Seis

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Los días pasaban y  los síntomas de su tumor se intensificaban, causándole dolores de cabeza insoportables, mareos y debilidad en su cuerpo. A pesar de su deterioro físico, Chaewon trataba de ocultar su condición y seguir adelante con su vida, incluso intentaba mostrar una sonrisa en presencia de Yunjin.

Sin embargo, algo había cambiado en esta última desde aquella humillante disculpa. Aunque seguía siendo grosera y celosa, ya no era tan frecuente ni tan agresiva como antes. Incluso, en ocasiones, mostraba gestos de cariño como abrazos repentinos o besos en la mejilla, esto confundía a la pelinegra y le generaba un conflicto interno.

Ella anhelaba el amor y la atención de Yunjin, a pesar de todo lo que había sufrido a manos de ella, la necesidad de sentirse amada y valorada la hacía aferrarse a cualquier muestra de afecto, incluso si venía acompañada de maltrato emocional o físico. Aunque en el fondo sabía que esa relación no era muy buena, el miedo a quedarse sola y la ilusión de que la menor podía cambiar la mantenían aferrada a ese amor disfuncional.

Mientras tanto, su salud empeoraba. Los dolores de cabeza eran constantes, las náuseas la asaltaban y cada vez le costaba más concentrarse en sus actividades diarias.

Se encontraba atrapada en un ciclo de amor y sufrimiento, donde el deseo de ser amada superaba cualquier dolor físico o emocional que pudiera experimentar.

La oscuridad de la enfermedad se cernía sobre ella, mientras intentaba mantenerse a flote en un mar de confusiones y miedos.

[...]

Chaewon se levantó temprano para prepararse para otro día de clases en la universidad. Mientras se arreglaba, pudo escuchar los sonidos provenientes de la cocina. Era inusual, pero cuando salió de su habitación, vio a su novia preparando el desayuno, aquella escena parecía sacada de los mejores recuerdos de su relación; Yunjin tan linda, cariñosa y atenta, parecía haber recuperado la esencia de la chica de 16 años que alguna vez había conocido. Era como si aquella Yunjin agresiva y cruel se hubiera esfumado, como si nunca hubiera existido.

La mayor no podía evitar sentirse confundida. ¿Cómo podía cambiar tan repentinamente? la menor no mencionó nada sobre su agresividad pasada ni se disculpó por ello pues parecía haberlo olvidado por completo, como si no hubiera ocurrido.

—¿Qué ha pasado? Hoy te has levantado tan temprano y estás haciendo el desayuno. Parece que volvimos a ser como éramos antes...—dijo Chaewon con cautela.

—Sí, pensé que sería agradable comenzar el día juntas y asegurarme de que estés bien. No quiero que te sientas mal, cariño.

Las palabras de Yunjin sonaban dulces y sinceras, y por un momento, la mayor se permitió creer que las cosas podrían haber cambiado de verdad.

—Estoy feliz de verte así, especialmente después de lo que ha pasado últimamente.

—No quiero pensar en el pasado, Chaewon. Solo quiero disfrutar de este momento contigo, lo pasado ya no importa.

Aunque la más alta no respondió directamente a su pregunta, la pelinegra decidió aceptar ese momento de paz y cariño que ella le ofrecía.

Juntas, compartieron un desayuno tranquilo. Chaewon podía sentir el amor y la ternura de su novia en cada gesto y palabra, era como si el tiempo se hubiera detenido y solo existieran ellas dos en ese pequeño y cálido espacio. Pero en lo profundo de su corazón sabía que había heridas que aún no sanaban, que la sombra de la agresividad y el abuso seguía presente, aunque se ocultara momentáneamente bajo esa apariencia amorosa.

Unbreakable | PurinzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora