O N C E

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CAPITULO 11

Entre alfas




Namjoon jamás podría definirse a sí mismo como un gran atleta. Un hombre como él, podría, de forma modesta reconocer su mente, pero no el control de su cuerpo. Por eso genera tanta sorpresa que haya podido bajar de su caballo, tomar la crin del caballo favorito del rey y hacer que Seokjin le vuelva a mirar a los ojos, solamente perdiendo su sombrero en el proceso.


—Príncipe... —susurra, suplicante—. Permíteme explicártelo todo. Tiene una explicación, lo prometo.


De pronto el claro se inunda de un tenue olor a lavanda, y Jin se permite aspirar con los ojos cerrados.

La furia se entremezcla con la preocupación de haber dejado a su hermano a la Merced de un hombre capaz de asesinar a su propia sangre. La sola idea, revuelve el estómago del mayor de los Kim, pero el aroma del alfa médico le está empezando a relajar lo suficiente, para de igual forma, bajar del caballo negro y mirar a Namjoon de frente, ligeramente más hacia arriba por la diferencia de alturas, pero más relajado de la sorpresa inicial.


—Tengo que ir por mi hermano, Namjoon-ah —, pide, ecuánime. Con la pose de un real rey.


Namjoon asiente, notando la tristeza en los ojos de mayor, ansioso por regresar a proteger a su hermano.


— Lo va a matar —, asegura, y entonces las orejas se tiñen de rojo y la tranquilidad desaparece. Seokjin aprieta los puños y gruñe en voz baja.


Y las palabras de Namjoon se atoran en su garganta.

Por primera vez, el médico no podrá presumir de su astucia, pero sí de sus reflejos, porque antes de que Seokjin pueda girar para subir al caballo, el médico le ha tomado de las mejillas y ha probado los suaves labios del príncipe Kim.

Seokjin llena el ambiente de eucalipto, y todo huele fresco, pero los labios tienen un sabor suave y picante a la vez, que a Namjoon le recuerdan a la canela, y cuando se separan, luego de la sorpresa inicial, no puede evitar fundirse de lleno en ellos, tomando al mayor de la barbilla y saboreando el labio inferior, suspirando, sintiendo a su alfa sollozar de gusto por beber de tan ansiado manjar.

Seokjin tardó medio segundo en tomar al médico de los hombros y dejar caer todo el peso de su cuerpo contra él. Namjoon se sentía firme contra él, y a la vez, tan suave, que se sintió en casa por primera vez en su vida.

Su alfa gimió, y él también dentro del beso, cuando sin importarle morir de asfixia, probó el sabor a lavanda en la lengua del menor y agradeció que el médico fuera lo suficientemente astuto para bajar sus manos hasta la cintura para sostenerle, porque al guerrero la fuerza en las piernas se le perdió.

Todo desapareció, y vivió eternamente en ese momento.

Hasta que el molesto oxígeno les hizo separarse.

Y entonces Namjoon lo vio.

Los ojos violetas, revelando al alfa de Kim Seokjin.


. . .


La primera vez que Kim Namjoon vio la parte lobo en un humano, tenía 5 años, y veía a su hyung intentando controlar a su alfa, con asesoría de su padre, el médico real Kim Ha Joon. Min Yoongi era el aprendiz con apenas 7 años, y fue la primera vez que Namjoon vio los ojos dorados en su mayor. Yoongi lloraba, gruñía y clavaba las uñas sobre la arena. Sufría. Namjoon tuvo miedo por primera vez, pero aun así, corrió hacia su padre, quien le tomó de los hombros y le hizo mirar.

Mi Alfa Bestia {YOONTAE}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora