Cinco

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La mayor se levantó el sábado por la mañana y se dirigió a la cocina, donde encontró a su amiga preparando el desayuno. El delicioso aroma de café recién hecho llenaba la habitación, y el sonido de los utensilios de cocina resonaba suavemente.

—¡Buenos días!—saludó Kazuha con una sonrisa mientras batía los huevos en un tazón.—¿Cómo has dormido?

—Buenos días—manifestó Chaewon con una leve sonrisa.—Dormí mejor de lo que esperaba, gracias a ti.

Se sentó en la mesa y miró a su alrededor. Notó un hermoso ramo de flores en el centro de la mesa, llenando el ambiente con colores vibrantes y fragancia, eran unas dalias blancas, delicadas y elegantes que contrastaban con el fondo verde de las hojas.

—Las flores son hermosas—comentó la pelinegra admirándolas.—¿Las compraste tú?

La menor se acercó a la mesa con una bandeja de pan tostado, luego se sentó frente a ella y asintió.

—Sí, las compré esta mañana. Quería que tuvieras algo bonito para alegrarte el día.

—Gracias, realmente aprecio todo lo que haces por mí.—Sonrió conmovida

Todo parecía ir bien, pues las dos disfrutaban del delicioso desayuno, hasta que a Chaewon se le ocurrió revisar su celular.

Cuando leyó los mensajes que su novia le había dejado, sintió como si le hubieran golpeado en el estómago. Había insultos, amenazas, palabras crueles que hacían que se sintiera pequeña e indefensa."¿Cómo pudiste abandonarme así? ¿Con quién estás? ¿Por qué no me respondes? ¿Acaso te da igual lo que siento?"

Se sintió cada vez peor a medida que avanzaba en la conversación. "Eres una maldita egoísta, siempre piensas en ti misma, no te importa lo que siento ni lo que estoy pasando, ¿por qué no te vas a la mierda de una vez?" decía uno de los mensajes. Sintió lágrimas corriendo por sus mejillas, sintiéndose humillada y herida.

Chaewon se despidió rápidamente de Kazuha, apenas capaz de pronunciar un "gracias por todo" mientras luchaba por contener las lágrimas, la castaña intentó detenerla pero ya era demasiado tarde. Caminó hacia su casa con angustia en su pecho, cada paso que daba era doloroso.

Finalmente, llegó a casa y su novia estaba esperando en la sala.

—¿Dónde estabas? ¿Por qué no respondías mis llamadas?—espeto  Yunjin, enojada.

La pelinegra no quería discutir. No tenía fuerzas para lidiar con los ataques de ira de la menor.

—Lo siento, estaba ocupada— ella trataba de evitar el contacto visual.

—¿Ocupada con quién?—sus ojos brillaban con rabia.

No quería responder. No quería que se enterara de que había estado con Kazuha. Sabía que eso solo empeoraría las cosas.

—No es asunto tuyo—susurró.

La más alta se acercó a agarrándola por el brazo.—¡Es mi asunto! ¡Eres mi novia!.

Chaewon se estremeció con la fuerza que la agarraba, se sintió atrapada e impotente.

—¿Estabas con esa maldita amiga tuya?—exclamó.

La pelinegra intentó explicar, pero no le dio la oportunidad. La empujó contra la pared con tanta fuerza que sintió que se le cortaba la respiración. Después la tomo por las muñecas.

Unbreakable | PurinzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora