Prólogo.

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PRÓLOGO

Tomé de la mano a Ron. Por lo general, él se apartaría haciendo una mueca de disgusto y diciéndome que lo soltara, un típico hermano. Pero hoy él se aferró también; él también estaba tan nervioso como yo.

Nuestra madre se quejaba, enderezando nuestros abrigos y recordándonos por lo que parece la vez número trecientos noventa y ocho, que debíamos hacer lo que se nos dice y comportarnos. Nuestro padre iba un poco más atrás, esperando que su esposa terminara para él poder despedirse apropiadamente.

Ella era así todos los años, mamá quiero decir. Siempre es peor cuando uno de nosotros iba a la escuela por primera vez. La mujer se esforzaba por mantener la compostura cada año. Pero tan pronto como veía que sus polluelos 'volaban del nido' se entristecía y era como si se hubiese desatado la tercera guerra mundial Muggle.

Lo sentía por Ginny. Debe ser duro ser la más joven. Cuando tienes siete hermanos todos mayores que tú, que están disfrutando de las maravillas de la magia y tú te quedas en casa con tus padres, con la promesa de que "el año que viene vas a ser tú', no puede ser fácil.

Solté la sudorosa mano de Ron por un momento, para poder agacharme al lado de mi hermana pequeña y darle un abrazo. Sus rizos rojos olían a menta.

-Se buena Ginny, te veré en navidad. Y te escribiré todas las semanas - le prometí y Ginny envolvió sus brazos alrededor de mí.

-Te amo, Li - susurró entre lágrimas. Uno de mis hermanos, Fred, me dio golpecitos en el hombro y me dijo que me diera prisa, el tren saldría en cualquier momento. Le di a mi madre un último abrazo y besé la mejilla de papá, antes de que Ron tomara mi mano y tirara de mí después de Fred y George, que ya habían desaparecido en el tren y sin duda ya estaban riendo con sus amigos de tercero año.

Mientras Ron me empujaba hacia el tren, giré mi cabeza hacia atrás y eché un último vistazo a mis padres. Estaban sonriendo con orgullo por el hecho de que dos más de su manada habían sido aceptados en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Estaría mintiendo si dijera que no estaba orgullosa también.

-Vamos Li, el tren nos dejará - anunció Ron. Él soltó mi mano ahora que había gente de nuestra edad por todas partes, como lo esperaba, pero no intenté tomar su mano de nuevo y avergonzarlo. Lo seguí fielmente por el tren, en busca de un compartimiento vacío. Mientras caminábamos, la caldera sonó y el tren se puso en movimiento, saliendo de King's Cross.

Había tantos estudiantes pululando que era difícil moverse. Algunos de ellos eran de primer año, al igual que Ron y yo, y algunos eran incluso de séptimo año, todos charlando con sus gigantes amigos sobre lo que hicieron en el verano. Era difícil creer que alguna vez estuvieron de nuestro tamaño buscando un compartimiento vacío justo como nosotros.

Ron finalmente encontró un lugar. Asomó la cabeza y preguntó al único ocupante, un chico con gafas de montura gruesa y cabello negro azabache que se veía de nuestra edad, si podíamos acompañarlo. El muchacho sonrió de oreja a oreja, parecía feliz de tener compañía, y me pregunté por qué estaba solo. Tal vez lamentablemente no conocía a nadie, a diferencia de Ron y yo, que teníamos la suerte de conocer a muchos, gracias a nuestros padres y la comunidad mágica muy unida.

Ron se sentó frente al muchacho, presentándose inmediatamente con una sonrisa sin preocupaciones. Él tendió la mano al chico y yo rodé mis ojos azules.

-Oh, ésta es mi hermana gemela, Juliet - Ron tomó un bocado de la manzana que había estado llevando en la otra mano, haciendo un fuerte crujido. Hice una mueca mientras el jugo corría por su barbilla. Mi hermano no tenía decoro alguno.

El muchacho me dio una sonrisa amistosa. Lo examiné con cuidado. Era delgado y no muy alto, pero tampoco pequeño. Su cabello negro estaba peinado recto y ligeramente hacia un lado. Sus ropas eran viejas y muy gastadas; la camisa demasiado grande y los pantalones demasiado cortos. Sus botas estaban desgastadas pero se puede decir que hizo un esfuerzo para tratar de pulirlas. Al parecer, como nosotros, trataba de sentirse orgulloso de su apariencia, pero no tenía mucho dinero para hacerlo.

Juliet | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora