3. Natalie

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En la cena me senté en el único sitio que quedaba libre, justo frente a La Zarra y entre Loreen y Alessandra.

Käärijä se levantó de su asiento, al lado de Alessandra, y se acercó a abrazarme.
—Me alegro de que hayas venido —me dijo.
—Y yo de haberlo hecho, os echaba mucho de menos a los tres.
—Nosotros también a ti, casi nos da algo cuando nos dijiste que no vendrías.
—Tenía muchas cosas que hacer en Londres.
—No pongas excusas, eres la que más cerca estaba —rió Loreen.
—Bueno... Aún así —reí.

Käärijä volvió a sentarse en su lugar y saludé a los demás. La cena transcurrió completamente tranquila, todos interactuábamos y me había venido demasiado bien la cerveza que me tomé en el tren antes de llegar.

Para cuando terminamos la cena, nos informaron de que habían alquilado una discoteca privada.
—Pues vamos —dijo Alessandra. —No aceptaré un no por tu parte.
—Está bien —dije. —Seguro que es divertido. Además... me apetece bailar —reí.
—Así se habla —dijo Loreen saliendo junto a Käärijä, Alessandra y a mí.

Pedimos un taxi para los cuatro y llegamos a la discoteca. Era gigantesca, tenía varias plantas conectadas con el bajo a través de balcones, pues todas eran huecas en el medio permitiendo una vista directa a la pista, reservados, mesas, varias salas de juegos, etc.

—¿Os gusta el billar? —pregunté viendo una de las salas.
—Me encanta —dijo Käärijä.
—Vamos a por las bebidas y nos vemos ahí —dijo Loreen refiriéndose a ella y a Alessandra.

Käärijä y yo llegamos hasta la mesa y colocamos las bolas en ella.

—¿Juegas? —me preguntó. —Solo cuando estoy borracha con mis amigos, a si que no soy especialmente buena. Pero al menos nos reiremos.
—Seguro que es falsa modestia —bromeó.
—Para nada —reí.

Loreen y Alessandra llegaron y decidimos ponernos en equipos de dos. Loreen conmigo y Alessandra con Käärijä.
—Os vamos a machacar —rió Käärijä.
—Eso ya lo veremos —dijo Loreen.

Comenzamos a jugar entre risas y copas.
—Esta noche no se me está dando nada bien —dije.
—Al menos has metido dos —rió Alessandra. —Yo no he metido ninguna.
—Echemos la culpa al alcohol —reí brindando con ella.
—Que así sea —contestó del mismo modo antes de dar un trago.

—Creo que podría ayudaros... —dijo La Zarra sosteniendo su copa en la puerta de la sala.
—Natalie necesita mucha ayuda —dijo Käärijä, y to lo miré abriendo notoriamente los ojos con ganas de asesinarlo.
—Ven —me dijo. Y pasó por delante de mí desprendiendo un perfume que parecía haber sido hecho por y para ella.

Me coloqué a su lado y se colocó tras de mí pegando su cuerpo al mío. Tomo mis manos y me hizo colocar correctamente los brazos.

—Tienes que mirar el ángulo desde aquí —me dijo tomándome de la barbilla suavemente para hacerme girar levemente la cabeza. —Luego pruebas y cuando estés lista... Das un golpe seco —dijo sosteniendo mi mano con la suya y moviéndola para que lo hiciera. Su movimiento hizo que la bola entrara en el ángulo perfecto. —Et voilà —dijo.
—Gracias —le dije girándome sin darme cuenta de que no se había movido y haciendo que quedáramos absurdamente cerca. La miré durante unas milésimas de segundo hasta que se alejó con una sonrisa.
—No hay de qué —me saliendo de l sala y dirigiéndose de nuevo a la pista de la discoteca.

Loreen, Alessandra y Käärijä se miraban unos a otros en silencio.
—¿Qué? —les dije.
—Quizá hemos sentido que sobrábamos en este bonito encuentro —bromeó Käärijä.
—Pues ha sido culpa tuya —le dije. —No haberle dicho que necesitaba su ayuda.
—Por favor... Vino directa a ti —dijo Loreen.
—Tonterías —dije.
—Amiga, no puede ser que lo estés viviendo y seas la única que no lo vea —dijo Alessandra. —La tensión se podía cortar con un cuchillo...
—No existe tensión entre nosotras.
—Oh, claro que sí. Y no solo por tu parte. Está claro que ha querido hacer un acercamiento, te toca a ti hacer el siguiente. Sino, pensará que no estás interesada...
—Es que no lo estoy.
—Cariño... —me dijo Loreen acariciándome los hombros. —Las dos sabemos que eso no es cierto.
—Da igual. En unos meses no volveremos a vernos.
—¿Perdona? —dijo Käärijä haciéndose el ofendido exageradamente. —¿Pretendes olvidarnos tras terminar el concurso?
—No me refería a vosotros.
—Pues es lo mismo —dijo Alessandra. —No tienes por qué perder el contacto si no quieres...
—Parece un bloque de hormigón, pero es maja —dijo Käärijä.
—Además, os habéis mirado la una a la otra todos los ensayos —dijo Alessandra.
—He visto incluso como os mirabais "disimuladamente" cuando cantaba yo —añadió Loreen.
—Aún ni se hablan y ya se dedican canciones románticas con miradas, las adoro —bromeó Käärijä.
—Venga ya... —reí.

Íbamos a continuar con la conversación cuando entraron Noa y Blanca. Nos mantuvimos durante un rato hablando con ellas y también jugando al billar, cambiamos equipos y nos reímos muchísimo.

Cuando nos cansamos del juego, decidimos ir a la pista. Pedimos una ronda de shots y decidimos bailar los seis juntos mientras nos reíamos sanamente los unos de los otros y bromeábamos.

—Chicos voy al baño —dije.
—¿Te acompaño? —me preguntaron Loreen y Alessandra a la vez, haciéndose reír mutuamente.
—No, tranquilas. No os preocupéis.
—Yo tengo que ir también —dijo Alessandra. —Así no vas sola y aprovecho.
—Yo igual —dijo Loreen.
—Pues vamos las tres —dije y nos dirigimos al baño. Al ver que los de la planta baja estaban llenos, decidimos subir a los de la primera planta, desde la que teníamos una vista directa de la pista. En esta se encontraban algunos reservados.

Entramos al baño y tras terminar, mientras nos lavábamos las manos, aprovechamos para hablar de cómo estaba yendo la noche.

—Creo que de verdad le gustas un poco —dijo Alessandra.
—Estoy segura de ello. Me transmite esa energía —dijo Loreen.
—Es solo nuestra compañera de concurso —dije.
—Te temblaban las manos cuando se pegó a ti —dijo Alessandra.
—Es por el frío —mentí, pero ni si quiera me esforcé en ocultarlo y solté una carcajada reas decirlo.
—Ni tú misma eres capaz de creer eso —rió ella.
—No tiene nada de malo. Deberías intentar acercarte, ella ha dado el primer paso... Quizá simplemente acabéis como amigas y eso ya estará genial —dijo Loreen.
—Eres un sol —le dije. —Las dos lo sois.

FLOWERS IN THE BACKSTAGE (La Zarra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora