente, Jimin se gira hacia su mejor amigo, en busca de su aprobación, realmente no quiere dejarlo solo. Taehyung le dedica una pequeña sonrisa antes de dirigirse a él.

“Ve. Yo te espero por aquí.” asegura, viendo cómo su amigo abre la boca para replicar “En serio, no me importa. De todas formas, solo me quedan veinte minutos.” bromea, guiñándole un ojo y haciéndole un gesto a Yunho con la cabeza para que se lo lleve lejos antes de que a Park se le ocurra protestar.
Los observa desaparecer entre la multitud con una risita, mientras Jimin farfulla algo que no consigue oír.

Aún le queda tiempo hasta la hora de irse, así que Taehyung escanea con los ojos la sala en busca de un lugar donde refugiarse hasta entonces.

Finalmente, se acurruca en un pequeño espacio libre que encuentra en la cocina, donde apenas hay gente. Pasa al lado de un par de chicas que ríen mientras buscan algo con lo que rellenar sus vasos, y parecen ser las únicas interesadas en utilizar la cocina además de él.

Kim reza para que el tiempo pase rápido, pero lo que no sabe es que veinte minutos pueden dar mucho de sí.