Veintiuno | Papá

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Me levanté temprano en la mañana, el reloj marcaba las 6:00 a.m. Habia estado viviendo con Zuha desde que me llamo, incluso se ofreció a pagar mi boleto de avión para volver a casa.

Ella preparó el desayuno mientras yo me sentaba en la mesa. Noté unas hermosas dalias blancas colocadas elegantemente en un jarrón. Eran realmente bonitas, su fragancia llenaba el ambiente.

Mientras desayunábamos, surgió una pregunta en mi mente.—¿Qué va a pasar con el cuerpo de Chaewon?— pregunté, sintiendo la necesidad de aclarar esa incertidumbre.

Kazuha dejó de comer por un momento y me miró con calma.—No creo que la cremación sea una buena idea. Creo que lo mejor sería sepultarla, darle un lugar donde podamos honrar su memoria y visitarla cuando lo necesitemos—respondió con voz tranquila.

Sus palabras resonaron en mi mente, y aunque entendía la importancia de dar un lugar de descanso final a mi hermana, también me preocupaba el tema económico. Kazuha había asumido una carga financiera considerable, pagando los gastos médicos de Chaewon, cubriendo su propia educación universitaria y sosteniendo los gastos de su departamento. Además, como mencioné antes había comprado mi boleto. Sentía que estaba gastando demasiado, y eso me inquietaba.

—¿Tienes suficiente dinero para todo esto?—pregunté con cuidado, intentando expresar mis preocupaciones sin sonar ingrata o insensible.

Ella sonrió suavemente y posó su mano sobre la mía.—No te preocupes por eso, Eunchae. Chaewon y tú son mi familia, y haré todo lo que esté a mi alcance para honrar a tu hermana y cuidar de ti. El dinero es importante, pero el amor y la dedicación que le tengo a ambas es aún más valioso.

Sus palabras me conmovieron profundamente que comencé a llorar.—No sé cómo agradecerte.

—No llores, linda—susurró la japonesa mientras se acercaba a abrazarme. Sus brazos cálidos rodearon mi cuerpo, brindándome consuelo en medio de mi conmoción y vulnerabilidad.

Sentí cómo mis lágrimas mojaban su hombro mientras me aferraba a ella, desahogando todas mis emociones acumuladas. No podía evitar sentirme abrumada por todo lo que había sucedido.

Ella acarició suavemente mi cabello, transmitiéndome una sensación reconfortante.—Eunchae, no tienes que agradecerme. Estoy aquí para ti, para apoyarte en cada paso del camino. Ahora somos familia, y eso significa que siempre estaremos juntas, tanto en los momentos felices como en los más difíciles.

Sentí cómo su amor y su apoyo se convertían en un refugio seguro en medio de la tormenta. Me di cuenta de lo afortunada que era de tener a alguien como Kazuha en mi vida, alguien dispuesta a estar a mi lado y brindarme fuerza cuando más la necesitaba.

Nos quedamos abrazadas por un tiempo, compartiendo ese momento de vulnerabilidad y conexión. El tiempo parecía detenerse mientras dejábamos que nuestras emociones fluyeran libremente.

Me acompañó hasta el aeropuerto, sosteniendo mi mano con firmeza mientras caminábamos juntas. El silencio entre nosotras no era incómodo, sino un espacio para reflexionar y procesar todo lo que había sucedido.

Observé el rostro de Kazuha y noté un destello de serenidad en sus ojos. Parecía haber encontrado un consuelo en la carta que Chaewon le había dejado. Tal vez, a través de esas palabras escritas desde el corazón de mi hermana, había encontrado una conexión más profunda con ella, una forma de seguir adelante y mantenerla cerca.

Nos detuvimos frente a la puerta de embarque, y nuestras miradas se encontraron en un gesto de entendimiento silencioso. Acarició mi mejilla con ternura y susurró con voz suave—Sé valiente y vive la vida que deseas. Chaewon siempre estará contigo, en tu corazón y en cada paso que des.

Unbreakable | PurinzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora