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Hay muchas cosas que ponen de mal humor a Jeon Jungkook. Cuando el entrenador le avisa en el último momento de que tiene que prepararse un entreno, cuando Mingi deja la ropa tirada por la habitación y Jungkook tiene que recogerla, cuando la fecha límite para la entrega de un trabajo se acerca peligrosamente y él todavía no ha tenido tiempo de terminarlo...

Pero, sobre todo, hay algo que no podría molestarle más: que la gente lo ignore. Que huyan de él, y que obvien su existencia por completo.

Lo cual, en estos instantes, es precisamente lo que sucede. Taehyung lleva tres días rehuyéndole por los pasillos, no respondiéndole a los mensajes y evitando dirigirle la mirada. No se presentó el jueves en la piscina, lo cual hace que Jungkook tenga que reprimir el impulso de meterse debajo del agua y permanecer ahí hasta que se ahogue.

Además, Jackson no deja de mirarlo, el azabache siente sus ojos clavados en su nuca; como si tratase de traspasarlo con la mirada y colarse en su cabeza.

Mingi y San, por su parte, fingen que no tienen ni la más mínima idea de que Jungkook está de mal humor. El primer día, cuando el azabache llegó a casa echando humo por las orejas, consiguieron sonsacarle lo del beso, pero no han vuelto a insistir en ello. Después de tantos años de amistad, ambos saben que no es buena idea presionarle con estas cosas, así que simplemente le dan su apoyo silencioso.

En cambio, Taehyung decir que es mejor no comentarle absolutamente nada a sus amigos, porque ya tiene suficiente lío en la cabeza como para que encima Jimin, Wooyoung y Hongjoong se dediquen a presionarle más aún para que tome una decisión con la que no tiene ni idea de por dónde empezar. No sabe lo que siente, no sabe lo que significa que se hayan besado, no sabe lo que le pasaba a Jungkook por la cabeza en ese instante, no sabe cuál es el siguiente paso. No sabe absolutamente nada.

Quizás, ahora que ya lo ha besado, Jungkook desaparezca de su vida para siempre. Quizás este era su plan, demostrarle a alguno de sus amigos que era capaz de conquistar a Taehyung. Quizás ahora mismo esté con ellos, burlándose de la ingenuidad del rubio.

Pero, en estos meses, Taehyung ha conocido a Jungkook. Al menos, eso cree. Y el Jungkook que ha conocido no haría eso. El Jungkook que ha conocido es amable, respetuoso y un poco payaso; pero Taehyung ha aprendido a aceptarle así.

Solo que ahora, tiene miedo. Está completamente aterrorizado. Nunca se había sentido así, era incapaz de reconocerse en esa piscina. Tan desesperado. Tan hambriento. Tan poco precavido.

Está seguro de que si Jackson no les hubiese interrumpido en ese instante, Taehyung no habría parado. No se habría separado de Jungkook ni aunque se le terminase el aire. Y eso es verdaderamente peligroso. La poca capacidad de autocontrol que tiene cuando el azabache está cerca seguramente terminará siendo su perdición definitiva.

"Vamos, cuéntame qué te pasa." dice Jimin en el cuarto día de su agonía, dejándose caer sobre su cama, justo frente a la de Taehyung.

Es sábado, así que el rubio se encuentra pintando sentado sobre su cama, tratando de despejar un poco su mente. Para su desgracia, el rostro de Jungkook fue lo primero que vio al abrir su libreta. Ese boceto incompleto del azabache que estaba pintando el otro día en la piscina apareció ante sus ojos, como si tratase de burlarse de él desde el papel.

"No me pasa nada." lo intenta Taehyung, sin levantar la vista para mirarlo. Si lo hace, teme que Jimin pueda ser capaz de atravesar su cabeza y colarse en su cerebro, descubriendo entonces todo lo que Taehyung se está esforzando por no contarle.

"Taehyung, te conozco desde que eras un enano. No creas que puedes engañarme." resopla, con una ceja alzada en un gesto que denota la ofensa que le produce que, a estas alturas, Taehyung todavía piense que puede camuflar su disgusto.

dive into you [kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora