café caramelo|| diego lainez

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San Nicolás de los Garza, Nuevo León era una ciudad muy calurosa, siempre había detestado tanto el clima así, pero estaba cumpliendo mi sueño.
Tener un trabajo reconocido, que me había dado las posibilidades de haber comprado una casa y un coche era lo mejor.

—Caramel macchiato para Sofia.—Dijo aquel chico de uniforme verde.

Tome y agradecí por mi café aquel chico y el se despidió con una sonrisa coqueta.

Comencé a caminar mientras conocía aquella ciudad tan grande, aún no tenía amigos, en el trabajo era la chica nueva y bueno, tampoco era que me gustara mucho la idea de ser CM de un club al que prácticamente había odiado toda mi vida.

Mientras caminaba, en mi cabeza rondaba la idea de él por qué nunca había tenido una buena relación amorosa, Dios que complicado es esto del amor.

¿Habrá algún detalle conmigo?

—Discúlpame, no fue mi intención, permíteme ayudarte.— Una voz varonil resonó en mis oídos.

El golpe que había recibido me dejó aturdida mientras mi blusa nueva estaba manchada de café

—Fíjate por donde caminas idiota.—Me puse de pie con su ayuda pero aún sin mirarlo.

—Disculpa venía distraído, no noté que estabas frente a mi, permúteme comprarte un café y una blusa nueva.—Insistía aquel chico que parecía amable.

—No sabes que, déjalo así.— Y por primera vez levante la mirada.

Unos ojos marrones con destellos verdosos me miraban, como si fuera un bicho extraño o algo por el estilo.

—Me llamo Diego.— Extendió su mano y el no dejaba de mirarme.

Dude un poco y extendí la mía.

—Sofía, un gusto.

—¿También eres nueva aquí?

—Como lo sabes?

—Bueno todos tienen un acento muy marcado aquí, pero tú no.— Diego sonrió

Que bonita sonrisa tenía.

-–Por favor permíteme invitarte otro café.—Insistió

—Bueno solo por que me lo estaba saboreando y me quede con las ganas de más.

El río y comenzamos a caminar de nuevo a aquella reconocida cafetería, ordenamos y nos sentamos.

—Bien cuéntame de ti, se ve que tampoco eres de aquí.— Dije para posteriormente darle un sorbo a mi nuevo café.

—Soy de Tabasco, acabó de llegar hace días, venía de un trabajo en España y pues bueno, no se dio y termine aquí.— El chico se veía decepcionado.

—Tranquilo, tal vez ese trabajo no era para ti, tal vez lo tuyo esté aquí en San Nicolás.— El asintió con una pequeña sonrisa.

1-Y bueno Sofía, ya te conté de mi ahora quiero saber de ti.— Me miro atento

—No me gusta contarle mi vida a alguien que acabo de conocer.— Reí dudosa.

—Ya te conté parte de mi vida Sofía.— Volvió a reír

—Bien, soy de Guadalajara, vine a trabajar aquí y pues bueno, me tengo que acostumbrar a esto.

Seguimos contando detalles pequeños de nuestras vidas, no nos dimos cuenta que tan rápido pasó el tiempo que cuando nos dimos cuenta ya era de noche.

-1Bueno Diego fue un gusto conocerte, mañana tengo que ir que trabajar desde temprano.— Me levante de aquel asiento.

—¿Quieres que te acompañe a tu casa?.- Dijo él—Ya es tarde para que una chica ande sola.

Dude un poco pero al final accedí, ya que realmente me daba miedo.

Al llegar a casa nos despedimos claro diciéndole que cuando quisiera las puertas de mi casa estaban abiertas para el.

Me dispuse ir a dormir, ya que mañana tigres se enfrentaba a Toluca en el volcán.

(...)

La mañana comenzó tranquila, veía a la porra más pasional de México llegar desde temprano para adornar el estadio, estaba impresionada viendo como se organizaban.

Después de ver un poco, entre a las oficinas a matar el tiempo en lo que los jugadores salían a calentar y bueno tenía que capturar sus mejores momentos.

La noche cayó, el volcán comenzó a hacer erupción, salí a ver el ambiente y era muy agradable.

Comencé a organizar mis cosas y una punzada de presentimiento llego a mi pecho, levante mi cabeza y ¿Que estaba haciendo Diego aquí?, el platicaba animadamente con Gigniac y Sebastián Córdova, a ellos claro que los conocía, pero ¿Diego?.

Al parecer aquel bajito sintió mi mirada y giró su mirada en mi dirección, levantó la mano en forma de saludo y ambos jugadores que estaban con el me miraron.

Comencé a ponerme nerviosa y tratar de disimular lo que sentía, de pronto vi que el 10 y el 17 de tigres le decían algo a Diego para después ser empujado y que el comenzara a caminar hacia mi.

Que bien le lucia el color amarillo, resaltaba aquellos ojos y su sonrisa era impecable.

No tenía ni idea de que este hombre podía verse más Perfecto.

Cuando llegó frente a mi me tomó de sorpresa que me tomara de la mano y darme un beso en la mejilla de saludo.

—Hola Sofi, ¿Como estas?.—sus ojos marrones me miraron directamente a los míos.—Te invito un café.

Y así comenzó todo, por mi café caramelo.

Idea y escrito por mi madrina aleo_02 Comenten sus pedidos y tengamos paciencia 🫶🏻

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