Capítulo 26

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Semanas habían pasado y aunque nos ha costado un poco ocultar nuestra relación entre el público, todo iba con calma, pero la duda de lo que pasó esa noche que llegamos a la ciudad aún seguía en mi mente.

No le había preguntado nada a Osvaldo, pero el día después de eso su comportamiento fue extraño...




Flashback


La puerta del consultorio se abrió dejándonos a la vista a Osvaldo.

—Ahí llegó tu chico — musito mi mejor amiga parándose — Osvaldo — mencionó el nombre de mi novio en forma de saludo.

—Alex — dijo el chico.

La castaña entró a su oficina.

—Hola hermosa, te traje tus favoritas — saco detrás de él un ramo de flores.

La tomé y lo besé.

—Muchas gracias.

—Y te traje tu café favorito.

—¿A qué se debe tantos regalos? — pregunté oliendo las flores.

—Solo consintiendo a mi novia preciosa — dejo un beso en mi cabeza.

—Ven, vamos a mi oficina.

Lo guíe por los pasillos y deje la puerta abierta, acomodé el ramo en mi escritorio y me senté.

—¿Cómo te fue ayer? — cuestione.

—¿A qué te refieres? — se sentó frente a mí.

—Con tu familia, ¿Cómo te fue? — intente sonar lo más natural posible.

—Si, eso — se rasco la nuca — Bien, ya sabes, mamá solo quería hablar de cosas familiares, nada importante.

Sus palabras fueron algo torpe y note sus nervios... ¿Me estaba mintiendo?

—Amor — me levante y tome las llaves del consultorio — Alex ya se va y me gustaría ir a almorzar afuera, ¿Quieres ir conmigo? — me senté en sus piernas.

—Claro que si mi vida — dejo un leve golpe en mi nariz provocándome una sonrisa.

Fin de Flashback





Termine de picar la fruta y la coloque en el tazón.

Osvaldo estaba en directo hace más de dos horas y como me encontraba en su casa decidí llevarle algo de comer, pues la noche ya se aproximaba.

Subí las escaleras sin mucho apuro y me aproximé a set up, abrí un poco la puerta y pude escucharlo.

—No empieces, pinche Aldo, ¡Estamos en el mismo equipo mien, no tienes por qué matarme! — grito y reí levemente.

Di un par de golpes en la puerta y Osvaldo se dio la vuelta.

—Espera Aldo, ya regreso, protégeme.

Note como apago el micrófono y la cámara, se sacó sus audífonos y se acercó a mí.

—¿Qué pasó, mi amor? — preguntó abriendo más la puerta.

—Te traje fruta — él dejo un beso en mis labios.

—Gracias hermosa, me encantaría que estuvieras a mi lado en el directo, ¿No quieres unirte? — preguntó acariciando mi cabello — Por favor.

—No puedo resistirme si me lo pides así — deje un suave beso sobre sus labios provocando que no nos separemos por un par de minutos.

WILDEST DREAMS || El MarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora