Quince

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Habían pasado ya dos meses desde que Yunjin se fue sin dejar rastro alguno. En ese lapso de tiempo, Chaewon intentó reconstruir su vida buscando consuelo y refugio en los brazos de Kazuha, quien se convirtió en su compañera y apoyo incondicional. Juntas, comenzaron una relación.

La japonesa amaba a Chaewon con todo su ser y se esforzaba por brindarle todo el amor y la atención que merecía. Era consciente de que la pelicorta guardaba un amor profundo por Yunjin, pero eso no disminuía sus sentimientos hacia ella, se dedicaba a cuidarla de la mejor manera posible, comprendiendo que su corazón pertenecía a alguien más, aunque luchaba por ganarse un lugar especial en su vida.

A pesar de estar en una nueva relación, la coreana no podía borrar de su mente y de su corazón a esa persona que tanto daño le hizo. El amor que sentía por ella era inquebrantable, como un hilo invisible que las unía incluso en la distancia. Aunque mantenía ese sentimiento en secreto, no podía evitar que su mirada perdida y sus momentos de ensimismamiento delataran sus verdaderos pensamientos y emociones.

La vida en el departamento de la castaña era tranquila y acogedora. La pelinegra había retomado su pasión por la pintura, dedicándose a plasmar en lienzos sus emociones y pensamientos más profundos. La creación artística se había convertido en su refugio, en una forma de expresar todo lo que guardaba en su interior. A través de sus pinceladas, podía liberar parte del dolor y la confusión que la atormentaban.

Kazuha admiraba su talento artístico y la apoyaba en todo. Reconocía la importancia de la pintura en la vida de su amada y la animaba a seguir explorando su creatividad. Juntas, compartían momentos de inspiración y complicidad.

[...]

La mayor se había estado sintiéndose mal en los últimos días. Los síntomas de su tumor estaban llegando a un punto máximo, convirtiéndose en un tormento insoportable. A pesar de sufrir en silencio, no quería preocupar a Kazuha, intentando protegerla de la dolorosa realidad que enfrentaba. Sin embargo, un día, su cuerpo no pudo resistir más y se desmayó frente a ella.

Llena de preocupación y miedo, tomó rápidamente la decisión de llevarla al hospital. Sin importar lo que pasara, su amor por ella era más fuerte que cualquier obstáculo. En el trayecto hacia el centro médico, la tensión y el silencio eran abrumadores.

Al llegar al hospital, Kazuha se apresuró a pedir ayuda, gritando angustiada—¡Necesitamos ayuda! ¡Mi novia se desmayó!—El personal médico reaccionó rápidamente y la llevaron en una camilla adentrándose en la sala de emergencias.

El médico de turno se acercó a la menor intentando transmitir calma en medio de la preocupación.—Señorita, necesitamos realizar algunas pruebas para determinar la causa del desmayo. Por favor, quédese en la sala de espera y le informaremos tan pronto tengamos más información.

Esta asintió con la cabeza, sus ojos estaban llenos de lágrimas, y se dirigió a la sala de espera. Mientras esperaba ansiosamente, se aferraba a la esperanza de que todo estaría bien, pero en lo más profundo de su corazón, el temor se había instalado.

El doctor que había tratado a Chaewon en el pasado se acercó a ella con una mirada preocupada en sus ojos. Sabía que tenía que ser honesto con ella, pero también comprendía la petición que le estaba haciendo.

Con voz entrecortada y lágrimas en sus ojos, le susurró al doctor.—Por favor, no le diga a Kazuha sobre mi tumor. Quiero protegerla, quiero que siga creyendo que todo estará bien.—Su voz reflejaba una mezcla de dolor y determinación.

El doctor la miró con compasión, entendiendo el peso de sus palabras. Con una voz suave, respondió—Señorita Kim, entiendo sus deseos, pero debe comprender que ocultar esta información es una carga pesada tanto para usted como para su novia. Como médico, tengo la responsabilidad de ser honesto y brindar el apoyo adecuado. Pero si esta segura de su decisión haré todo lo posible por respetarla.

La pelinegra asintió con tristeza, agradeciendo la comprensión del doctor. Sabía que estaba tomando una difícil decisión, pero queria tanto a Kazuha que quería ahorrarle el dolor de saber que su tiempo juntas era limitado.

El doctor salió de la sala de emergencias y se acercó a la menor con una expresión grave en su rostro. Sabía que tenía que cumplir con la petición de su paciente y mentirle sobre la gravedad de la situación.

Llena de preocupación, preguntó con voz temblorosa.

—¿Cómo está Chaewon? ¿Por qué se desmayó?—sus ojos reflejaban angustia y ansiedad.

Eligiendo sus palabras cuidadosamente, respondió—Señorita Nakamura, el desmayo fue causado por un desequilibrio temporal en su organismo. Hemos decidido mantenerla hospitalizada para realizar algunas pruebas y asegurarnos de que esté completamente estable.

La japonesa asintió, aunque aún estaba preocupada. Confíaba en el juicio del médico y sabía que estaban haciendo todo lo posible para cuidar de Chaewon.

—Estaremos monitoreando su estado de cerca y realizando las pruebas necesarias. Queremos asegurarnos de que reciba el mejor cuidado posible. Por favor, tenga paciencia y confíe en nosotros.

Aunque inquieta, aceptó las palabras del médico. Agradeció su atención y se dispuso a esperar noticias sobre la condición de su novia.

En los días siguientes la pelicorta  permaneció hospitalizada, enfrentando el dolor y la incertidumbre en silencio. Aunque deseaba proteger a la castaña, la carga emocional y física se volvía cada vez más difícil de soportar.

Después de las clases en la universidad, Kazuha se convertía en la principal cuidadora de Chaewon. Su rutina diaria se volvía agotadora, pero estaba determinada a estar presente en cada momento importante de su vida.

Luego de finalizar sus clases, se dirigía a la biblioteca universitaria para hacer sus tareas y estudiar. Aprovechaba ese tiempo para comer y repasar sus apuntes. La biblioteca se convertía en su segundo hogar, un lugar donde podía concentrarse y avanzar en sus responsabilidades académicas.

Una vez terminada su sesión de estudio se dirigía rápidamente al hospital donde la pelinegra estaba siendo atendida. Llevaba consigo libros, revistas y juegos de mesa para entretenerla durante su estancia. Sabía que el aburrimiento podía ser una carga adicional por lo que intentaba llenar cada momento con actividades y conversaciones agradables.

Al llegar al hospital se aseguraba de llevar consigo los alimentos favoritos de su novia. Conocía sus preferencias y sabía que una comida sabrosa podía levantar el ánimo de su amada. Preparaba comidas caseras y nutritivas, llenas de ingredientes saludables y sabores reconfortantes.

Mientras la mayor descansaba, aprovechaba para terminar las tareas o proyectos que no había alcanzado a hacer en la biblioteca, también tomaba notas detalladas de cualquier cambio en la condición de Chaewon, asegurándose de estar al tanto de cada detalle médico.

Una vez que despertaba, la mas alta de dedicaba por completo a su bienestar. La ayudaba a asearse y se aseguraba de que estuviera cómoda en su cama. Con suavidad, le daba masajes en los hombros y en las manos, aliviando la tensión acumulada. Durante la noche, cuando se sumergía en un sueño profundo, Kazuha permanecía a su lado, observándola con amor y preocupación. Velaba por su descanso, asegurándose de que estuviera abrigada y cómoda en su cama de hospital. A veces, tomaba su mano suavemente, transmitiéndole su cariño y apoyo en silencio.

En medio de los cuidados físicos, también brindaba apoyo emocional, escuchaba con atención cada palabra que ella pronunciaba, le daba espacio para expresar sus temores y preocupaciones. Ofrecía palabras de aliento y recordaba constantemente lo fuerte y valiente que era.

No importa lo que ocurriera siempre estaría a su lado... no sabía lo que le esperaba.

Unbreakable | PurinzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora