Juliet | Draco Malfoy

Capítulo 22.

Traté de no vomitar, a pesar de lo mal que me sentía, y me obligué a sonreír. Draco pareció haber notado a Umbridge también, pero él no pareció estar tan molesto. Tal vez él sabía que ella estaría aquí.

De cualquier manera, no tuve tiempo para preguntar, Narcissa y Lucius estaban descendiendo la escalera con gracia. Sonreí, aturdida por la cámara del Profeta en la parte inferior. Antes de darme cuenta, Draco me estaba arrastrando detrás de sus padres, quienes se dirigían directamente al Ministro de Magia, mi hermano y Umbridge.

Solo respira, me dije a mí misma, lidias con ella en la escuela todo el tiempo.

Llegué a la conclusión de que estaba tan abatida porque ella me ha tomado por sorpresa, y estaba bien en la escuela porque allí la esperaba. Esto no es diferente a la escuela, tenía Draco a mi lado para mantenerme firme mientras Umbridge sonreía monstruosamente delante de mi.

Como la escuela, justo como la escuela.

-¡Ah, Lucius! Una baile maravilloso como siempre - El ministro le dio la mano al padre de Draco y Lucius sonrió amablemente.

-No puedo tomar el crédito, mi esposa fue la principal organizadora - Hizo un gesto hacia Narcissa. El Ministro besó su mano. Me estremecí al pensar en dejarlo cerca de mí, cuando él le era descaradamente indiferente a mi familia.

-Señora Malfoy, se ve encantadora esta noche - dijo con gusto, causando que Narcissa riera como una niña. Casi veo a Draco rodar sus ojos.

-Y mi hijo, por supuesto - Draco sacudió la mano del ministro con firmeza, como lo hizo su padre.

-Que fuerte agarre tienes, muchacho - Draco sonrió ante el cumplido y colocó su mano a un costado otra vez.

-Y esta es su novia, la señorita Julieta Weasley - Yo sonreí educadamente mientras el ministro tomaba mi mano y la besaba como lo hizo con Narcissa. Hice un esfuerzo para no retroceder y apartar mi mano.

Una bombilla pareció encenderse en la cabeza de Fudge y miró a mi hermano detrás de él.

-Weasley, es el mismo apellido que el tuyo Percy. ¿Es tu pariente?

Los ojos de Percy sobresalieron de su cabeza, él se veía increíblemente avergonzado. Fruncí cuando nadie estaba mirando y luego respondí en su nombre.

-Sí, señor, somos hermanos.

Fudge aplaudió.

-¡Excelente, excelente! Pero si no te importa que lo diga, no se parecen en anda - Percy hizo una mueca y sonreí.

-No señor, si conoce a alguno de mi familia, usted sabrá que soy muy diferente a todos ellos. Algo de lo que me enorgullezco - El Ministro se echó a reír, y porque Fudge está riendo, también lo están la mayoría de las personas que nos rodean. Incluso Percy se obligó a dejar escapar una risita nerviosa.

-Bueno señorita Weasley, me ha hizo reír - Incliné mi cabeza como si esa fuera mi misión en la vida.

-Si el maestro Malfoy lo permite, me gustaría compartir este baile con usted.

No había manera de que Draco o yo pudiéramos negarnos, vi la cara de Percy poniéndose tan roja como su pelo.

-Por supuesto, señor, estaría encantada... - Comenté, alejándome de Draco. Tomé el brazo del ministro y él me llevó hacia la pista de baile, donde las personas se hicieron a un lado para permitirnos espacio. El ministro se inclinó y yo hice reverencia. Sabía como eran los bailes formales sé, nos habían enseñado el año pasado por el Baile de Navidad. La orquesta dejó de tocar su canción y cambió a un vals elegante. El ministro colocó una mano en mi cintura y la otra en la mía, y pronto nos deslizamos por el suelo. Uno, dos, tres, uno, dos, tres. Seguí repitiendo en mi cabeza hasta que mi mente lo captara, había pasado un largo tiempo desde que bailé así.