dive into you [kooktae]

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Durante las semanas siguientes,Taehyung y Jungkook se dedican a fingir. Hacer como si no hubiese pasado nada, como si todo siguiese igual que antes de la fiesta. A decir verdad, parece lo mejor para ambos. Todo ha vuelto a la normalidad. Siguen viéndose en la piscina, Taehyung sigue pintando, Jungkook hace las mismas bromas de siempre y todo está bien. Son amigos, y su amistad se fortalece cada vez más. Porque, dejando de lado el coqueteo y el casi beso, su amistad es bastante normal. Por fin, Taehyung le ha dejado entrar completamente en su vida. Aún sigue manteniendo la guardia alta, pero no porque no confíe en él. más bien, porque no confía en sí mismo. Y, últimamente, se ha pillado mirando a Jungkook más tiempo del debido. Observando sus detalles. Viéndolo interactuar con otras personas. Y ha descubierto cosas que le aterran.

Cosas como, por ejemplo, la punzada en el corazón que sintió el otro día cuando lo vio por el pasillo con una chica. Cosas como latidos desenfrenados cuando Jungkook rozó su mano con la suya el martes pasado en la piscina. Cosas que, definitivamente, no debería de haber sentido. Cosas a las que Jungkook parece no dar importancia, lo que le sugiere que está solo en esto.

Está empezando a sentir algo por un tío que tiene detrás a media universidad, es guapo, amable, querido y está, sin duda, muy fuera de su alcance. Así que, como su vida amorosa es un lío enorme en el que prefiere no pensar, se dedica a mantener la cabeza ocupada con cosas de clase y con un romance que sí tiene futuro, y al aparecer bastante brillante: el de Wooyoung con Choi San.

Y es que, al aparecer, un par de semanas dan para mucho, y San no es de los que les gusta perder el tiempo. Aunque Wooyoung sigue negando que sean pareja, está cada vez más cerca de oficializarlo, y Taehyung no podría estar más contento por él. San es un buen chico, el rubio se ha esforzado en comprobarlo utilizando sus grandes capacidades de observación, y está completamente colado por Wooyoung.

Lo está casi tanto como Mingi de Hongjoong, pero esos dos todavía están en la fase del coqueteo. Hongjoong sigue sonriendo con las mejillas coloradas y bailando la mirada mientras Mingi trata, descaradamente, de conseguir algún avance después de tantos meses. No se rinde, y es algo que Taehyung admira. Verdaderamente no puede esperar a que su amigo abra los ojos de una vez y sea oficialmente el novio de Song Mingi. Si alguien se merece un final feliz, son ellos dos.

A decir verdad, cotillear la vida amorosa de los demás es mucho más divertido y seguro que centrarse en la suya propia. La de los demás, puede vivirla como espectador. En la suya, es irremediablemente el protagonista, y no puede simplemente desaparecer de la escena siempre que le apetezca. Así que, se dedica a no pensar demasiado en sus propios sentimientos y simplemente disfrutar del presente, de lo que tiene ahora mismo. Puede que, en algunos meses, Jungkook y él ya no tengan una amistad tan fuerte, puede que todo se haya acabado; así que Taehyung piensa aprovechar todo el tiempo que le quede con él. Incluso si tiene que hacerlo sufriendo un poco. Puede que aún tenga la posibilidad de dar marcha atrás, de volver sentir un cariño completamente platónico por el azabache. Puede que no sea demasiado tarde.

"Así que una cita, ¿eh?" dice Hongjoong, con una ceja alzada de forma burlona mientras que se termina su café.

San ha llegado junto a ellos hace apenas unos minutos, ofreciéndole a Wooyoung una cita después de clase para ir al cine. Al aparecer, hay una nueva película que le encantaría ver; y la velada sería aún más perfecta en compañía de Jung. Taehyung, por su parte sospecha que la película no es más que una excusa para pasar tiempo con él.

Como siempre, Choi está acompañado de Jungkook y Mingi, como si fuesen incapaces de separarse. Kim empieza a encontrarles parecido con Los tres mosqueteros, o en su defecto, con Las tres mellizas. A decir verdad, son bastante menos temibles cuando San y Mingi están actuando como dos adolecente enamorados y Jungkook simplemente se dedica a mirarlos como si fuesen la cosa más ridícula que ha visto nunca.