6: La mañana siguiente

1.2K 84 50
                                    

Kendall entró a la habitación procurando hacer el máximo ruido posible con los pies. Dejó que la puerta se cerrara sola a su espalda, lo que provocó un golpe seco.

Abrió de par en par las puertas correderas que daban a la terraza y depositó sobre la mesa de café la bandeja que llevaba en las manos.

—Kendall, te voy a matar —dijo Lilith tapándose la cara con la almohada.

—Primero te voy a matar yo a ti.

—¿Qué hora es?

—Las doce más o menos.

Lilith gruñó, eso significaba que en Inglaterra serían sobre las diez, suficiente hora para que su artículo hubiera sido publicado ya. Por eso Kendall sonaba enfadada de verdad. Las vacaciones eran zona libre de Laila y ella había incumplido las normas.

—Te he traído el desayuno. Quiero que estés bien despierta para escucharme —instó Kendall.

—No, gracias —Lilith se dio la vuelta bajo las sábanas.

—No es una sugerencia.

Los pasos de Kendall sonaban cada vez más cerca. No la iba a sacar de la cama de forma amable si no salía por sí misma.

Lilith se sentó con los pies apoyados en el suelo. Recalibrando su mente a la posición vertical. El mundo había girado un poco bajo sus pies, pero nada insoportable. La medicina de la noche anterior había funcionado y solo tenía un ligero dolor en las sienes y la boca seca.

Se puso de pie y caminó con lentitud, todavía temiendo la llegada del mareo, sentía un ligero dolor en la herida del pie al andar.

Lilith se bebió una pequeña botella de agua de un trago, casi sin respirar, antes de sentarse a degustar el desayuno que su amiga le había traído.

Mientras comía podía sentir la furiosa mirada de Kendall clavada en su frente. Levantó la vista hacia su amiga, apoyada en la barandilla con los brazos cruzados sobre el pecho.

—¿No piensas decir nada? —preguntó Kendall viendo que Lilith había vuelto a centrar su atención en la comida.

—Creo que tú tienes más que decir.

—Olvídate de los dos meses. Has incumplido el trato.

—¡No! —Lilith dejó la taza, con fuerza, sobre la mesa —Me pediste que fuera amable con él. No que dejara mi trabajo.

—Aquí no pareces muy amable —Kendall puso el móvil frente a la cara de su amiga. La foto tenía baja calidad y se notaba que había sido tomada desde un ángulo extraño, pero aun así se podía apreciar como ella se zafaba con brusquedad del agarre de Jack.

—Me estaba agarrando en contra de mi voluntad —se defendió Lilith. No podía perder sus dos meses de tiempo.

—Por que estabas borracha, y te habías cortado.

—¿Y eso lo sabes, por qué?

—Porque me lo ha contado esta mañana en el desayuno.

—Podría estar mintiendo

—¿Es mentira?

—No —admitió Lilith.

—Sin embargo, tú sí has mentido en tu artículo.

—Eso no lo sabes, quizá pasó algo entre nosotros ayer.

Kendall se echó a reír con cinismo.

—Ese cuento a otra. Jamás tendrías nada con él.

—Es un hombre atractivo —Peligrosamente atractivo, para opinión de Lilith.

—Tengo ojos. También tiene novia, y es Jack Grealish. Nunca te liarías con él. Mentiste y eso no es ser amable.

Demon |Jack Grealish | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora