Continuación de "you belong with me|| Sebastian Cordova"
Dos años habían pasado desde aquella vez que me di cuenta que jamás podría tener el amor de Sebastián para mi. ¿Como podría hacerlo? Si el seguía y seguiría siempre con su perfecta novia. Y yo ya me había resignado a eso.
Se podría decir que muchas cosas han cambiado en mi vida desde entonces, lo primero fue que Diego Lainez y yo intentamos iniciar una relación, me confesó que sentía una atracción por mi y yo no pude evitar corresponderle, tal vez no estaba tan enamorada como lo estaba de Córdova pero no podía negar que Lainez encendía cosas en mi, obviamente fui totalmente sincero con desde el principio sobre mis sentimientos y el, como tan maravillosa persona que es lo acepto y me dijo que estaba seguro que nosotros nos podíamos llegar a amar.
Y yo creía lo mismo, creía que con el paso del tiempo comenzaría a nacer el amor entre los dos, pero lastimosamente eso no sucedió.
No tuvimos la oportunidad de aprender a amarnos, pues tan solo unos meses después de que iniciamos nuestra relación una nueva oportunidad llegó a el para emigrar al viejo continente a cumplir su sueño, y claramente yo no iba a ser un impedimento para que lo lograra, así que ambos decidimos terminar por La Paz aquella relación que no pudo ni comenzar, le deseé lo mejor y le dije que yo creía fielmente en el, que el lo creyera también.
Y así, viéndolo partir me di la media vuelta y me mentalice en continuar mi vida, entre a un programa de intercambio en mi universidad y meses después recibí la noticia de que me habían aceptado en la SU, Seattle university me abría las puertas para concluir con mis estudios universitarios, y claramente era una oportunidad que tampoco aprovecharía.
Lo tome como una señal divina para avanzar, así qué tal y como lo hizo diego empaque mis cosas y partí de la ciudad que me vio nacer y crecer rumbo a un nuevo país a comenzar mi vida independiente.
Ahí pase los últimos dos años de carrera, y con un Marketing Bachelors degree y muchas amistades y vivencias nuevas volví a mi país que tanto extrañaba.
Sin duda alguna mi vida había dado un giro de 180 grados, y lo amaba. Amaba lo que hacía, mi corazón había dañado y estaba segura que por fin estaba siendo feliz.
Así que volví a la Ciudad de México a visitar a mi familia. Pues no regresaría a vivir en aquella gran ciudad, había conseguido un gran trabajo en una gran empresa internacional en la ciudad de Monterrey, con una oportunidad y oferta maravillosa que no pude rechazar.
Estaba lista para emprender una nueva aventura.
Días después vole hasta aquella ciudad directamente a mi nuevo departamento, mi familia había viajado conmigo para ayudarme a desempacar, acomodamos el pequeño departamento y pasamos toda la tarde en familia provocando que me sintiera aún más feliz y plena.
Pero como todo lo bueno tiene que terminar, al día siguiente ellos viajaron al aeropuerto para regresar a casa, y yo me quede acá, sola con el corazón latiendo al mil por hora.
Estaba demasiado nerviosa, no sabía si era por esta gran ciudad, por el nuevo empleo, o simplemente eran los nervios normales que me atacaban por los cambios que sucedían en mi vida.
Para despejar mi mente y calmar mis nervios decidí salir a dar un paseo por un parque que había visto cerca del edificio.
Tome mi chamarra y mis llaves, me puse mis tenis deportivos y con mucha calma salí del lugar a respirar el aire fresco que la ciudad regia me ofrecía.
Camine un buen rato sin ninguna dirección en específico simplemente camine mirando todo lo que había al rededor hasta que logre llegar al parque que había visto antes. Y mi corazón se paralizó un poco al ver de espaldas a un muchacho demasiado parecido a mi viejo amor, solo que estaba más musculoso y su cabello ahora era largos. Seguramente estaba confundida.
Tome asiento en una de las bancas que estaban desocupadas y cerré mis ojos al recordar el momento en el que vi a Sebastián por última vez, en una banca exactamente igual a esta, recordé nuestra pequeña conversación antes de que su novia llegara y nos interrumpiera, recordé su sonrisa y como elevó su mano en el aire para despedirse sin imaginarse que esa sería nuestra última interacción.
Recordé las noches en la ventana, nuestros mensajes tontos escritos por el cuaderno, recordé como solía bromear sobre su rostro colorado y como el hacía burla de mis grandes ojos.
Recordé su voz, su tacto, su humor.
Lo recordé todo de golpe por alguna extraña razón, pues no sabía nada de él. Había cortado totalmente el contacto cuando comencé mi relación con Diego por respeto a respeto a él, y realmente en todo este tiempo no se había cruzado en mi mente hasta ahora.
Un poco extraño.
Tal vez era la nostalgia de volver a empezar de cero nuevamente, tal vez era el parque y la banca, o tal vez solo era mi necio corazón recordando a mi primer amor, aunque no fue correspondido.
No lo sabía, pero, estaba segura que Taylor Swift tenía una canción para esta situación.
Reí un poco de mi idea y luego en mi cabeza entro la melodía de aquella canción con la que solía describir nuestra situación.
Estoy bien, estoy probando cosas nuevas He estado diciendo sí en lugar de no Creí haberte visto en la parada del autobús, pero no fue así
Comencé a cantar en mi cabeza aquella canción que había escuchado por primera vez en Estados Unidos, y que de inmediato me transporto a el.
Creo que nunca se sabe, nunca se sabe Y si me querías, deberías haberlo demostrado Y si nunca sangras, nunca vas a crecer
Crecí, realmente lo hice.
Y ahora todo está bien
¿Lo estaba?
Pero éramos algo, ¿no lo crees?
¿Lo éramos?
Y si mis deseos se hicieran realidad Habrías sido tú.
¿Habría sido del?
Pero habría sido divertido Si hubieras sido el indicado.
—¿Ale?.—esa voz...
—¿Sebastián?
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Pedido por: cheerry_02para que no me griteeeee y se enoje mi comadrita
