7: La cena de pretemporada

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Kendall se encontraba estirada sobre la cama de Lilith.

—Esta noche hay una cena con el equipo. Y las familias.

Lilith contestó con un ruido inteligible desde el fondo del armario.

—Es la primera vez que voy a ir a algo así —Siguió Kendall. Lilith sacó la cabeza del armario, cargando con un montón de ropa que no dejaba ver su cara —. Ven conmigo.

Lilith dejó caer al suelo los jerseys y abrigos que sostenía.

—Yo no tengo nada que hacer ahí.

—Acompañarme.

—Vas con tu futuro marido.

—Eso lo será si no encuentras nada sobre él. Allí habrá un montón de gente que lo conoce desde hace años.

Lilith no había tenido mucho éxito en su investigación en el tiempo que llevaba y ya había consumido casi un mes. Podía ser buena idea acudir a un evento de ese tipo e intentar acercarse a las personas que lo conocían.

—¿A qué hora y dónde? —dijo Lilith tirando unas cuantas sudaderas a la sonrisa triunfal de su amiga.

—A las siete. Pasamos a recogerte. Ponte guapa que ya sabes cómo es esa gente.

—Tu gente ahora.

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Ken❤️: Estamos abajo.

Un mensaje de Kendall. Ya casi estoy. Respondió Lilith. Antes de seguir subiendo las medias por encima de sus muslos.

Sonó el timbre de la puerta. Se cubrió con una bata maldiciendo la impaciencia de Kendall.

—Necesito ir al baño —Nada más abrirse la puerta, Kendall apartó a Lilith y entró corriendo al apartamento.

—Sentimos la irrupción. Era una urgencia. —John parecía incómodo en el rellano.

—Así es ella —Lilith le dedicó una ligera sonrisa. No había vuelto a ver al novio de su amiga desde el cumpleaños, día en el que la imagen que el hombre se había llevado de ella no era la mejor. Seguía sintiendo animadversión hacía él, pero tenía que intentar cambiarlo, no le quedaría más remedio si al final se acababa casando con Kendall.

Evitaba dirigirse al hombre que estaba al lado. A él tampoco había vuelto a verlo desde aquella mañana en Mykonos. Más allá de verlos de lejos en el hotel o en la playa de la isla griega. Y hubiera preferido que siguiera siendo así.

Lilith dejó a los dos hombres pasar a su casa y cerró la puerta.

—La alfombra es cómoda —dijo Lilith —, yo me suelo sentar ahí. Me queda poco, también os podéis quedar de pie si queréis.

Lilith entró a su habitación cuando Kendall salía del baño recolocándose su vestido azul.

—No te pongas el rojo —Señaló los dos vestidos que Lilith tenía preparados sobre la cama.

—¿Por qué?

—Son el Manchester City, queda feo ir de rojo.

—¿Sabes que eso me da más motivos para querer usarlo, no?

Kendall salió refunfuñando.

—Poneos cómodos que sus tardo poco son mentira —dijo a los hombres en el salón.

—¡Te he oído! —La voz de Lilith sonó a través de la puerta cerrada.

—Aunque ponerse cómodo es imposible en esta casa.

Demon |Jack Grealish | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora