Juliet | Draco Malfoy

Capítulo 4.

Una vez recuperada, Honey y Sophia me arrastraron hacia la mesa de Slytherin, donde todos estaban riendo y hablando, tal vez era la mesa más ruidosa de las mesas restantes. Pasamos al lado de los estudiantes mayores que estaban sentados cerca de la puerta.

-¡Juliet! - Oí a uno de los muchachos gritar.

Le di una pequeña sonrisa, él era uno de los suplentes del equipo de Quidditch. Seguí en mi camino hacia los espacios vacíos cerca de la sección de quinto año. Pansy y Theodora estaban ahí, pero nosotras nos encargamos de sentarnos lo más lejos posible de ellas. Miré a los otros estudiantes de mi año que ya estaban presentes; Blaise Zabini, Gregory Goyle, Vincent Crabbe, Daphne Greengrass, Tracey Davis, y por supuesto, Draco Malfoy. Draco levantó la mirada cuando tomé asiento entre Blaise y Daphne, quienes me dieron una sonrisa.

-¡Juliet! ¿Cómo estás? - exclamó Tracey, volteando su pelo oscuro sobre sus anchos hombros. Miré la copa de plata delante de mí y la llené con jugo de calabaza.

-Estoy bien - respondí en voz baja, casi ahogada en la torpeza mientras Blaise se aclaraba la garganta.

Antes del verano, y más importante, antes de todo lo que pasó con Cedric, Blaise y yo tuvimos algo que algunos podrían llamar 'un pasatiempo'. Es cierto, pasamos mucho tiempo juntos y nos llevábamos bien, él me llevó al Baile de Navidad y a Hogsmeade un par de veces, pero nos separamos porque necesitaba espacio después de la muerte de Cedric, y no hay manera de que hubiéramos podido vernos durante el verano, conmigo estando en Grimmauld Place y él pasando el verano viajando con su madre. Ni siquiera habíamos intercambiado una carta, por lo tanto, esta era nuestra primera reunión desde que rompimos.

-Juliet - Él comentó, haciendo girar su varita alrededor de sus largos dedos. Blaise era guapo, con piel oscura y pómulos altos, y ojos profundos.

Muchas niñas se habían enamorado de él y tenían el corazón roto. Tomé mi jugo de calabaza y sonreí torpemente.

-Hola Blaise, ¿Buen verano? - Dije con un tono de vergüenza. Blaise asintió lentamente.

-Sí, lo fue. Mi madre y yo fuimos a Australia, lleno de muggles - se burló con disgusto, luego continuó - pero fue mejor que nada, supongo.

La actitud descuidada de Blaise sobre ir a un viaje tan maravilloso era típico de él, y muchos de mis otros compañeros de Slytherin. Si, bien hay algunos de nosotros que proviene de fondos regulares (Crabbe, Goyle, Honey, Pansy, Millicent y yo), muchos de los miembros de Slytherin son considerablemente bien apagados, Sophia y Draco Malfoy incluidos. Blaise sin embargo, es, posiblemente, el más rico de todos ellos. Su madre se ha casado 7 veces y todos sus maridos murieron. Es muy lamentable, pero no puedes evitar sospechar un poco.

Él no se molestó en preguntarme sobre mi verano mientras los últimos estudiantes entraban a la sala. Me di cuenta que Ron, Hermione y Harry estaban riendo como si no tuvieran preocupación en el mundo. Sentí una punzada en mi corazón mientras veía a Hermione decir algo y a Ron echándose a reír de ello. Él siempre solía encontrar mis chistes graciosos.

Ya no es así, me siseé a mí misma. Cuando Harry se volvió para mirar a mi dirección, le di una sonrisa discreta, ignorando por completo la mirada de Ron. Me pregunto si sabían acerca de lo que Sirius y Remus me pidieron que hiciera.

Ellos son los últimos estudiantes en entrar, y fueron directamente a la mesa de Gryffindor. Hablé con Daphne un poco, no por nada en especial, simplemente sobre lo bonito que se veía su nuevo peinado. Ella pareció complacida con el cumplido y comenzó a hablar sobre el tiempo que la había llevado decidir, y cómo le había tomado a la estilista incluso más tiempo para cambiarlo al tono adecuado de rubio miel.