Lilith aparcó el coche junto al Jeep de John, en la entrada de la que ahora era la casa de su mejor amiga. Todavía le costaba acostumbrarse al nuevo nivel de vida de Kendall. Sin embargo, entre las dos estaban apoderándose del hogar, en menos de un mes ya se sentían como en casa.
Lilith pasaba las tardes libres de su amiga en la piscina disfrutando de las ventajas de esa casa. Y en el sofá, no lo admitiría delante de Kendall, pero le encantaba poder tumbarse en el mullido asiento a ver películas, cosa que no podía hacer en su propio apartamento. Lo único de lo que se quejaba, demasiado en opinión de Kendall, era la presencia continua de su vecino Jack en la casa.
John y Kendall se sentían cada vez más padres de dos adolescentes, teniendo que mediar entre sus constantes disputas. Aunque Kendall en el fondo se divertía, esas discusiones eran propias de su amiga, y comparando con el frío odio que le profesaba al hombre al principio, eran incluso inofensivas.
—Por fin llegas —Kendall abrió la puerta a la que Lilith estaba a punto de llamar.
—No es tan tarde —protestó Lilith.
—Erling ha dicho que ya vienen de camino —Kendall tiró de la mano de su amiga, arrastrándola a la entrada de la casa contigua —. Estás muy guapa —dijo casi sin aliento debido a la carrera.
Kendall tocó la puerta con los nudillos dos veces. Los invitados debían llamar así, era la forma de saber que eran ellos y no el cumpleañero.
—Casi no llegáis —Sasha las saludó con un abrazo.
Cerró la puerta tras ellas.
John y Kalvin les hacían gestos asomando desde detrás de una cortina.
—Ricitos. Cuanto tiempo sin verte —Lilith abrazó a Kalvin.
—No me quieres venir a visitar —El chico hizo pucheros.
—Abraza el progreso y deja de vivir en otra ciudad.
—¿Si me mudo a Manchester vienes a visitarme?
—Siempre que quieras.
—Y cuando no quieras, probablemente también —intervino Kendall.
—Qué le vamos a hacer —Lilith se encogió de hombros —. He descubierto que me encantan las casas de los ricos.
—Todo el mundo en silencio y a sus posiciones —Se hizo oír Sasha —. Están en el garage.
Alguien apagó las luces. Lilith se escondió detrás de la cortina junto a Kendall. Kalvin cerraba, por un lado, y John por el otro. A Lilith no le pareció un gran escondite. Los ocho pies asomaban debajo de la tela. Pero antes de meterse ahí había visto cómo dos chicos y una chica decidían ocultarse detrás de un jarrón, por lo que no podía considerar malo su propio escondite.
La quietud del interior les permitía escuchar el sonido de las llaves girando en la cerradura, acompañado de las voces y la risa de Jack.
—¡Sorpresa! —gritaron cuando la luz de las farolas del exterior se coló en la casa.
Habían conseguido sorprenderlo, de eso no quedaba duda. Jack miraba con expresión perpleja a su novia, que se había adelantado para abrazarlo. Lo que no estaba tan claro era que la sorpresa le resultase agradable. Se suponía que Sasha no debía volver todavía a Manchester. Se encontrarían al día siguiente en Birmingham cuando él fuese a pasar el día de su cumpleaños en familia.
No lo iba a decir, pero estaba disfrutando de los meses de verano como hacía mucho que no pasaba, y sabía en parte que se debía a cierta pelirroja que acaparaba la casa contigua. La vuelta de su novia lo cambiaba todo.
ESTÁS LEYENDO
Demon |Jack Grealish | #PGP2024
FanfictionLilith dedica su vida a desenmascarar futbolistas. A demostrar que no son las personas que la gente idolatra. Sobre todo a uno de ellos, a Jack Grealish. Hasta que todo su mundo se vuelve patas arriba cuando su mejor amiga le presenta a su nuevo no...