Juliet | Draco Malfoy

Capítulo 30.

Ver a Draco besando a Pansy me rompió el corazón. Sentí como si me hubieran dividido en dos, como si fuera un trozo de comida que había sido masticada y escupida, como si valiera menos para él que los muggles que su familia tanto odiaba.

Le había dado a Draco todo, no sólo mi amor, sino parte de mi alma también, y yo había pensado que él sentía lo mismo. Él debió haberlo hecho, porque su relicario todavía colgaba con fuerza alrededor de mi cuello. A pesar de mi dolor, no me atreví a quitármelo.

Tal vez él sabía que yo vendría, y sólo lo había hecho para darme celos.

A la mañana siguiente en el desayuno, después de que Pansy me esbozara una sonrisa satisfecha en la sala común, me senté con Honey y Sophia y miré con disgusto como Pansy se arrimaba al regazo de Draco. A pesar de que el Decreto Educacional Número 26 prohibía a los chicos y chicas estar a 6 pulgadas el uno del otro, esa regla no parecía aplicarse a Pansy y a Draco, ambos de los cuales eran miembros de la Brigada Inquisitorial y prefectos. La única satisfacción que he recibido de todo esto, es que a Pansy no se le permitió la habitación privada, que por bajo las órdenes de Umbridge, debía quedarme en ella para que no me mezclase con las otras chicas más de lo necesario y le transfiriera mi mala influencia. Acerca de esto, Pansy estaba increíblemente molesta.

De todos modos, Draco no perdió el tiempo y al instante envolvió su brazo alrededor de los hombros de Pansy y empezó a besarla, me sentí literalmente enferma. Pero lo que más me llamó la atención, fue el hecho de que él estaba tratando de ponerme celosa todo el tiempo que besaba a Pansy, mantuvo los ojos abiertos y fijos en mí, esperando una reacción. Bueno señor Malfoy, no voy a darle a usted el gusto.

Me concentré en mi desayuno como si nada estuviera pasando, llegando incluso a reírme cuando Honey hizo una broma acerca de cómo la profesora Burbage parecía que llevaba puesto un seto vivo en lugar de ropa, de todas las hojas y ramas que de alguna manera se habían pegado a su ropa.

En su siguiente intento, Draco levantó su voz y empezó a hablar con Pansy.

-Me preguntaba si querías salir el fin de semana - le preguntó, aunque sus ojos estaban puestos en mí. Pansy, siendo ya sea totalmente inconsciente o simplemente estúpida, chilló con entusiasmo y aplaudió sus manos. Levanté mis cejas y resoplé ante sus terribles intentos. ¿Eso es todo lo que tienes?, dije mentalmente.

Pero entonces, él pareció pensar en algo y cuando Pansy le preguntó a dónde iban a ir, él abrió la boca y su perfecta voz sedosa declaró:

-Conozco un lugar especial en el bosque.

Al instante, supe que estaba hablando de la casa del árbol. Nuestra casa del árbol.

Eso es llevarlo demasiado lejos.

Lo miré, olvidando por un momento que se suponía que debía estar haciendo caso omiso de sus intentos. Pero, ¿Se atrevería a llevar a Pansy a la casa del árbol, nuestro lugar especial? ¿El lugar del cual habíamos hablado de hacer una casa adecuada y mudarnos, dejando a nuestras familias atrás?

Sé que era infantil, pero en ese momento una furia pura me abrazó y no pude pensar con claridad.

Dos pueden jugar a este juego.

Convenientemente, Ron, Harry, Seamus y Dean iban caminando más allá de la mesa de Slytherin. Antes de realmente pensar en ello, me levanté de un salto e humedecí mis labios. Vamos Juliet, eres una niña grande. Además, esto va a ser divertido.

-Dean - Le llamé en mi más bajo tono de voz satinado. Él se dio la vuelta al instante y noté con curiosidad cómo sus ojos permanecían por encima de mi cuerpo antes de conocer mi mirada.