Capítulo 18

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—Bueno amigos, yo me voy — habló Ama levantándose de su asiento.

—¿Por qué? — preguntamos al mismo tiempo Osvi y yo.

—Hoy voy a cenar con la familia de Filis porque llegaron unos primos de él y me dijo que llegaba en cinco — explicó la chica despidiéndose de mí.

—Que te vaya bien Amita — murmure para ella y me dio una cálida sonrisa.

La castaña terminó de despedirse y se fue dejándonos a los cuatro.

Me intente levantar de las piernas de Osvaldo, pero no me dejó.

—¿Por qué te quieres ir? — preguntó con un tono triste.

—Me voy a sentar donde estaba Ama, ya no te necesito de silla.

El chico entendió y me permitió pararme, lo rodé y me senté a su lado.

—La comida llega en unos minutos — anuncio la anfitriona.

Nos pusimos a charlar un rato entre nosotros.

—Estás muy lejos Benny Boo — dijo Osvaldo.

Su mano agarro una de las patas de la silla y me jalo hacia él acercándonos más.

—Ahí está mejor — susurró.

Volteé mi rostro y sonreí, sentía mi rostro un poco caliente así que lo más seguro era que estaba sonrojada.

—Oigan miren — el chico llamo nuestra atención, su mano tomó la mira — La Benny tiene la mano bien chiquita.

Noté como Ari y Rivs se miraron con una sonrisa cómplice.

Mostró la palma de mi mano y luego puso la suya junto a la mía comparándolas. Mis manos apenas tocaban la parte inferior de sus dedos.

—Tienes las manos las chiquitas que yo — habló Rivs.

—Manos de minion — dijo Ari y reí.

—No se burlan de mis manitas.

—Están bien chiquitas y bonitas — comentó Osvaldo.

Entrelazo nuestras manos a pesar de que la suya cubría toda la mía, acto que no pasó desapercibido por ninguna de las presentes y menos por las personas que nos veían.

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Roier donó 100 bits

¿Cuántos bits para que el Mariana y Beth se besen?

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Las chicas rieron al escuchar aquella donación.

—¿Qué haces aquí, Rogelio? — pregunté mientras me acomodaba en la silla.

—A ver, ¿Cuánto? — cuestionó Ari.

—Nada, yo lo hago gratis — dijo Mariana y el chat enloqueció.

—Cállate, me pones los pelos de punta — lo regañe.

—Bien que quieres no te hagas — me molesto, se acercó a mí oreja y susurró — Aparte no es la primera vez que lo hacemos.

Me quede viéndolo expectante mientras él se alejaba con una sonrisa.

Él lo recordaba.

—Pensé que se iban a besar — dijo la rubia.

WILDEST DREAMS || El MarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora